Finalmente ayer, 22 de octubre, llegó el día que muchos esperaban. Joyería Rabat inauguró anoche su buque insignia en el Paseo de Gracia de Barcelona con una fiesta en la que no faltó de nada y, por supuesto, poblada de caras conocidas, algunas, y otras muy conocidas: el photocall era un hervidero.
Desconozco la cifra ni que sea aproximada de invitados en la inauguración de la Joyería Rabat, pero lo cierto es que se produjo una expectación enorme ya una hora antes de la apertura oficial a las 20h. Clientes de la casa, directivos de marcas proveedoras: vi a Jacques Tomas de Lange&Söhne, a Daniel Casas de Omega; a Ana Diego de Hamilton; a los Pomar -padre e hijo- de Cronomar (Breitling y Oris); Blanca Panzano, CEO de TAG-Heuer España… Desde luego no vi a todos los invitados que asistieron a la inauguración de la Joyería Rabat, aunque calculando que había disponible una superficie de más de 2.000 metros cuadrados y que obviamente había más de una persona por metro, pienso ahora que seríamos más de 2.000 teniendo en cuenta el ejército de camareros repartiendo canapés de Sergi Arola y Möet a raudales, por no hablar del discreto servicio de seguridad montado alrededor de algo tan goloso como son joyas y relojes.
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Espectacular puesta en escena con mimos, bailarinas y unas relaciones públicas que demuestran el poder de convocatoria no sólo de Rabat por sí mismo sino de un Equipo Singular que hizo que todo en la Joyería Rabat funcionara… como un reloj.