Antonio Calce, CEO de Sowind

Entrevista a Antonio Calce, CEO de Sowind (Girard Perregaux y JeanRichard)

Licenciado en micromecánica y administración de empresas, se podría decir que Antonio Calce (1967) se formó para dedicarse a la industria relojera. Al menos, su trayectoria profesional así lo avala: tres años en Piaget, ocho años en Panerai, nueve en Corum… y ahora lleva ya dos como CEO de Sowind (Girard Perregaux y JeanRichard), después de que este grupo fuera comprado por el imperio del lujo Kering, antes conocido como PPR. Aprovechamos su paso por Barcelona para entrevistarle.

Para preparar esta entrevista he estado buscando “Antonio Calce” en Google, y todas las entradas recientes dicen lo mismo: “Antonio Calce, nuevo CEO de Sowind”. Esto es de enero de 2015, y desde entonces no hay nada nuevo… ¿qué ha estado haciendo?

Ordenar mi despacho (risas). A grandes rasgos, he estado reformulando las colecciones de la marca. La Alta Relojería te da la legitimidad, el prestigio y sobre todo conocimientos, pero el día a día de una marca está hecho de relojes más cercanos. He estado diseñando unas líneas de diferenciación, con cuatro pilares claramente definidos: una oferta clásica (1966), una deportiva (Laureato) y sus versiones femeninas. Lo más importante aquí es la introducción (más bien la recuperación) del acero como material para las cajas. Por otro lado, producimos al año algunos centenares de piezas de Alta Relojería que hasta ahora sólo tenían versiones de oro, y quiero introducir el titanio y otros materiales en ese segmento además de un escalado de complicaciones. En tercer lugar, he reestructurado la segmentación de precios, introduciendo una nueva franja que va de los cinco mil a los diez mil euros. Sería el precio de entrada a la marca.

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¿Se podría decir que la Alta Relojería es como el superdeportivo de una marca de coches que, sin ser el principal negocio, ayuda a vender los de gama digamos normal?

Desde luego. Y tenemos canales de distribución y de comunicación específicos para cada una de las dos divisiones, porque cada una debe comunicar su propio mensaje. La Alta Relojería nos da la seña de identidad. Ganamos el Gran Premio de la Exposición Universal de París en 1889 gracias a una técnica y unos acabados que todavía conservamos. Para ilustrarlo, te contaré una anécdota: en otras manufacturas, cuando algún relojero se demora más de la cuenta en la parte de acabados se le riñe diciendo “¡Espabila, que no somos Girard Perregaux!” La Alta Relojería es un privilegio que pocas marcas dominan, y sería una locura no aprovecharlo porque nos permite traer a la luz algo tan importante para nosotros como la colección Laureato.

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Hablemos pues del Laureato…

Laureato nace en 1974 directamente con movimiento de cuarzo, cuando prácticamente toda la relojería suiza entra en crisis a causa de la “invasión japonesa” con sus cuarzos low cost, que ponían en cuestión la precisión y exactitud de todos los mecánicos. Cabe decir que, a diferencia del resto de marcas suizas, que formaron el Centre Electronique Horloger, Girard Perregaux desarrolló un calibre de cuarzo de alta frecuencia propio, y en 1971 ya presentó un modelo cuyo corazón vibraba a 32.768 herzios, cifra que se acabó estableciendo como referencia para los fabricantes de todo el mundo.

Volviendo a la actualidad, este año hemos creado una familia completa con Laureato, con cuatro tamaños (diámetros) disponibles: 34, 38, 42 milímetros, y tenemos también una medida de 45mm, que es la que contiene el tourbillon bajo un puente. Una característica a destacar es que cada tamaño tiene su propio movimiento que “llena” la caja sin tener que recurrir a trucos como cristales de fondo muy pequeños o batas. Movimientos de manufactura, de 11,5 y 13 líneas que además tienen la particularidad de ser unos de los automáticos más delgados del mercado, 3,6 milímetros. El Laureato más pequeño –generalmente el preferido por las mujeres- llevará un movimiento de cuarzo que, paradójicamente, será el más fiel al original. Precisamente por esto, y haciendo como un guiño a nuestra manera de hacer las cosas, lanzaremos una serie limitada con el fondo visto para que se puedan admirar los acabados “Côtes de Geneve” sobre una pletina de oro de este movimiento, que se puede llamar cuarzo de manufactura a todos los efectos. Movimiento, por cierto, por el que se han interesado algunas marcas de la competencia.

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Ha hablado de una redefinición de los precios y sus segmentos, rebajando el nivel de acceso a Girard Perregaux. ¿Dónde dejaría eso a JeanRichard, la otra marca del grupo Sowind que también está a su cargo?

JeanRichard es un producto del entorno de los 2000 francos, no hay canibalización ni competecia con Girard Perregaux y desde luego pueden convivir perfectamente. El problema, por llamarlo de algún modo, es que el potecial de Girard Perregaux es de tal magnitud que quiero concentrar toda mi energía y atención para posicionarla donde debe estar. Lo mismo podría decirse de la empresa madre, Kering: ha habido una gran inversión en I+D, en producto, en comunicación, nuevo website, desarrollo de filiales propias por todo el mundo… ya habrá tiempo para JeanRichard.

Para terminar: el grupo Sowind es el segundo independiente que va a parar a las manos de Kering después de la desaparición de su fundador (Luigi Macaluso, en este caso). ¿Imposible mantenerse independiente en los tiempos actuales?

Las estrategias de las marcas requieren inversiones a largo plazo, y mayores cuanto más lejos se quiera llegar. Girard Perregaux, por su historia y legado, tiene una vocación global, por lo que los recursos necesarios son proporcionales a estos objetivos. Puede que se pierda algo en glamour, pero se garantiza el futuro. De momento este año 2017 hemos vuelto al SIHH, Salon de la Alta Relojería, que es donde Girard Perregaux debe estar.

 

Se acaba el tiempo. La agenda de Antonio Calce está verdaderamente apretada y no da para más, pero nos emplazamos para una conversación más relajada en un futuro próximo que promete, como promete esta nueva etapa Laureato de Girard Perregaux bajo su mando.