Tomeu2008
Habitual
Sin verificar
Llevo más de 10 años, en esto de los relojes; bueno, en realidad, desde que vi mi primer reloj. Pero, en serio, desde hace algo más de 10 años; por eso, el 2008 de mi avatar.
Desde el 2008, mi mujer sólo me decía que qué hacía con tanto reloj, si con uno bastaba. Ella llevaba uno digital, para todo, hasta que…
Hace un par de semana, mirando un reloj, azulito, bonito, vi el Seiko SNKD 99, con sus 37 mm y maquinaria vista. Me enamoró a primera vista; fue un flechazo. Pensé; es bonito, cómodo y elegante; ¡¡a la saca!! Miré en internet y encontré una oferta de 92,00 € y con un 10% de descuento, por lo que me salió, envío incluido, 82,80 €. Una ganga y bonito; ni pensarlo.
Foto del susodicho, sacada de internet y ahora os cuento porqué.
El problema surge al llegar a casa con el reloj. Como siempre, se lo enseño a mi mujer y se lo queda mirando. Entonces, caí en la cuenta de que el color azul, azul turquesa, azul mar (que digo yo) es el que más le gusta y ese reloj se le parece mucho.
Ahíííí… Solito me he metido en la boca del lobo…
Se lo mira, remira y vuelve a mirar; se lo pone en la muñeca por encima… Y yo, ya con temblores fríos; ¡¡le gusta!!, ¡¡se lo va a quedar!!, pero si ni me lo he ajustado…, que era para mí …
Me pide ella, tranquilamente; ¿me lo puedes ajustas?
Sí, por supuesto, digo yo, sin problema (nunca he sido tan falso; más falso que judas). Piensas una cosa, pero haces otra.
Comprado, sin estrenar, sin ajustar, recién sacado de la caja y…. ¡¡Ella lo quiere en su muñeca y ajustado!!
Mi subconsciente me decía; ¡¡no lo hagas, que le va a gustar y le va a quedar bien!! Pero, también me decía; ¡¡cuidado, que tu caja de relojes, puede perder su “”único”” dueño!! Así que mejor que le guste uno que los otros…
Se lo ajusto, temblando; a ver si se rompe algo, a ver si se para, a ver si hay que llevarlo al SAT (nunca había deseado que un reloj, recién comprado, vaya mal o se estropee, ¡¡hasta este día!!) Tenía, yo, una cara de demonio.
Se lo ajusta, se lo pone, le queda bien, sale a la terraza, el sol le da en la esfera, ve sus reflejos, me mira con su mirada de cariñito, de amor verdadero (el mío era de Judas, ya lo he dicho) y me dice; ¿Me lo puedo quedar?; es muy bonito y tú tienes tantos…
Sí, claro que sí, lo he comprado pensando en ti, por si te gustaba… (Soy más falso que judas, otra vez; esa noche, tuve mal de hígado; mala bilis) …
… tragedia consumada…
¡¡Pero si ni ha rozado mi muñeca!!....
En fin. Incluso he pensado en comprar otro para probarlo…, con eso lo digo todo.
Pero hay suma y sigue; al cabo de dos o tres días; la encontré mirando la caja que tiene “(tenía)” un único dueño, haciendo comentarios sobre el contenido; que si uno es blanco, el otro negro, porque un aguja roja, que bonito el que tiene varias esferas…
Sí, queridos compañeros, mucho cuidado con enseñar un reloj bonito a tu pareja, porque puede ser el fin de vuestra pacífica posesión de la caja. Yo, estoy en tratamiento psicológico, para sumir el reparto de la caja y el acceso de mi pareja a una parcela, hasta ahora, de la que disfrutaba en solitario. Y todo por enseñar un reloj de 37 mm azulito…
Os dejo un par de fotos, del susodicho, sacadas de internet, ya que del que está en casa, no puedo, no tengo su posesión y la que la tiene, lo tiene celoso…
Increíble, pero cierto. Como dijo Don Quijote, “cosas veredes, amigo Sancho…”
Desde el 2008, mi mujer sólo me decía que qué hacía con tanto reloj, si con uno bastaba. Ella llevaba uno digital, para todo, hasta que…
Hace un par de semana, mirando un reloj, azulito, bonito, vi el Seiko SNKD 99, con sus 37 mm y maquinaria vista. Me enamoró a primera vista; fue un flechazo. Pensé; es bonito, cómodo y elegante; ¡¡a la saca!! Miré en internet y encontré una oferta de 92,00 € y con un 10% de descuento, por lo que me salió, envío incluido, 82,80 €. Una ganga y bonito; ni pensarlo.
Foto del susodicho, sacada de internet y ahora os cuento porqué.
El problema surge al llegar a casa con el reloj. Como siempre, se lo enseño a mi mujer y se lo queda mirando. Entonces, caí en la cuenta de que el color azul, azul turquesa, azul mar (que digo yo) es el que más le gusta y ese reloj se le parece mucho.
Ahíííí… Solito me he metido en la boca del lobo…
Se lo mira, remira y vuelve a mirar; se lo pone en la muñeca por encima… Y yo, ya con temblores fríos; ¡¡le gusta!!, ¡¡se lo va a quedar!!, pero si ni me lo he ajustado…, que era para mí …
Me pide ella, tranquilamente; ¿me lo puedes ajustas?
Sí, por supuesto, digo yo, sin problema (nunca he sido tan falso; más falso que judas). Piensas una cosa, pero haces otra.
Comprado, sin estrenar, sin ajustar, recién sacado de la caja y…. ¡¡Ella lo quiere en su muñeca y ajustado!!
Mi subconsciente me decía; ¡¡no lo hagas, que le va a gustar y le va a quedar bien!! Pero, también me decía; ¡¡cuidado, que tu caja de relojes, puede perder su “”único”” dueño!! Así que mejor que le guste uno que los otros…
Se lo ajusto, temblando; a ver si se rompe algo, a ver si se para, a ver si hay que llevarlo al SAT (nunca había deseado que un reloj, recién comprado, vaya mal o se estropee, ¡¡hasta este día!!) Tenía, yo, una cara de demonio.
Se lo ajusta, se lo pone, le queda bien, sale a la terraza, el sol le da en la esfera, ve sus reflejos, me mira con su mirada de cariñito, de amor verdadero (el mío era de Judas, ya lo he dicho) y me dice; ¿Me lo puedo quedar?; es muy bonito y tú tienes tantos…
Sí, claro que sí, lo he comprado pensando en ti, por si te gustaba… (Soy más falso que judas, otra vez; esa noche, tuve mal de hígado; mala bilis) …
… tragedia consumada…
¡¡Pero si ni ha rozado mi muñeca!!....
En fin. Incluso he pensado en comprar otro para probarlo…, con eso lo digo todo.
Pero hay suma y sigue; al cabo de dos o tres días; la encontré mirando la caja que tiene “(tenía)” un único dueño, haciendo comentarios sobre el contenido; que si uno es blanco, el otro negro, porque un aguja roja, que bonito el que tiene varias esferas…
Sí, queridos compañeros, mucho cuidado con enseñar un reloj bonito a tu pareja, porque puede ser el fin de vuestra pacífica posesión de la caja. Yo, estoy en tratamiento psicológico, para sumir el reparto de la caja y el acceso de mi pareja a una parcela, hasta ahora, de la que disfrutaba en solitario. Y todo por enseñar un reloj de 37 mm azulito…
Os dejo un par de fotos, del susodicho, sacadas de internet, ya que del que está en casa, no puedo, no tengo su posesión y la que la tiene, lo tiene celoso…
Increíble, pero cierto. Como dijo Don Quijote, “cosas veredes, amigo Sancho…”