Pues a mí me ha llegado a tiempo…
Algo muy, pero que muy especial y que, por una vez, no tiene nada que ver con el mundillo de los relojes, aunque bien pensado podría decirse que, corta tanto, que hasta podría cortar el tiempo.
Y digo que me ha llegado oportunamente, porque la encargué para que me la hicieran expresamente hace unos tres meses, y no las tenía todas conmigo de que estuviera para estas fechas.
Se trata nada más y nada menos que de una deliciosa navajita hecha por encargo y de forma completamente artesanal por el artesano
Pierre de la conocida marca francesa
Laguiole en Aubrac.
Se trata de una reproducción -no hay dos idénticas- de la misma por la que Laguile en Aubrac obtuvo el primer premio de cuchillo de colección en el
Salón Internacional de la Caza de Nuremberg, IWA 2003.
La hoja es de acero al carbono XC75 y del tipo “brut de forge”, es decir, tal y como sale de la forja, y únicamente pulida en su lomo y en la parte correspondiente al filo, lo que le da un aspecto muy rústico y auténtico.
Pero lo más singular es su empuñadura o cachas, realizadas con “ivoire”, o lo que es lo mismo, con marfil fosilizado de mamut. Sí, sí, lo he escrito correctamente, así que se trata de un material de origen orgánico con unos 4.000 años de antigüedad: obsérvese la belleza de las zonas marrones semi fosilizadas y los azules intensos, producto del trabajo de ciertas bacterias a lo largo de los siglos…
Se trata de un material escaso y muy valorado, que puede proceder de Rusia (más quebradizo) o de Canadá, como ocurre en este caso, y que no siempre está disponible aunque por suerte, cuando hice mi encargo, les acababa de llegar una partida de “ivoire”.
Obsérvese la abeja o “mosca” característica de
Laguiole en el extremo del resorte o nuelle, así como la firma del artesano cuchillero que la ha elaborado (las hendiduras en el lomo de la hoja).
En fin, una obra maestra de hoy en día en el viejo arte de la cuchillería, que no pasará desapercibida a los profanos en estas lides, y que los aficionados a las navajas, que seguro que los hay en este foro, sabrán apreciar en toda su dimensión.
En cualquier caso, un buen complemento para distraer de vez en cuando a la imaginación de esa ruinosa afición a los relojes. Y es que, no sólo de relojes vive el hombre...
¡Saludos!