
Bito
Habitual
Sin verificar
Hola amigos, os vuelvo a presentar el reloj de mi abuelo ya reparado.
En algún momento de finales del año pasado pensé, que en vez de gastarme dinero en un regalo superfluo o en otro reloj (otro mas), valía la pena llevar a reparar de una vez por todas el reloj de mi abuelo. Un señor llamado D. Eusebio Soler (¡¡anda!!, igual que yo) que pasó toda su vida de jefe de tren en al línea Valencia-Tortosa, que aún hoy está en funcionamiento.
Llegó a mi poder dicho reloj de las manos de mi padre. Un señor llamado D. Eusebio Soler (¡¡anda!!, igual que yo) que, al no gustarle los trenes, pasó toda su vida de maestro ebanista y carpintero. Pero eso ya es otro tema.
El reloj, un Roskopf de bolsillo, no andaba, para acabarlo de arreglar un servidor (entonces sin puñetera idea de relojes) lo abrió un día, vió un pelillo de alambre que no estaba en su sitio y, pensando el subnormal, que ese pelillo era el que no le dejaba andar al reloj, tiró de el y se llevó la espiral por delante.

Por manazas y sentimental me vi obligado a reparar el reloj y así volvemos al principio de esta historia.
Deciros que ser manazas cuesta dinero, pero ser sentimental cuesta un huevo y parte del otro. La reparación me ha costado mas que cualquier roskopf entero y en buen estado de los que salen en el e-bay. Pero es el reloj del abuelo, y eso ya vale un mundo.
Sin mas, las fotos del recién recogido:
Lo han pulido y arreglado, pero la esfera no la han tocado, salvo para quitar alguna mancha.
El calibre no lo vais a ver, vais a ver el culo pulido y va que chuta. Ha quedado tan bien que no me atrevo ni siquiera a abrirlo, no sea que se escape el alma del relojero que tan buen trabajo ha hecho.
Y una foto mas:
Y eso es todo amigos, un saludo y gracias por leer.
En algún momento de finales del año pasado pensé, que en vez de gastarme dinero en un regalo superfluo o en otro reloj (otro mas), valía la pena llevar a reparar de una vez por todas el reloj de mi abuelo. Un señor llamado D. Eusebio Soler (¡¡anda!!, igual que yo) que pasó toda su vida de jefe de tren en al línea Valencia-Tortosa, que aún hoy está en funcionamiento.
Llegó a mi poder dicho reloj de las manos de mi padre. Un señor llamado D. Eusebio Soler (¡¡anda!!, igual que yo) que, al no gustarle los trenes, pasó toda su vida de maestro ebanista y carpintero. Pero eso ya es otro tema.
El reloj, un Roskopf de bolsillo, no andaba, para acabarlo de arreglar un servidor (entonces sin puñetera idea de relojes) lo abrió un día, vió un pelillo de alambre que no estaba en su sitio y, pensando el subnormal, que ese pelillo era el que no le dejaba andar al reloj, tiró de el y se llevó la espiral por delante.


Por manazas y sentimental me vi obligado a reparar el reloj y así volvemos al principio de esta historia.
Deciros que ser manazas cuesta dinero, pero ser sentimental cuesta un huevo y parte del otro. La reparación me ha costado mas que cualquier roskopf entero y en buen estado de los que salen en el e-bay. Pero es el reloj del abuelo, y eso ya vale un mundo.
Sin mas, las fotos del recién recogido:

Lo han pulido y arreglado, pero la esfera no la han tocado, salvo para quitar alguna mancha.

El calibre no lo vais a ver, vais a ver el culo pulido y va que chuta. Ha quedado tan bien que no me atrevo ni siquiera a abrirlo, no sea que se escape el alma del relojero que tan buen trabajo ha hecho.
Y una foto mas:

Y eso es todo amigos, un saludo y gracias por leer.