jdortega
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Muy buenas,
Hoy toca hablar de algún crono, y para ello qué mejor que elegir al cronógrafo más preciso capaz de medir hasta la centésima de segundo de forma mecánica. Me refiero al Zenith Defy El Primero 21, presentado como estrella protagonista en la feria Baselworld del año 2017. Pero antes de continuar vamos a situar brevemente la trayectoria de El Primero.
Zenith lanzó el calibre El Primero en el año 1969 como uno de los primeros movimientos crono automáticos que existían. Su singularidad estribaba en tener su sistema regulador vibrando a 5Hz en vez de los 4Hz habituales. Esto le permitía operar a 36.000 alternancias a la hora consiguiendo una mayor precisión y pudiendo medir décimas de segundo. Todo ello mecánicamente, claro está. El modelo se discontinuó y prácticamente se quedó en el olvido con la crisis del cuarzo. Y cuando los relojes mecánicos volvieron como producto de lujo un empleado de Zenith rescató sus especificaciones técnicas del fondo de un cajón. Convirtiéndose en poco tiempo en el buque insignia de Zenith y en uno de los teóricos ocupantes del podio popular de cronos junto con el Rolex Daytona y el Omega Speedmaster. Hoy en día el nombre de El Primero es sin duda conocido por cualquier amante de la relojería. Y el Primero 21 es la nomenclatura que la marca le dio a su icónico calibre para el siglo XXI.
Conociendo ya entonces su historia está claro que no le falta tradición a este calibre. Y en ese año 2017 lo modificaron con un salto de calidad técnica excepcional consiguiendo un movimiento que latía a 50Hz, 10 veces más rápido, y operaba a 360.000 alternancias por hora permitiendo medir las centésimas de segundo. No era la primera vez en la historia que un crono mecánico podía medir las centésimas de segundo. Como bien me indicó hace pocas fechas nuestro erudito compañero @Doncainastyle ya había tiempo antes cronos de bolsillo con esta capacidad. E incluso en la misma casa matriz de Zenith había un antecedente de pulsera con el Tag Heuer Carrera Mikrograph. Pero lo que sí consiguieron con este nuevo modelo era, no sólo poder medir con esa precisión las centésimas de segundo, sino hacerlo de forma que no se crearan serias dudas sobre el posible desgaste de la maquinaria a semejante velocidad. Y además de eso, hacerlo a precios de mercado reales y no como los desorbitados que Tag intentó colocar tiempo antes.
Pero cómo lograron que la máquina fuera suficientemente estable y robusta en el tiempo para soportar estas velocidades. Lo primero fueron los modernos materiales que ahora se podían emplear, tales como los nanotubos de carbono y el silicio en piezas como el escape y el volante, que significaban sin duda más resistencia. Y en el aspecto de diagrama técnico lo que hicieron fue utilizar dos mecanismos completamente independientes. Uno que se encarga de las horas y minutos oscilando a las habituales, en El Primero, 36.000 alternancias por hora. Y que además le permite mantener su certificación COSC en el control horario. Y otro escape independiente que sería el módulo de cronógrafo y que oscila a esos espectaculares 50Hz que dan las 360.000 alternancias a la hora. De esta forma se consigue no sólo evitar el desgaste continuo a velocidades extremas del mecanismo sino también el separar completamente la reserva de marcha de uno y de otro. Por ello el mecanismo del reloj ofrece una reserva de marcha de 50 horas. Y, de forma separada, el mecanismo del crono ofrece 50 minutos de reserva de marcha a esa velocidad, la cual se puede aumentar mientras trabaja el crono dando vueltas a la corona en el sentido horario. Son tan independientes estas reservas de marcha que en la esfera
aparece un indicador de energía que no es el del reloj, sino el del crono. Pudiéndose, siempre que esté con carga, utilizar el crono aunque el reloj esté descargado.
El efecto visual cuando la trotadora central da giros completos cada segundo es excepcional. Os dejo un vídeo en el que se puede ver esta velocidad, y en el que también merece la pena escuchar el característico zumbido acústico que produce:
En particular este modelo era y es el único de la colección que no es skeleton. Y de hecho está ya descatalogado, por lo que nuevo sólo se pueden conseguir modelos con esferas no convencionales. La caja es de titanio y, específicamente en esta pieza, el reloj viene con un brazalete integrado también del mismo material. Por lo que a pesar de ser un modelo grande, 44 milímetros, pesa muy poco y es muy cómodo en muñeca. La esfera muestra del 1 al 100 la escala de índices del cronógrafo para poder realizar de forma concisa las mediciones de las centésimas de segundo. Y para rematar indicar que en el aspecto de calidad Zenith no escatimó esfuerzos en el tratamiento del reloj. Por poner un ejemplo el movimiento posee 53 rubíes, lo cual es un número considerable en comparación con otros modelos conocidos.
En el aspecto personal, en el año 2017 andaba yo obsesionado por conseguir un Zenith El Primero. Pero el que yo quería, que era el de diseño tradicional y con brazalete, no me era fácil encontrarlo. En esos tiempos me envío un amigo relojero un vídeo del crono de este modelo esqueletizado, dando vueltas el segundero a velocidad de segundo por vuelta. He de admitir que repetí la visualización del vídeo varias veces porque creía era un fake ó una grabación a más velocidad. Cuando me aseguré que era real le contesté que era una pena que la esfera fuera esqueletizada (él sabía que no me gustaban ese tipo de relojes tan transparentes). Su respuesta fue con una foto de catálogo de este modelo pero con correa de cuero negra. No era exactamente la esfera tradicional de El Primero pero, desde luego, sí recordaba a ella indicando que éste era un modelo ciertamente especial. Yo sonreí y le dije que si lo había con brazalete (también él sabía que en este caso lo quería con brazalete), y me indicó que sí pero que todavía no estaba ni en el catálogo. Le dije que si lo podía pedir sin compromiso alguno y me dijo que sí porque seguramente en tienda iba a volar en cuanto lo viera funcionando alguien. Cuando lo recibió dos meses después (debió de ser de los primeros en llegar al país) volví a alucinar dándole al botoncito que hacía que ese aparato girara tan rápido de forma mecánica. Ahora cada vez que lo llevo es para los amigos como un circo cuando llega a la ciudad. A pesar de la edad esto es un claro ejemplo que seguimos siendo como niños jugando con juguetes. Además éste es el tipo de reloj mecánico de altas prestaciones que no requiere de mucha explicación a los no aficionados a la relojería para entender la magnitud del reloj. Se le da al botoncito y el reloj habla por sí mismo de su complejidad y nivel, mientras se sonríe viendo como los ojos de los espectadores se hacen cada vez más grandes.
Os dejo fotos de la pieza:
Saludos!
Hoy toca hablar de algún crono, y para ello qué mejor que elegir al cronógrafo más preciso capaz de medir hasta la centésima de segundo de forma mecánica. Me refiero al Zenith Defy El Primero 21, presentado como estrella protagonista en la feria Baselworld del año 2017. Pero antes de continuar vamos a situar brevemente la trayectoria de El Primero.
Zenith lanzó el calibre El Primero en el año 1969 como uno de los primeros movimientos crono automáticos que existían. Su singularidad estribaba en tener su sistema regulador vibrando a 5Hz en vez de los 4Hz habituales. Esto le permitía operar a 36.000 alternancias a la hora consiguiendo una mayor precisión y pudiendo medir décimas de segundo. Todo ello mecánicamente, claro está. El modelo se discontinuó y prácticamente se quedó en el olvido con la crisis del cuarzo. Y cuando los relojes mecánicos volvieron como producto de lujo un empleado de Zenith rescató sus especificaciones técnicas del fondo de un cajón. Convirtiéndose en poco tiempo en el buque insignia de Zenith y en uno de los teóricos ocupantes del podio popular de cronos junto con el Rolex Daytona y el Omega Speedmaster. Hoy en día el nombre de El Primero es sin duda conocido por cualquier amante de la relojería. Y el Primero 21 es la nomenclatura que la marca le dio a su icónico calibre para el siglo XXI.
Conociendo ya entonces su historia está claro que no le falta tradición a este calibre. Y en ese año 2017 lo modificaron con un salto de calidad técnica excepcional consiguiendo un movimiento que latía a 50Hz, 10 veces más rápido, y operaba a 360.000 alternancias por hora permitiendo medir las centésimas de segundo. No era la primera vez en la historia que un crono mecánico podía medir las centésimas de segundo. Como bien me indicó hace pocas fechas nuestro erudito compañero @Doncainastyle ya había tiempo antes cronos de bolsillo con esta capacidad. E incluso en la misma casa matriz de Zenith había un antecedente de pulsera con el Tag Heuer Carrera Mikrograph. Pero lo que sí consiguieron con este nuevo modelo era, no sólo poder medir con esa precisión las centésimas de segundo, sino hacerlo de forma que no se crearan serias dudas sobre el posible desgaste de la maquinaria a semejante velocidad. Y además de eso, hacerlo a precios de mercado reales y no como los desorbitados que Tag intentó colocar tiempo antes.
Pero cómo lograron que la máquina fuera suficientemente estable y robusta en el tiempo para soportar estas velocidades. Lo primero fueron los modernos materiales que ahora se podían emplear, tales como los nanotubos de carbono y el silicio en piezas como el escape y el volante, que significaban sin duda más resistencia. Y en el aspecto de diagrama técnico lo que hicieron fue utilizar dos mecanismos completamente independientes. Uno que se encarga de las horas y minutos oscilando a las habituales, en El Primero, 36.000 alternancias por hora. Y que además le permite mantener su certificación COSC en el control horario. Y otro escape independiente que sería el módulo de cronógrafo y que oscila a esos espectaculares 50Hz que dan las 360.000 alternancias a la hora. De esta forma se consigue no sólo evitar el desgaste continuo a velocidades extremas del mecanismo sino también el separar completamente la reserva de marcha de uno y de otro. Por ello el mecanismo del reloj ofrece una reserva de marcha de 50 horas. Y, de forma separada, el mecanismo del crono ofrece 50 minutos de reserva de marcha a esa velocidad, la cual se puede aumentar mientras trabaja el crono dando vueltas a la corona en el sentido horario. Son tan independientes estas reservas de marcha que en la esfera
El efecto visual cuando la trotadora central da giros completos cada segundo es excepcional. Os dejo un vídeo en el que se puede ver esta velocidad, y en el que también merece la pena escuchar el característico zumbido acústico que produce:
En particular este modelo era y es el único de la colección que no es skeleton. Y de hecho está ya descatalogado, por lo que nuevo sólo se pueden conseguir modelos con esferas no convencionales. La caja es de titanio y, específicamente en esta pieza, el reloj viene con un brazalete integrado también del mismo material. Por lo que a pesar de ser un modelo grande, 44 milímetros, pesa muy poco y es muy cómodo en muñeca. La esfera muestra del 1 al 100 la escala de índices del cronógrafo para poder realizar de forma concisa las mediciones de las centésimas de segundo. Y para rematar indicar que en el aspecto de calidad Zenith no escatimó esfuerzos en el tratamiento del reloj. Por poner un ejemplo el movimiento posee 53 rubíes, lo cual es un número considerable en comparación con otros modelos conocidos.
En el aspecto personal, en el año 2017 andaba yo obsesionado por conseguir un Zenith El Primero. Pero el que yo quería, que era el de diseño tradicional y con brazalete, no me era fácil encontrarlo. En esos tiempos me envío un amigo relojero un vídeo del crono de este modelo esqueletizado, dando vueltas el segundero a velocidad de segundo por vuelta. He de admitir que repetí la visualización del vídeo varias veces porque creía era un fake ó una grabación a más velocidad. Cuando me aseguré que era real le contesté que era una pena que la esfera fuera esqueletizada (él sabía que no me gustaban ese tipo de relojes tan transparentes). Su respuesta fue con una foto de catálogo de este modelo pero con correa de cuero negra. No era exactamente la esfera tradicional de El Primero pero, desde luego, sí recordaba a ella indicando que éste era un modelo ciertamente especial. Yo sonreí y le dije que si lo había con brazalete (también él sabía que en este caso lo quería con brazalete), y me indicó que sí pero que todavía no estaba ni en el catálogo. Le dije que si lo podía pedir sin compromiso alguno y me dijo que sí porque seguramente en tienda iba a volar en cuanto lo viera funcionando alguien. Cuando lo recibió dos meses después (debió de ser de los primeros en llegar al país) volví a alucinar dándole al botoncito que hacía que ese aparato girara tan rápido de forma mecánica. Ahora cada vez que lo llevo es para los amigos como un circo cuando llega a la ciudad. A pesar de la edad esto es un claro ejemplo que seguimos siendo como niños jugando con juguetes. Además éste es el tipo de reloj mecánico de altas prestaciones que no requiere de mucha explicación a los no aficionados a la relojería para entender la magnitud del reloj. Se le da al botoncito y el reloj habla por sí mismo de su complejidad y nivel, mientras se sonríe viendo como los ojos de los espectadores se hacen cada vez más grandes.
Os dejo fotos de la pieza:
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