Nicolau
Crono-Historiador
Sin verificar
LONGINES 13.34
Lo que no se debe hacer cuando se compra un vintage.
Es una norma de oro. Posiblemente la primera a observar cuando se adquiere un reloj.
No obstante, a sabiendas de sus posibles consecuencias, a la postre, no la observo.
La rémora serán mis antecedentes antes de entrar en nuestro mundo, primero fui coleccionista dispar y restaurador, pecho con las consecuencias.
A pesar de resultar para mí lo más importante el movimiento, me arriesgo a comprar relojes que no están en estado de marcha.
La norma de oro es pagar más –vale siempre la pena- por relojes en perfecto estado que poco en relojes en estado deficiente. La reparación, siempre que es posible, sobrepasa en la práctica totalidad de los casos el “ahorro” que reporta el adquirir un ejemplar que precise una reparación.
Vuelvo a confesar que no tengo inconveniente alguno en restaurar las esferas, por lo que si están en estado deficiente no le doy excesiva importancia.
No pude resistirme en esta ocasión por diversos motivos.
Independientemente del calibre. Un calibre descendiente de los relojes de bolsillo datado de 1921 a 1925 del que hay diversas modalidades con distintos puentes. Teóricamente, según lo acostumbrado en la época, su diámetro será de 13 ¾ líneas (unos 31,02mm), al estar marcado con dichos dígitos. No obstante no alcanza los 29,00 mm?. He corregido este párrafo y la propia numeración del calibre, ya que gracias a D. Luis he podido verificar como mi torpe vista confundió un 3 con un 5, leyendo inicialmente 15.34 en lugar de 13.34.
Decía que lo que me llamó la atención fue lo bien conservado de la caja de plata del ejemplar y, especialmente, que conservaba las agujas originales. Lo que repito es extremadamente raro. Dos magníficas agujas tipo catedral doradas.
Llegada del reloj. Efectivamente no funciona.
Miro si el volante gira para comprobar si la espiral está rota. No se mueve. La desmonto y veo que está completa y bien ensartada, el eje tampoco está dañado.
La limpio y la vuelvo a montar. Funciona antes de de colocar el eje en su sitio.
Mirando el resto de partes del reloj. Repasando el mecanismo me doy cuenta de que el puente del tren de rodaje esta suelto, lo desmonto e intento volver a colocarlo y sigue sin moverse el escape.
Luego me apercibo que los rubíes, de colores muy claros y poco visibles están dañados. El de la rueda de escape hecho polvo y el de la rueda primera parcialmente dañado.
Ha manipulado el reloj un paleto absolutamente temerario. Posiblemente no colocó los pivotes adecuadamente y forzó el montaje del puente rompiendo los rubíes.
En definitiva, o bien tendré que encontrar otro puente similar o conseguir rubíes para sustituir a los dañados.
Observaciones sobre las fotografías del calibre. El puente de cubo lleva una flecha que indica el sentido en que ha de desenroscarse, se ha manipulado, asimismo, de manera torpe y se ha rayado parcialmente, apenas puede verse la flecha.
La pestaña que puede verse justo al lado del tornillo dicho (el de la flecha) no se corresponde con la tija, sirve para encajar el movimiento dentro de la caja, valga la redundancia.
No volví a colocar la tija a la espera de decidir sobre la reparación del reloj.
Corona plana que denota su antigüedad.
El cristal es de la época de vidrio, muy delgado. Aclaro lo dicho, ya que en la época no se usaba el plexi. Eran de vidrio plano. Pocos ejemplares conservan el cristal de origen, lo que por otra parte es un engorro dado que suelen estar rayados y no es aconsejable pulirlos (además de ser muy dificultoso) y son más delicados que el plexi.
Magnífica caja de plata suiza (Vide punzones) de la manufactura Longines. EFCo (Ernest Francillon & Compagnie).
Creo que esto es todo lo que quería exponer. Añado una fotografía de la red de otro calibre Longines 15.34 con puentes diferentes.
Y disculpas por la poca participación esta semana, he ido fatal y sigo yendo, de tiempo. Se pospone lo de los primeros años de la Rolex.
Saludos cordiales y buen fin de semana.
Lo que no se debe hacer cuando se compra un vintage.
Es una norma de oro. Posiblemente la primera a observar cuando se adquiere un reloj.
No obstante, a sabiendas de sus posibles consecuencias, a la postre, no la observo.
La rémora serán mis antecedentes antes de entrar en nuestro mundo, primero fui coleccionista dispar y restaurador, pecho con las consecuencias.
A pesar de resultar para mí lo más importante el movimiento, me arriesgo a comprar relojes que no están en estado de marcha.
La norma de oro es pagar más –vale siempre la pena- por relojes en perfecto estado que poco en relojes en estado deficiente. La reparación, siempre que es posible, sobrepasa en la práctica totalidad de los casos el “ahorro” que reporta el adquirir un ejemplar que precise una reparación.
Vuelvo a confesar que no tengo inconveniente alguno en restaurar las esferas, por lo que si están en estado deficiente no le doy excesiva importancia.
No pude resistirme en esta ocasión por diversos motivos.
Independientemente del calibre. Un calibre descendiente de los relojes de bolsillo datado de 1921 a 1925 del que hay diversas modalidades con distintos puentes. Teóricamente, según lo acostumbrado en la época, su diámetro será de 13 ¾ líneas (unos 31,02mm), al estar marcado con dichos dígitos. No obstante no alcanza los 29,00 mm?. He corregido este párrafo y la propia numeración del calibre, ya que gracias a D. Luis he podido verificar como mi torpe vista confundió un 3 con un 5, leyendo inicialmente 15.34 en lugar de 13.34.
Decía que lo que me llamó la atención fue lo bien conservado de la caja de plata del ejemplar y, especialmente, que conservaba las agujas originales. Lo que repito es extremadamente raro. Dos magníficas agujas tipo catedral doradas.
Llegada del reloj. Efectivamente no funciona.
Miro si el volante gira para comprobar si la espiral está rota. No se mueve. La desmonto y veo que está completa y bien ensartada, el eje tampoco está dañado.
La limpio y la vuelvo a montar. Funciona antes de de colocar el eje en su sitio.
Mirando el resto de partes del reloj. Repasando el mecanismo me doy cuenta de que el puente del tren de rodaje esta suelto, lo desmonto e intento volver a colocarlo y sigue sin moverse el escape.
Luego me apercibo que los rubíes, de colores muy claros y poco visibles están dañados. El de la rueda de escape hecho polvo y el de la rueda primera parcialmente dañado.
Ha manipulado el reloj un paleto absolutamente temerario. Posiblemente no colocó los pivotes adecuadamente y forzó el montaje del puente rompiendo los rubíes.
En definitiva, o bien tendré que encontrar otro puente similar o conseguir rubíes para sustituir a los dañados.
Observaciones sobre las fotografías del calibre. El puente de cubo lleva una flecha que indica el sentido en que ha de desenroscarse, se ha manipulado, asimismo, de manera torpe y se ha rayado parcialmente, apenas puede verse la flecha.
La pestaña que puede verse justo al lado del tornillo dicho (el de la flecha) no se corresponde con la tija, sirve para encajar el movimiento dentro de la caja, valga la redundancia.
No volví a colocar la tija a la espera de decidir sobre la reparación del reloj.
Corona plana que denota su antigüedad.
El cristal es de la época de vidrio, muy delgado. Aclaro lo dicho, ya que en la época no se usaba el plexi. Eran de vidrio plano. Pocos ejemplares conservan el cristal de origen, lo que por otra parte es un engorro dado que suelen estar rayados y no es aconsejable pulirlos (además de ser muy dificultoso) y son más delicados que el plexi.
Magnífica caja de plata suiza (Vide punzones) de la manufactura Longines. EFCo (Ernest Francillon & Compagnie).
Creo que esto es todo lo que quería exponer. Añado una fotografía de la red de otro calibre Longines 15.34 con puentes diferentes.
Y disculpas por la poca participación esta semana, he ido fatal y sigo yendo, de tiempo. Se pospone lo de los primeros años de la Rolex.
Saludos cordiales y buen fin de semana.
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