Curioso que saliera al ruedo este hilo, que he venido leyendo con mucho interes, pues a mi no me ha ocurrido, pero está por sucederme.
El hecho es que adquiri hace un poco mas de un año un Deep Sea Sea Dweller, y no he podido "enamorarme" de él, más allá que reconozco que es un relojazo, al punto que todavía lleva las pegatinas transparentes con que viene de fábrica.
El asunto es que he intentado llevarlo puesto en muchas ocasiones, pero no se qué me sucede, no me acostumbro a su peso y fundamentalmente volumen. Es un reloj extraordinario, sin dudas, pero no es lo mío. Despues de unas pocas horas de prueba, vuelve a su caja.
Hace unos días que me ronda la cabeza regalarlo a mi hijo, que cumple años este mes, y que ha tenido un problema bastante feo con un TAG de buceo que ha comprado hace un par de meses, y está bastante desilusionado con ese reloj.
Veré que lo pruebe estos días, y si le gusta al sentirlo en la muñeca, ya tendrè solucionado el tema de su regalo de cumpleaños, y yo feliz de ver ese reloj en su pulso, ya que a mi no me ha "llenado" como esperaba.
Ofrecer algo de uno, valioso y especial como éste, realmente me colmarìa de satisfacción si fuese del gusto de mi hijo. Igualmente, no dudaría un instante en obsequiar a mi hijo o hija, cualquiera de mis relojes, si tan solo me insinuaran que les gustaría tenerlo.
Esto lo siento por mis hijos, únicamente, y no creo que me desprenderìa tan fácilmente con otras personas. En fin, un punto de vista muy personal.
Gracias por compartir vuestras experiencias amigos! Cordialmente, Tonin.