Historia de TAG Heuer. Deporte y precisión para una firma mítica

La historia de Tag Heuer está unida, como la de muchas otras firmas internacionales de relojería, a la de un maestro relojero. Edouard Heuer (Suiza, 1840) tiene apenas veinte años cuando funda en la pequeña localidad suiza de Saint Imier su primer taller de relojes “Ed. Heuer & Co”. Apasionado de los deportes y de la precisión, Heuer no se limita a producir artículos sino que destaca muy pronto en su afán por incorporar novedades a sus máquinas intentando convertirlas en artículos de precisión extrema. Esta apuesta por la innovación le lleva a patentar en 1869 uno de los primeros mecanismos de cuerda manual para relojes de bolsillo y se traduce en un crecimiento del negocio que, en 1876, abre una filial en Londres. Para entonces,la marca se ha convertido en la primera en fabricar cronógrafos en serie para competiciones deportivas de alto nivel y serán sus mecanismos quienes cronometren los Juegos Olímpicos de París (1924) y Amsterdam (1928) gracias al Micrographe, un avance patentado en 1916 capaz de medir la centésima de segundo. En el centro de esta especialización está el gran invento de la marca, el piñón oscilante (1887), pieza fundamental no sólo en la historia de TAG Heuer sino de toda la relojería internacional que todavía usan hoy los cronógrafos mecánicos.

La incansable búsqueda de las diferentes generaciones de Heuer en pro de la precisión les vale el reconocimiento de la Medalla de Plata de la Feria Mundial de París en 1889 y hace de la marca una de las más avanzadas de su tiempo. Entre los hitos de la historia de TAG Heuer está el haber patentado en 1895 las primeras cajas estancas para relojes de pulsera. Este avance les llevará, en 1915, a lanzar el Aquatic, el primer reloj de pulsera estanco en el que incluyen además la protección de la caja con absorción de choques.

Cada paso en la investigación de la marca Heuer es un paso fundamental para la investigación industrial de su tiempo. Prueba de ello es el Time of Trip, primer cronógrafo de a bordo, que se revela como una importante herramienta para la industria aeronáutica y automovilística y convierte a la marca en un referente industrial. Pero en la historia de TAG Heuer siempre ha habido una mirada en la industria y otra en las personas, pues es es entre 1912 y 1914 que la empresa lanza sus relojes de pulsera para mujer y sus cronógrafos para llevar en la muñeca. A su vez los avances que suponen el Mikrograph y el Microsplit, primeros cronómetros deportivos del mundo dotados de una precisión de 1/100a de segundo, ya confirman a la marca como el principal fabricante internacional de cronógrafos deportivos.

El primer cuarto de siglo está marcado por el lanzamiento de modelos hoy antológicos: el Paul Valette (1922), equipado con movimiento y fabricado por LeCoultre; el Monza (1930) con una original caja con forma de tonel homenaje al legendario Autodromo Nazionale italiano; el Autavia (1933) (contracción de Automóvil y Aviación) de salpicadero; el Pulsometer (1935), equipado con esfera esmaltada y un dispositivo especial para tomar el pulso; el Solunar (1949), primer reloj con indicación de mareas; el Mareograph (Seafarer en Estados Unidos, cronógrafo con indicación de nivel de marea especial para regatas, entre otros.

La segunda mitad del siglo marca para la historia de TAG Heuer el paso decisivo para la modernización de la marca. En 1958 se incorpora Jack Heuer, cuarta generación familiar y artífice del gran salto a la internacionalización de la marca que en 1959 inaugura la filial norteamericana. En 1964 Heuer absobe a Leonidas, compañía fabricante, entre otros, de cronógrafos para la fuerza aérea alemana, y pasa a ser Heuer-Leonidas S.A. En el lado tecnológico continúan los avances con la incorporación de la electrónica y en 1966 se patenta el primer instrumento de cronometraje electrónico miniaturizado, el Microtimer, con una precisión de 1/1.000 de segundo. Alguno de los grandes modelos de la marca echan a andar en estos años: el Heuer Bunds, construido según las especificaciones de las fuerzas armadas alemanas con movimientos Valjoux, diámetro de 42mm y 12mm de grosor, y los cronógrafos equipados con el Chronomatic: Autavia (1962) y, sobre todo, el Carrera (1963), homenaje a la Rally Carrera Panamerica de los cincuenta, que se convierte en el primer súper ventas de la firma.

Paralelamente a su posicionamiento industrial y deportivo con modelos como Temporada, Montreal o Calculator en 1972, Heuer se ha convertido en tendencia. Lo confirma la salida del Monaco, un cronógrafo cuadrado de acero inoxidable equipado con una novedad mundial: el movimiento de cronógrafo automático. En estos años TAG Heuer refuerza sus vínculos con la Fórmula 1 asociando su nombre al de grandes campeones de Ferrari como N. Lauda, C. Regazzoni o G. Villeneuve y es cronometrador oficial de la competición de 1971 a 1979. A mediados de los 70, Heuer presentó un cronógrafo digital, el Chronosplit, así como modelos con mecanismos Valjoux 7750 y Lémania 5100.

En 1985, Heuer se incorpora al Grupo TAG (Techniques d’Avant-Garde), una sociedad ginebrina especializada en tecnología punta, y pasa a denominarse tal y como se conoce ahora: TAG Heuer. Es en ese momento cuando puede decirse que la marca entra en el siglo XXI especializándose del reloj deportivo profesional. Con la salida de la Serie 2000 (1982), TAG Heuer establece nuevas normas en la industria relojera y define las seis características que debe poseer un verdadero reloj deportivo: estanqueidad hasta 200 metros, bisel giratorio unidireccional, corona roscada, cristal de zafiro inrayable, cierre de doble seguridad, agujas y índices luminiscentes. Esta orientación cualitativa y estratégica,  garantiza rápidamente el éxito de la serie convirtiéndose en el icono del reloj de deporte y una referencia tanto en el mercado relojero como ante los consumidores y deportistas de alto nivel.

La última gran vuelta de tuerca en la historia de TAG Heuer tuvo lugar en noviembre de 1999 cuando la empresa se integra al Grupo de lujo LVMH (Louis Vuitton Moët Hennessy). Como muchas firmas de relojería, TAG Heuer remite a sus orígenes a la hora de encontrar un rasgo distintivo. “Swiss Avant-Garde Since 1860” es el eslogan de esta gran marca que comparte corporación con otras grandes firmas relojeras como Zenith y Hublot.

 

Curiosidades:

La gran patente de Heuer, el piñón oscilante (1887), aún se sigue usando en los cronógrafos mecánicos.

En 1908 la compañía obtiene la patente de una esfera de pulsómetro que hoy en día sigue siendo usada en medicina.

El príncipe Guillermo de Suecia y el presidente de EEUU desde 1945 hasta 1953 Harry S. Truman usaron cronógrafos de oro Heuer.

El general Eisenhower, comandante de los aliados en la II Guerra Mundial y presidente de EEUU entre 1953 y 1961, usaba un Heuer.

Durante las décadas de los años 60 y 70, el legendario modelo Film-Master fue empleado por los directores de cine más famosos de Hollywood para medir las secuencias cinematográficas.

La estrella de Fórmula 1 Jo Siffert llevaba un Autavia blanco.

El actor Steve McQueen lució un Monaco azul en la película «Las 24 horas de Le Mans» (1971).

En 1962 un reloj Heuer fue llevado en la muñeca del tercer astronauta estadounidense John Glende en un viaje espacial. Se convirtió en el primer reloj suizo en viajar al espacio.

TAG Heuer volvió a ser cronómetro oficial de los Juegos Olímpicos celebrados en Lake Placid y Moscú en 1980.

El legendario piloto Ayrton Senna se incorporó al equipo TAG McLaren Mercedes en 1988 haciéndose embajador de TAG Heuer.

En 1995 TAG Heuer presentó su propia tripulación en la Copa América, con Chris Dickson (NZ) al frente y el «TAG Heuer Challenge».

En TAG Heuer lanzó ‘2002 Sport Vision’: las primeras gafas de lujo para la práctica deportiva.

En 2008 TAG Heuer inauguró en La Chaux-de-Fonds un espacio dedicado celebrar su historia y su legado: el museo TAG Heuer 360.

En 2012 la actriz estadounidense, Cameron Diaz, se hace imagen de la marca: “ el Link Lady es más que un reloj, es una pieza de joyería”.

En 2013 patenta el mecanismo del Carrera MikroPendulumS con dos Pendulums, dobles tourbillons, magnéticos en lugar de los muelles de espiral, uno para la indicación de la hora y el otro para el cronometraje. El reloj tiene nada menos que c454 componentes.

 

Créditos de las fotos:

http://www.tagheuer.com /

http://www.worldtempus.com /

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