Lo prometido es deuda
Antes de nada, mis disculpas a quienes intervinieron en este hilo para aconsejarme. Prometí contar como acababa el asunto y lo voy a hacer ahora, varios meses después.
Bueno, pues al final me decidí y lleve el Speedmaster DZ a la boutique Omega. Me pilla mil veces mejor el Omesit de Juan Hurtado, pero reconozco que me dejé influenciar por algunas opiniones y lo llevé a Ortega y Gasset. Tuve que ir un sábado, con lo que lo dejé a uno de los dependientes, italiano, para más señas. Le expliqué lo que le pasaba al reloj: atraso de entre 15 y 20 segundos y que el movimiento de la subesfera de las horas no era coherente con la subesfera de los minutos cuando el crono estaba en funcionamiento. El dependiente escribió lo que le pareció bien, marcó que el reloj era automático (¿¿??) en el formulario, tomó mis datos y me despachó con mi copia. Sospecho que al reloj le iban a hacer la misma revisión, contara yo lo que contara.
En las dos siguientes semanas no tuve noticias de ningún tipo y cuando las tuve, fue porque llamé yo. Me habían dicho que como mucho a finales de la semana siguiente me escribirían un eMail contándome algo. Debe ser que al estar en garantía no consideran necesario este trámite que se usará normalmente para solicitar la conformidad del presupuesto (vamos, por buscar una explicación).
Al llamar me cogió el teléfono el mismo señor. Le expliqué mi caso, que llamaba por un Speedmaster que había dejado con número de orden tal y me contesta que si era para un cambio de pila (¡¡¿¿¿???!!). Esto es así como que el Sol saldrá mañana. Supongo que estaría a otras cosas o con gente en la tienda y no me escuchó bien. Tras esto, me pasan con el servicio técnico donde un señor amabilísimo me atiende con mucha educación y me pide disculpas. Hablamos de lo que le pasa al reloj, pero hacia el final de la conversación nos damos cuenta de que no se trata del mío, sino que está hablando de otro número de orden. Total, que mi reloj no se donde está, pero se compromete a ocuparse del tema.
Tercera semana sin saber nada del reloj. Llamo con mi número de orden y me atiende de nuevo el dependiente. Esta vez el tema está localizado y me dicen que hacia finales de semana me llamarán, como así sucedió.
Me llama una chica por teléfono y me presento allí el primer sábado. Ha pasado un mes. Más o menos lo que me imaginaba. Me atiende la misma chica, muy amable, con rasgos orientales (muy guapa, si se me permite el off-topic). Me entrega el reloj junto con una bolsita que contiene alguna rueda, agujas, la corona, los botones del crono, una junta... Le pregunto que si tantas cosas tenía mal (que paleto, jaja) pero me cuenta que básicamente le cambian todo eso "por defecto", en cuanto un reloj entra en el ST. Miro mi reloj por encima y me marcho tan contento.
Lo importante. El resultado.
El resultado de la intervención ha sido muy bueno, desde el punto de vista de la marcha. El reloj ha pasado de atrasar entre 15 y 20 segundos al día a adelantar 4 segundos, sin tener que jugar con las posiciones en las que duerme y dando cuerda al 100% cada noche. Además, el problema de las subesferas del crono se ha solucionado.
¿Por qué entonces el resultado es bueno y no excelente? Porque días después, revisando minuciosamente el reloj, pude comprobar que me habían rayado las asas por debajo, justo al lado de los pasadores, sin duda al haber desmontado el armis. No es gran cosa, pero me jod... porque el reloj estaba completamente impecable. Por supuesto, es culpa mía por no haberlo advertido en su momento, pero ¿cómo se me iba a pasar por la cabeza que un relojero profesional de la casa Omega me va a rayar el reloj? ¿Cómo demostrar, a toro pasado, que esas rayas no las tenía el reloj cuando entró allí?
En fin, en cualquier caso, esto es como los coches nuevos. Sufres mucho con el primer arañazo, pero luego ni lo ves. Por lo demás, muy contento con la marcha del reloj.
Bueno, nuevas disculpas, porque me temo que me he enrollado demasiado, pero en fin, aquí va mi primer experiencia con el ST de Omega.
Un saludo