La noticia es reciente: gracias a la gran inversión realizada en los últimos años, IWC extiende su garantía de 2 a 8 años con el programa My IWC. Esto quiere decir que el comprador de un reloj de la marca IWC podrá estar tranquilo durante todo ese tiempo frente a posibles problemas de funcionamiento de su maravillosa y recién adquirida máquina. Pero eso no es todo: en IWC están tan seguros de sus relojes que ofrecen esta extensión incluso de forma retroactiva: cualquier reloj comprado en los dos últimos años cuya garantía standard todavía esté vigente podrá acogerse a esta extensión de la misma.
El único requisito será darse de alta en la página https://myiwc.iwc.com/es/register/manual, primero con el número de serie del reloj (inscrito en la tarjeta de garantía) y después -presumiblemente- con los datos personales del propietario, ya que en la nota de prensa se indica que «los miembros del programa también podrán disfrutar de otras ventajas, como el acceso a servicios adicionales o a información anticipada sobre nuevos productos y eventos».
Las ventajas del programa My IWC para el propietario de un nuevo IWC están claras: seis años extra de garantía y ser un «miembro del programa» que le dará acceso a distintos extras… ¿y para la marca? De entrada se asegura una base de datos de compradores que pueden gastar una determinada cantidad de dinero en un reloj, pero además se le abre la posibilidad de atraerlos más hacia la marca y fidelizarlos para futuras compras. Imagino que en Suiza regirán normas sobre protección de datos similares a las de la UE, por lo que a priori es poco probable que esa base de datos sea compartida con otras marcas del grupo, pero es un paso más en la pérdida de relevancia del punto de venta o «detallista»: con la información sobre sí mismo proporcionada voluntariamente por el cliente a cambio de esas ventajas la dependencia de la marca respecto a su distribuidor se reduce considerablemente.
Un «smart move» por parte de IWC. Veamos cuánto tiempo tarda la competencia (dentro y fuera del grupo Richemont) en copiarle la jugada