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Los objetos que vamos a mostrar aquí pertenecen a una época lejana, no solamente en el tiempo, sino en el concepto de su utilidad. Los limpiaplumines (en inglés “pen wipe”) son unos accesorios de escritorio que fueron habituales en las mesas de los escribientes cuando todavía se utilizaban ampliamente los plumines de palillero.
Limpiaplumines redondo en plata de origen inglés, B'Ham 1904.
Limpiaplumines de plata de la conocida casa Sampson Mordan, Londres 1898.
Ahora los plumines de acero para montar en un palillero se ven como un objeto desechable y de poco valor, pero en su momento, eran instrumentos preciosos que se reutilizaban día a día hasta que el desgaste los hacía incómodos o imprecisos al aumentar la anchura de su trazo y entonces eran sustituidos. Las tintas dominantes en esa época, como todos sabemos, eran fundamentalmente ferrogálicas, por lo que debido a su acidez, atacaban sin contemplaciones el acero de los plumines. De ahí la necesidad de limpiarlos tras cada uso, para evitar la formación de herrumbres y costras sobre ellos. Esta función se llevaba a cabo enjugando la tinta que quedaba sobre la plumilla, normalmente mediante un secante que podía ser un trapo de fieltro o un manojo de cerdas. Este último tenía la ventaja de proporcionar cierta capacidad de fricción lo que facilitaba la retirada de los residuos de tinta.
Limpiaplumines eduardino en plata maciza, la base es una caja para transporte de plumines.
Limpiaplumines de mesa estilo tiffany, en bronce.
Como casi todos los objetos que en la historia de la Humanidad llegan a adquirir grado de utilidad cotidiana, su fabricación, especialmente si es artesana, deriva en objetos que unen a su funcionalidad cierta dosis de ornamentación y diseño que llega a convertirlos en obras de arte, sublimando a veces su verdadero uso, y convirtiéndose en objetos decorativos.
Limpiaplumines en plata esterlina, Londres 1902.
Modelo de la firma William Comyns en plata maciza, con función de soporte para palillero. Londres c1900.
Atendiendo la una clasificación muy básica podemos establecer dos tipologías evidentes.
En primer lugar, los limpiaplumines textiles o de piel, especialmente gamuza, cuya forma básica suele ser de librillo de láminas unido mediante un cordoncillo. La forma suele ser redondeada y parecen un pequeño tapete multicapa de mesa. La ornamentación en esta tipología es muy variable, entra dentro de la artesanía textil y ofrece ejemplos notables como los ejemplos a continuación.
Limpiaplumines de fieltro con ardilla.
Modelo con una salamandra.
Modelo de origen alemán con una cabeza de muñeca de porcelana.
Cabeza de gallo con fieltro de limpieza. Plata inglesa, 1912.
Cabeza de gallo en bronce con cresta de fieltro. Hacia 1870.
Incluso hay un modelo que se sigue fabricando actualmente, comercializado por Akkermann.
Modelo actual de Akkerman en gamuza.
La segunda clase estaría formada por los limpiaplumines basados en agregados de cerdas o pelo en forma de cepillos montados en una base pesada que asiente sobre la mesa. En este caso, los soportes más elaborados son metálicos y se convierten en pequeñas esculturas artísticas con la más variada inspiración. Destacan por su abundancia los motivos de animales, de los cuales se han recopilado algunos ejemplos. Los materiales suelen ser bronce pintado en frío, aleaciones de cinc como el peltre, aunque también se prodiga la plata y suponemos que en escritorios nobles, incluso el oro.
Araña de bronce de finales del siglo XIX.
Caracol de bronce que no conserva el cepillo de fibras.
Cerdo inglés en plata fabricado en Birmingham, 1912.
Jabalí de bronce fabricado en Viena.
Ciervo.
Conejo en bronce.
Foca.
Lagarto en bronce dorado c1900.
Cocodrilo en bronce policromado en frío.
Mono en bronce pintado.
Oso de bronce pintado, fabricado en Viena c1900.
Urogallo de bronce de origen vienés.
Loro de bronce policromado.
Perro sedente en bronce.
Toro de bronce con cuernos de hueso. Hacia 1900.
Tortuga de bronce pintada en frío.
Hay también ejemplos de donde se combinan tintero y limpiaplumines como este modelo de viaje.
Tintero de viaje combinado con limpiaplumines en una cajita con forma de estuche para violín. Datado hacia 1900.
Curiosa versión en plata maciza de época victoriana tardía con forma y color evocando un antiguo imán de herradura.
Saludos.
Los objetos que vamos a mostrar aquí pertenecen a una época lejana, no solamente en el tiempo, sino en el concepto de su utilidad. Los limpiaplumines (en inglés “pen wipe”) son unos accesorios de escritorio que fueron habituales en las mesas de los escribientes cuando todavía se utilizaban ampliamente los plumines de palillero.
Limpiaplumines redondo en plata de origen inglés, B'Ham 1904.
Limpiaplumines de plata de la conocida casa Sampson Mordan, Londres 1898.
Ahora los plumines de acero para montar en un palillero se ven como un objeto desechable y de poco valor, pero en su momento, eran instrumentos preciosos que se reutilizaban día a día hasta que el desgaste los hacía incómodos o imprecisos al aumentar la anchura de su trazo y entonces eran sustituidos. Las tintas dominantes en esa época, como todos sabemos, eran fundamentalmente ferrogálicas, por lo que debido a su acidez, atacaban sin contemplaciones el acero de los plumines. De ahí la necesidad de limpiarlos tras cada uso, para evitar la formación de herrumbres y costras sobre ellos. Esta función se llevaba a cabo enjugando la tinta que quedaba sobre la plumilla, normalmente mediante un secante que podía ser un trapo de fieltro o un manojo de cerdas. Este último tenía la ventaja de proporcionar cierta capacidad de fricción lo que facilitaba la retirada de los residuos de tinta.
Limpiaplumines eduardino en plata maciza, la base es una caja para transporte de plumines.
Limpiaplumines de mesa estilo tiffany, en bronce.
Como casi todos los objetos que en la historia de la Humanidad llegan a adquirir grado de utilidad cotidiana, su fabricación, especialmente si es artesana, deriva en objetos que unen a su funcionalidad cierta dosis de ornamentación y diseño que llega a convertirlos en obras de arte, sublimando a veces su verdadero uso, y convirtiéndose en objetos decorativos.
Limpiaplumines en plata esterlina, Londres 1902.
Modelo de la firma William Comyns en plata maciza, con función de soporte para palillero. Londres c1900.
Atendiendo la una clasificación muy básica podemos establecer dos tipologías evidentes.
En primer lugar, los limpiaplumines textiles o de piel, especialmente gamuza, cuya forma básica suele ser de librillo de láminas unido mediante un cordoncillo. La forma suele ser redondeada y parecen un pequeño tapete multicapa de mesa. La ornamentación en esta tipología es muy variable, entra dentro de la artesanía textil y ofrece ejemplos notables como los ejemplos a continuación.
Limpiaplumines de fieltro con ardilla.
Modelo con una salamandra.
Modelo de origen alemán con una cabeza de muñeca de porcelana.
Cabeza de gallo con fieltro de limpieza. Plata inglesa, 1912.
Cabeza de gallo en bronce con cresta de fieltro. Hacia 1870.
Incluso hay un modelo que se sigue fabricando actualmente, comercializado por Akkermann.
Modelo actual de Akkerman en gamuza.
La segunda clase estaría formada por los limpiaplumines basados en agregados de cerdas o pelo en forma de cepillos montados en una base pesada que asiente sobre la mesa. En este caso, los soportes más elaborados son metálicos y se convierten en pequeñas esculturas artísticas con la más variada inspiración. Destacan por su abundancia los motivos de animales, de los cuales se han recopilado algunos ejemplos. Los materiales suelen ser bronce pintado en frío, aleaciones de cinc como el peltre, aunque también se prodiga la plata y suponemos que en escritorios nobles, incluso el oro.
Araña de bronce de finales del siglo XIX.
Caracol de bronce que no conserva el cepillo de fibras.
Cerdo inglés en plata fabricado en Birmingham, 1912.
Jabalí de bronce fabricado en Viena.
Ciervo.
Conejo en bronce.
Foca.
Lagarto en bronce dorado c1900.
Cocodrilo en bronce policromado en frío.
Mono en bronce pintado.
Oso de bronce pintado, fabricado en Viena c1900.
Urogallo de bronce de origen vienés.
Loro de bronce policromado.
Perro sedente en bronce.
Toro de bronce con cuernos de hueso. Hacia 1900.
Tortuga de bronce pintada en frío.
Hay también ejemplos de donde se combinan tintero y limpiaplumines como este modelo de viaje.
Tintero de viaje combinado con limpiaplumines en una cajita con forma de estuche para violín. Datado hacia 1900.
Curiosa versión en plata maciza de época victoriana tardía con forma y color evocando un antiguo imán de herradura.
Saludos.