Baselworld_2017

Apreciaciones antes de Baselworld 2017

Faltan literalmente horas para que Baselworld 2017 abra sus puertas y las mayores expectativas están en saber si vamos a encontrar a todas las marcas que anunciaron su presencia. Muchas (generalmente pequeñas) ya dijeron al finalizar la edición anterior que no contaran con ellas este año. Otras, más grandes, decidieron dar el paso y acudir al SIHH que se celebra en Ginebra en enero y abandonar Basilea. Sea como sea, lo cierto es que la superficie habilitada se ha reducido. Lejos parecen los tiempos en que había cola para encontrar unos metros donde exponer, cuando el que se salía un año no tenía garantizada la vuelta para el siguiente.

Será interesante también comprobar si se consolida la tendencia detectada en Ginebra, a saber, la voluntad de ofrecer precios más asequibles por parte de unos fabricantes (perdón, Maisons) que hasta ahora sólo sabían incrementarlos. No importaba si los costes subían o se quedaban igual: el motivo era más de marketing que de economía porque lo caro, ya se sabe, es bueno. Por poner un par de ejemplos, en el SIHH Jaeger LeCoultre sorprendió con una colección Master a precios por debajo de 8.000 €, y Girard Perregaux (una de las “desertoras” de Baselworld) anunciaba la creación de un nuevo segmento de precios entre 5.000 y 10.000 que hasta ahora no tenía.

Y es que la cosa no está, ni mucho menos, para tirar cohetes. El grupo Swatch se presenta con algunas heridas de consideración teniendo en cuenta que sus marcas más populares (las que, en definitiva, tiran del carro) han experimentado caídas de ventas importantes. Hamilton, Tissot, y en menos medida Longines no han estado a la altura de lo esperado (de lo esperado por la dirección comercial) y tienen que recomponer urgentemente sus estrategias. Se le había achacado –al Swatch Group- una falta de reacción ante los relojes inteligentes (o “connectados”) y parece que por fin desvelará novedades en ese sentido, ya que acaba de anunciar un minúsculo chip con ¡cinco millones de transistores! No sé si será demasiado tarde, porque TAG-Heuer, ese gigante renacido de la mano de JC Biver ya ha presentado su segundo Connected que, cumpliendo su promesa, va a unir lo mejor de ambos mundos en un solo reloj.

TAG-Heuer Connected 2

Cabe decir que fue precisamente TAG-Heuer quien –sin caérsele los anillos- anunció una reubicación de su oferta situándola claramente a la baja y volviendo a ofrecer relojes (de cuarzo, eso sí) por debajo de la frontera psicológica de los 1000 €. Este año, y a la vista del éxito del H-01 presentarán la versión en 43mm y la versión definitiva del remake del Autavia, para lo que ya han convocado a la Prensa, Faltará ver qué nos depara Zenith, con la reciente irrupción –literal- de Biver y sus muchachos en la dirección general.

Hay dos marcas a las que no parece afectar ningún tipo de crisis –al menos seriamente- y que también tienen en común que no desvelan sus novedades hasta la apertura de la feria. Una se llama Patek Philippe, que se permite veleidades (para ella lo son) como ofrecer relojes de acero en un universo de metales preciosos. Lo hizo hace tres años y no me extrañaría que volviera a la carga, porque Thierry Stern –su presidente, hijo y nieto de presidentes- quiere dejar su propia huella antes de… al tiempo, que es de lo que va esto.

La otra marca-mito, Rolex, es si cabe todavía más hermética en cuanto a novedades. Y como muestra, un botón: a la apertura de la feria (un día antes, sólo para Prensa) minutos antes de las doce del mediodía, uno se encuentra con sus vitrinas exteriores tapadas por unas cortinillas que suben automáticamente a las doce en punto, pero no antes. Hace años, en la época del papel, esto no tenía mayor importancia, pero sabiendo que hoy una imagen puede estar circulando por las redes en cuestión de segundos y la expectación que sus novedades generan, en Rolex prefieren actuar así. ¿Y qué habrá de nuevo? El año pasado acerté con la presentación del Daytona de acero cerámico (y consecuente desaparición del modelo todo acero), pero prefiero que me pregunten por el tiempo que va a hacer en las islas Malvinas (o la Comores, que para el caso da lo mismo) antes que arriesgarme a hacer un pronóstico sobre la marca de la coronita. Por lo que sí apuesto (venga, sí, me arriesgo) es porque *no* van a presentar un Pepsi (GMT con bisel rojo-azul) en acero. El Coke (bisel rojo negro) seria una posibilidad muy remota. Y la grande: viendo el último teaser en Instagram ¿podríamos estar ante el primer crono de Cellini?

Quien me tiene expectante de verdad es Tudor. Hace ya tres años que se dieron cuenta que su filón estaba en sus catálogos anteriores a 1970 y, aunque es una conclusión poco original, lo cierto es que están triunfando con cada novedad. La última fue el Pelagos “left handed” (con la corona a la izquierda) y tengo la sensación de que este año quieren dar una campanada. A ver si encuentran una vía alternativa y salvan el pequeño fracaso comercial que supuso el North Flag, primer modelo en montar un calibre propio pero que no se referenciaba en modelos antiguos, o los Black Shield, que han pasado sin pena ni gloria.

Volviendo al grupo Swatch, queda por ver qué trae Omega más allá de la enésima celebración del Speedmaster (sesenta añitos ya, la criatura). El año pasado presentaron hasta 66 (sesenta y seis) novedades y, si han leído bien el mensaje, este año deberían ser bastantes menos. Glashütte Original, Breguet y Blancpain siguen jugando en su propia liga, con producciones relativamente cortas (entre las tres superarán por poco la de Patek Philippe, sobre 60.000 unidades) y dirigidas a unos mercados en cierto estado de postración -al menos las dos últimas-, tienen que seguir creando maravillas sí o sí.

Recientemente se rumoreaba la posible venta de Breitling aunque no se decía a quién ni por cuánto. Y como su situación se asemeja mucho a otras dos marcas que se habían quedado sin sus visionarios impulsores y que han pasado a manos del grupo Kering (y al SIHH, abandonando Baselworld 2017), yo no descartaría novedades en ese sentido.

La respuesta a estas y otras incógnitas, en unos pocos días.