No creo que el éxito de Rolex haya sido hacer caso al mercado. Más bien creo que el mercado le hizo caso a Rolex, porque su éxito inicial no estuvo en respetar unos modelos clásicos sino en hacerlos icónicos desde un primer momento vinculando sus relojes a hazañas e hitos deportivos y de la relojería, aparte de un marketing brutal con relojes en muñecas de presidentes de todo tipo de países, etc. El camino de Rolex siempre fue hacer de sus relojes un icono.
En cambio Omega apostó entre 1970 y mediados de los 90s por la modernidad y por "la fórmula mágica" en el diseño de sus relojes. Se dejó llevar por modernidades caducas. También otras grandes lo hicieron, como Patek con su Nautilus o AP con el Royal Oak, pero estas fueron continuistas o coherentes y supieron hacer de esos relojes sus iconos.
La estrategia de Rolex durante estos años fue magistral. Mucho marketing y mucha psicología. Por ejemplo. La tan traída y llevada lupa de los Rolex. ¿Por qué esa lupa tan innecesaria, antiestética y fuera de nuestro tiempo?, ¿Por qué la mantiene Rolex?
No la mantiene porque sea una seña de identidad de un modelo legendario, la mantiene porque es un elemento identificativo del reloj, que es muy diferente. Pongo dos ejemplos para explicarlo mejor:
Pongamos que estamos comiendo en un restaurante y a 8 metros un señor mayor de unos 75 años está comiendo con su esposa. Lleva un reloj de unos 36mm de esfera blanca y en la distancia no podríamos saber que reloj lleva. Pero si que lo sabemos, porque el cristal parece llevar una lupa y el armis es el clásico jubilee. Conclusión. Ni nos acercamos a ese señor pero sabemos que lleva un Rolex Datejust.
A ultima hora de la tarde vamos a un cocktel y vemos también a 6 metros a un señor con un reloj diver. No sabemos de que marca es pero... caramba, parece que el cristal lleva una lupa: Debe ser un Submariner. Y al lado hay una señora que lleva un reloj de acero-oro, y vaya.... ¡otra lupa!!... un Datejust Lady.
La lupa está fuera de su tiempo, no debería ir ya en esos relojes, pero es una seña de identidad y un rasgo identificativo (que son cosas distintas) del reloj que lleva su usuario en la muñeca. En conclusión Rolex no puede suprimir esa lupa, porque para sus clientes tiene mucho valor: El que los demás identifiquen en la distancia que reloj lleva puesto.
Omega tardó casi tres décadas en darse cuenta de que no hay relojes con fórmulas mágicas, sino relojes que aun siendo simples o incluso feos (opinable) con marketing y trabajo se conviertan en icónicos o deseados, y el primer golpe de timón en su política fue el Seamaster Bond.
En primer lugar el Bond sería el primer Omega de James Bond. Si ídolos como Bond, políticos como Castro y Guevara (anticapitalistas) o sex simbols como Steve McQueen coinciden en un mismo reloj y contrubuyeron a hacerlo icónico, su rival el nuevo Seamaster tendría que seguir unos pasos parecidos. Primer bombazo de maketing. Luego el reloj se vería en muñecas como los príncipes de gales y otras celebridades.
En segundo lugar el reloj debería poder diferenciarse a distancia, como el submariner con su lupa. Y aparece la válvula de Helio a las "10" del dial. Que todo el mundo se olvide de una válvula automática que la corona roscada en la válvula es "la lupa" en el Seamaster. Y como ocurre con el Datejust y su armis jubilee, también un armis llamativo y claramente identificable. El armis del Bond y ahora del cerámico. Y como variante buscando una estética descaradamente clásica aparece el 2254, con armis clásico a la "Speedy" pero con el triángulo invertido a las 12 muy identificativo de los Seamaster clásicos.
Cambio de rumbo también con el Speedmaster. Se acabaron las versiones futuristas de líneas curvas, y golpe de efecto en el marketing: Speedy Racing Schumacher, con el deportista más célebre de la Formula1.
¿A qué lleva todo esto?
Pues lleva a que las marcas inviertan sus esfuerzos en el marketing, en la formación de imagen icónica de relojes clásicos que lo son por su aceptación en el mercado a lo largo del tiempo y por ese machacón trabajo de publicidad, y a no arriesgar en las estéticas, en un mundo en el que la "estética" como un valor tiene una divulgación brutal y en el que para mucha gente es muy importante que su reloj pueda ser identificado claramente por los demás.
Así que para este año y para los venideros, podemos esperarnos el retoque te un bisel, el pulido de un armis, el cambio de color de unas agujas, la implementación de una espiral de un nuevo material que reduzca su dilatación y mejore algo la precisión.... y más de lo mismo.
Saludos.
Coincido más o menos con lo que dices. Tal vez el fallo (?) de Omega fue dejar de producir los clásicos de éxito cuando sacaba nuevos modelos, mientras que la otra marca "a Dios rogando" (Oysterquartz, por ejemplo) mientras "con el mazo dando" (continuar produciendo los Submariner de toda la vida. La suya, al menos). No voy a entrar en si el movimiento Oysterquartz era innovador o no (de hecho uno de los poquísimos cuarzos suizos primigenios, si es que hubo más) sino que focalizo en lo aparentemente acertado de su continuismo mientras hacía (un poco de) caso al mercado. A Rolex no le hace falta reeditar porque nunca dejó de producir esos modelos, mientras que Omega se debate entre la innovación y la reedición, y su machaconería con el Speedmaster no ayuda: modelos con ese nombre pretendidamente nuevos pero que no son "the real thing".
En cuanto a riesgos, no olvidemos que estamos hablando de marcas consolidadas y no de pioneros que necesiten hacerse un hueco, de manera que eso, riesgos los justos. Todas.
Saludos