Esto me parece un despropósito. Para eso, se desmonta la sanidad pública y universal y andando. Yo ni fumo ni bebo y hago ejercicio, pero desde un punto de vista filosófico que un estado obligue a su población a mantenerse atléticos, comer y beber conforme a la dieta estatal de prácticas saludables, me parece de una deriva bastante fascista. El vender todas nuestras libertades, y por qué no, lujurias individuales para la miseria de una cobertura sanitaria y la aprobación del estado, es tremendamente triste. Al final solo pedimos ser esclavos de un estado. Yo, por mi parte, no quiero ser esclavo de un estado, gracias, el estado está para servir a la población, y no al revés, que parece es la obsesión europea.
Para pedir esa cantidad de precisión aritmética de gasto, primero habría que implantar un modo apolítico de organización estatal y política, aunque parezca paradoja en este último caso, lo más eficiente posible, someterlo a auditorías externas, aplicar una reestructuración conforme a doctrinas estrictas de lean management de toda la inversión y millones de tareas más. Pero tirar el dinero por todas partes, y penar a un ciudadano comerse un donuts y estar gordo, me parece un dis-pa-ra-te propio de la más exagerada distopía. Escalofríos me da esa tendencia de razonamiento.
Los impuestos, no lo perdamos de vista, no tienen sentido ninguno, simplemente se pagan por necesidad. A cualquier cosa se le puede poner un impuesto y se puede inventar una excusa para dicho impuesto, que parece, más que nada, que dicha excusa es requisito para reducir la resistencia en la población, de la primera a la última. El único sentido que tiene es que se requiere un flujo de capital hacia el estado y cuando no llega se aumenta. Y ya está. Cada vez que hay una subida de impuestos se pone en marcha una campaña de propaganda en la televisión, sobre todo en la pública, que funciona tal que 1, explico la excusa 2, busco un país donde paguen más 3, explico para qué se va a usar el dinero. Es propaganda en el sentido literal del término.
Puedo inventar un impuesto para quien tiene cuatro dedos, o por ser mujer, o por usar una fregona, lo mismo que lo puedo inventar para quien bebe coca cola, y poner una excusa tan válida como la del resto, la realidad es que quieren 5000 millones y los sacan de donde les parece que tendrá mejor venta en relaciones públicas en relación al volumen recaudado. Así de simple.
Y por Dios, que el estado se gestione mal no es culpa de la población ni se arriesga cediendo horas de trabajo al estado. Con vuestra magnánima solidaridad podríais pagar el 95% de IRPF y aunque no lo creáis podría seguir habiendo déficit y gestión deficiente de los servicios. Uuu, sorpresa, experimentos comunistas. Abrid los ojos. Os venden gestión de país bananero con aroma de país nórdico y tragáis como benditos.