Continuación.....
INTERVENCIÓN:
1er paso - Despiece
: Desclavar el escudo/carátula del armazón y retirarlo con sumo cuidado pues el acabado se desprende; desclavar la tapa trasera y dejar a la vista el gong para tratarlo; desmonte de la platina de madera del tren de ruedas horario y sacar las ruedas, observando que hay que retirar las manillas horaria, minutera y, las ruedas de cañón y el piñón que traslada el movimiento a estas últimas; retirada de la rueda contadora y desmonte de la platina del tren de ruedas de la sonería y su extracción; desmonte y extracción de las palancas existentes.
2do paso - limpieza y tratamiento: La estructura de madera estaba perdida de suciedad y grasa reseca, como si para engrasarlo hubieran utilizado un fumigador, pues no se libraba ni el último rincón, además con un aceite muy corrosivo; para ablandar la suciedad se utilizó amoníaco, y se retiró con bayeta, por último, pasada con detergente de cocina y retirada de este con agua. Los centros se limpiaron con mondadientes empapados en “Tres en Uno” con movimientos para remover la suciedad reseca y pulir.
Las ruedas, como los ejes son de madera, igual que la jaula, se optó por ablandar la suciedad con amoníaco removiéndola con un cepillo, seguido de pasada de bayeta con detergente y retirada de restos con bayeta húmeda. Una vez secas las ruedas, se removieron los barnices viejos con lija para, nuevamente, darles una pasada protectora a base de barniz de goma-laca; los pivotes se pulieron con lana de acero N_000. y a los piñones, con un pincel se les aplicó “Tres en Uno” y seguidamente se intentó pulir con lana de acero N-000
Las costras de óxido de las palancas y otras clavijas de acero, se rascaron, y por último se pulieron con lija de agua muy fina N-220. El gong también se rascó, removiendo las costras de óxido y con lija de agua se remató la limpieza; por cierto, una vez en funcionamiento, el gong suena a cascado, ha perdido sonoridad. Por último, para la protección de todos los componentes de acero, se aplicó una patina de vaselina.
El escudo/carátula, el elemento más comprometido para no producirle más deterioro. La superficie está totalmente craquelada y con desprendimientos de material y, los bordes con la imprimación levantada, y con pequeñas cavernas producidas por la carcoma, sin contar con los cuatro impactos producidos al clavar el escudo a la jaula. Se limpió con muñequillas humedecidas en una solución de amoníaco, detergente de cocina y agua destilada con un movimiento suave y circular sobre la superficie. El resultado, sin añadir más deterioro, fue sorprendente; seguidamente, con un plástico de cocina remetido en la rueda del “avisador” para proteger el lacado, se limpió y pulió la chapa de latón marcada con numeración arábiga, utilizando un limpia metales y lana de acero N-000, El reverso del escudo, con una esponja bañada en amoníaco y acabando con agua, la madera quedó en perfectas condiciones.
3er paso Estabilización y acondicionamiento: La jaula de madera, sin restos de humedad de la limpieza, se taponaron con masilla de madera los agujeritos de la carcoma, se dio un tratamiento preventivo contra insectos; las cuñas que fijan los extremos de las columnas a la base y tapa, sobresalían del plano, haciendo que bailase la estructura y, hubo que reintroducirlas hasta que estuvieran enrasadas, una de estas cuñas faltaba y se repuso con un trozo de una pinza de tender y, con estos ajustes, la jaula de madera quedó bien firme; por último, se dio un tratamiento con un producto para nutrir la madera de teca y de exteriores, compuesto por aceites y ceras que refrescó la reseca madera de haya.
Reconstrucción mecanismos sonería; En este capítulo es donde más dedicación puse, no tenía ni idea como funcionaban las levas de la rueda del tren de sonería, a través del balancín de madera, que debían incidir en la clavija que se encargaba de preparar los toques (inexistente) y, en la hora en punto, lanzaría el mecanismo que movía el macillo, pues nada existía. Gracias a la consulta de páginas de Internet con imágenes de relojes similares y, sobre todo, por las antiguas marcas dejadas en la maquinaria por las palancas de la desaparecida sonería, la pude rehacer. Antes que nada, saqué el balancín de madera, quité todos lo alambres que con poca fortuna pusieron. La pequeña pieza de madera la encolé para más tarde averiguar cómo funcionaba.
La barra de acero con las palancas que transmitía el movimiento desde las levas hasta los retenes faltaba; de una boya de cisterna de un inodoro que compré, saqué la barra de latón que la unía a la válvula del agua, era del mismo diámetro y, a partir de ahí, la adapté y taladré en el sitio que marcaban las antiguas huellas, a presión encastré los alambres a los que le di forma, uno para que levantara la clavija del retén, el segundo en el extremo donde lo encastre, para que descansara en el balancín de madera, en cuyo extremo introduje otro alambre dándole forma para que la leva de los toques moviera el balancín y a su vez, empujara la palanca para soltar el retén. Para mantener el balancín de madera en estado horizontal y que no cayera a ningún lado, hacía falta un muelle que lo estabilizara; se veían las marcas que ocupó y, de un alambre, rehice dicho muelle y, para que funcionara tuve que templarlo en baño de aceite.
Intervención en las paletas del áncora, esta parte fue la más peliaguda; claramente se veía una mala intervención, la chapita que contiene el centro del eje del áncora tiene desbocado el tornillo que la sujeta a la platina, habían enderezado una de las paletas, la que encuentra primero los dientes del escape, de manera que hacía tope, imposibilitando la marcha del reloj. Tuve que destemplar esa paleta, doblarla dando forma para que entrara justo entre dos dientes, mientras la segunda paleta (estaba correcta) la mantenía justo en la punta de un diente, después templar de nuevo el acero y pulir, la cara de la paleta que encuentra el diente del escape, a espejo.
El eje del martillo se tuvo que reconstruir, taladrando justo en la marca donde en su día estuvo, además otro taladro a 90º donde encastrar la palanca que se apoya en el muelle que lanza el martillo.
El escudo/carátula/cuadrante, lo primero era estabilizar y reforzar el acabado; utilizamos cola de carpintero diluida en agua y, con un pincel fino fuimos aplicando en las zonas más críticas (bordes sueltos, zonas craqueladas con faltas…etc.). Seca la cola y adheridas las zonas más frágiles, evitamos desencolar para corregir la chapuza para evitar más daños; con masilla de pintor taponamos los agujerillos de la carcoma, las grietas, las faltas, los agujeros de los clavos y, rehacemos la imprimación de escayola, sirviéndonos de una lija de agua fina, con el máximo cuidado enrasamos al acabado. En el reverso taponamos con masilla de madera los agujeros de carcoma, damos un tratamiento contra insectos y nutrimos la madera con aceites y ceras. En el anverso, refrescamos la carátula con ceras de rápida absorción, pasando un paño con movimientos circulares, una vez absorbida, aplicamos un producto para conservar muebles.
4º paso - montaje y equilibrado, según el principio de “ensayo - error - acierto”, hasta hacerlo “latir”:
Montamos los trenes de ruedas y sujetamos las platinas con un tonillo de latón donde antes habían clavos, colocamos las palancas y sujetamos con un clavito de latón, la sonería se tuvo la precaución que la palanca de retén sujetara el pivote de la rueda y el martillo estuviera en reposo. Ajustamos el martillo a 1mm. del bordón del gong y la horquilla del péndulo en la vertical; colocamos la tapa posterior sustituyendo los clavos por finos tornillos, recolocamos las ruedas de cañón y ajustamos la palanca que sale del balancín de madera a las levas de los toques. En el armazón de madera, en el hueco que dejaron los clavos que sujetaban la carátula, introducimos un clavo dejando las puntas fuera para que de nuevo encajen en los agujeros dejados en la carátula, sin que llegue a atravesarla, inmovilizándola con pequeños cáncamos y pasadores al armazón.
Las tapas laterales se restituirán, pues protegen del polvo y dan estabilidad al conjunto, evitando que se venza por peso, ya que funcionan como escuadras.
Aunque el reloj está en marcha, todavía tiene que sentarse el mecanismo, además, aprovecho para averiguar el peso necesario para mover las ruedas, que como es de 8 días de duración y, añaden un rueda más al movimiento y sonería, deben tener más peso, aproximadamente entre 2500/3000 gr. que, en las "rateras" de 30 hs. son entre 1300/1400 gr., siendo la jaula de madera sensiblemente más grande; por último tendré que calcular la longitud de la varilla del péndulo y el peso de la lenteja. Aunque estos aspectos queden pendientes de plasmarlos en el relato, hago un adelanto del mismo.
Continuará….