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La perra de color canela

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Mientras estaba releyendo artículos de mi admirado D. Arturo, he encontrado uno de esos que hacen que se te mueva algo por dentro. Sé que muchos ya lo conoceréis, pero aún así, me apetece compartirlo con vosotros. Es uno de esos artículos que merece una segunda lectura; y una tercera; y una cuarta...

Espero que os guste:

La perra de color canela. Por Arturo Pérez-Reverte.
Publicado en El Semanal el 22 de mayo de 2005.

"El perro estaba suelto en la autovía, solo, desconcertado, esquivando como podía los coches que pasaban a toda velocidad. Cuando reaccioné, era tarde. Mientras consideraba el modo de detenerme y sacarlo de allí, lo había dejado atrás. Estacionar el coche con ese tráfico era imposible, así que no tuve más remedio que seguir adelante, mirando por el retrovisor, apenado. Algo más lejos se lo conté a una pareja de motoristas la Guardia Civil: kilómetro tal, perro cual. El cabo movió la cabeza. Nada que hacer, señor. Ocurre mucho. Además, aunque vayamos a buscarlo, no se dejará coger. Nos pondrá en peligro a nosotros y a otros automóviles. Y usted habría hecho mal en detenerse. Además, a estas horas se habrá ido, o lo habrán atropellado. Mala suerte.

Sin duda el guardia tenía toda la razón del mundo, pero yo seguí camino con un extraño malestar, las manos en el volante y la imagen del perro entre los automóviles grabada en la cabeza. Su desconcierto y su miedo. Sintiendo, además, una intensa cólera. Supongo que mientras los automovilistas esquivábamos a ese pobre animal de ojos aterrados que no sabía cómo franquear las vallas y quitamiedos de la carretera, algún miserable regresaba a su casa o seguía camino de su lugar de vacaciones, satisfecho porque al fin se había quitado de encima al maldito chucho. No es lo mismo un cachorrillo en Navidad, en plan papi, papi, queremos un perrito –cuántos perros condenados a la desgracia por esas palabras–, que uno más en la familia al cabo del tiempo: veterinario, vacunas, dos paseos diarios, vacaciones, etcétera. Entonces la solución es quitárselo de encima. Posiblemente así lo decidió el dueño del perro que estaba en la autovía: una parada en el arcén y ahí te pudras. También es lo que hizo, tiempo atrás, un canalla en una gasolinera de la nacional IV: el dueño de una perra color canela a la que no olvidaré en mi vida. Llevo doce años escribiendo esta página, y no recuerdo si alguna vez hablé aquí de ella. Ocurrió hace tiempo, pero lo tengo fresco como si hubiera ocurrido ayer. Y aún me quema la sangre, porque es de esos asuntos a los que me gustaría poner un nombre y un apellido para ir y romperle a alguien la cara, aunque eso no suene cívico. Me da igual. Con chuchos de por medio, lo cívico me importa una puñetera mierda. Ningún ser humano vale lo que valen los sentimientos de un buen perro.

Les cuento. Mientras repostaba en una gasolinera de la carretera de Andalucía, una perra color canela se acercó a olisquear mi coche, y después volvió a tumbarse a la sombra. Le pregunté al encargado por ella, y me contó la historia. Casi un año antes, un coche con una familia, matrimonio con niños, se había detenido a echar gasolina. Bajó la perra y se puso a corretear por el campo. De pronto la familia subió al coche y éste aceleró por la carretera, dejando a la perra allí. El encargado la vio salir disparada detrás, dando ladridos pegada al parachoques, y alejarse carretera adelante sin que el conductor se detuviera a recogerla. Al cabo de una hora la vio regresar, exhausta, la lengua fuera y las orejas gachas, gimoteando, y quedarse dando vueltas alrededor de los surtidores de gasolina. De vez en cuando se paraba y aullaba, muy triste. Al encargado le dio tanta pena que le puso agua, y al rato le dio algo de comer. Cada vez que un coche se detenía en la gasolinera, la perra levantaba las orejas y se acercaba a ver si eran sus amos que volvían. Pero no volvieron nunca.

La perra se quedó aquí, contaba el encargado. Mis compañeros y yo le fuimos dando agua y comida. El dueño nos dejó tenerla, porque vigila por las noches. Además, hace compañía. Es obediente y cariñosa. Al principio la llamábamos Canela, pero a una compañera se le ocurrió que era como la mujer de la canción de Serrat, y la llamamos Penélope. El caso es que ahí sigue. ¿Y sabe usted lo más extraño? Cada vez que llega un coche, la perra se levanta; y en cuanto se para, se asoma dentro a olisquear. Los perros son listos. Tienen buena memoria y más lealtad que las personas. Fíjese que nosotros la tratamos bien, no le falta de nada y hasta collar antiparásitos lleva. Pero ella sigue pendiente de la carretera. Los perros piensan, oiga. Casi como las personas. Y ésta piensa que sus amos vendrán a buscarla. Cada vez que llega un coche, se acerca a ver si son ellos. Sigue creyendo que volverán. Por eso lleva tanto tiempo sin moverse de aquí. Esperándolos."
 
Nunca he entendido eso de hijo de perra, siempre me han parecido mejores los perros que mucha gente con la que he tenido la desgracia de cruzarme.
 
Hace 11 años llegó a mi vida. Nunca había tenido un ser vivo a mi lado tan maravilloso y fantástico. Aún hoy se comporta como un cachorro y sus ojos siguen siendo tan inocentes como aquel primer día. Desde ese 15 de agosto de 1996, no hay día que pase que no sonría o me ría simplemente a carcajadas y no deje de sorprenderme. También desde entonces, aprendí que lo de "seres humanos", nos viene demasiado grande, demasiado. El es COCO: Simplemente un ser "humano" :clap: :clap: :clap: :clap: : y le adoro
 
Me gustan los perros, mi madre tiene un precioso Bichón Maltés, simpático como el sólo. No me importaría tener uno en casa, pero.... ni yo ni mi mujer paramos mucho en casa y para tenerlo sólo en el piso todo el día, prefiero no tenerlo, sería absolutamente inhumano tener "encarcelado" a un perro salvo dos momentos puntuales en los que le le podría dejar salir al patio.

Nunca he entendido a la gente que tiene un perro y no puede ni atenderlo, pero eso de abandonarlo..... deberían haber tomado la matrícula del coche del perro color canela por las cámaras de seguridad de la gasolinera y haberle metido un puro.

Hay gente que no se merecen que las llamen personas. Si no puedes tener un perro no lo tengas, pero no lo abandones a sus suerte. Porque ése al menso tuvo suerte de que los trabajadores de la gasolinera le atendiesen, el de la autopista probablemente habrá muerto..... por culpa de unos que se hacen llamar personas.
 
Sin comentarios..............Mis niños....
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Es una pena, pero hay mucho cabrón( y me quedo corto en calificativos) suelto por ahí, no entiendo como alguien puede hacer eso con un perro. Yo tengo una coker canela "loca" con 10 añitos y cada vez que la miro a la carilla lo único que veo es cariño, a mi modo de ver lo único que quieren los perros de sus amos para ser felizes es cariño, no quieren un coche, una casa,una tele..., sólo te quieren a ti, y si eso no es nobleza, amor, y devoción que venga Dios y lo vea.

Un saludo
 
y cada vez que la miro a la carilla lo único que veo es cariño, a mi modo de ver lo único que quieren los perros de sus amos para ser felizes es cariño, no quieren un coche, una casa,una tele..., sólo te quieren a ti, y si eso no es nobleza, amor, y devoción que venga Dios y lo vea.

Un saludo

Es que precisamente los perros es para lo que están "programados" Son máquinas de dar y recibir cariño.
Yo no tengo perro,ni me gustan.Mi mujer y su familia han tenido perro toda la vida,de hecho mi suegra tiene y de vez en cuando nos toca quedarnoslo alguna temporada,para alegría de mi mujer,pero a mí se me hace muy cuesta arriba.
Particularmente considero que quien conscientemente hace daño a un animal es un perfecto hijoputa -inconscientemente se lo hacemos todos cada vez que comemos o nos vestimos- pero no entiendo que haya gente convencida siquiera en insinuar que los perros -o el animal que sea- son mejores que las personas.
 
Muchas gracias, Ice.
 
Evidentemento primero están las personas, y yo tampoco entiendo que se trate a los animales mejor que a las personas, aunque en muchos casos asi sea.

Un saludo
 
Supongo, que el "joputa" del amo de la perra, no habrá vuelto por la gasolinera. Porque, si yo la viera menear el rabo al asomarse a un coche (seguro que, por mucho tiempo que haga, los reconocería), primero le arreo un sopapo, y luego..., no sé. Luego no sé.

A mi si me gustan mucho todo tipo de bichos. Pero prefiero no tener ninguno, por varios motivos, que no voy a exponer aquí.

No soy de los que piensan esto (Y creo que D. Arturo tampoco): Ningún ser humano vale lo que valen los sentimientos de un buen perro.


Ahora, no sé cómo hay gente capaz de verlo correr detrás, y largarse de vacaciones alegremente. Yo eso no se hago ni a un cactus.
 
No soy de los que piensan esto (Y creo que D. Arturo tampoco): Ningún ser humano vale lo que valen los sentimientos de un buen perro.

Perez-Reverte ha escrito varias veces en su columna dominical en El Semanal si no eso exactamente ,sí alguna barbaridad parecida.
Gracias a sus años de corresponsal de guerra,o mejor por culpa de ellos, y gracias a la independencia económica que le reportan sus novelas este señor puede permitirse el lujo de escribir en un periódico lo que le da la gana,sin amo ni patrón,con dos cojones,cosa que me agrada y me da envidia. Le leo siempre,su columna y sus novelas,-pese a que El pintor de batallas me pareció un tostón me la acabé enterita- Muchas veces,las más,estoy de acuerdo con lo que escribe,pero algunas se mea fuera del tiesto,mata moscas a cañonazos sin que le importe mosquear al personal ni los daños colaterales.
Hace bien poco,arremetía contra la engañosa publicidad de los bancos,y textualmente escribía

"De lo que se trata es de que el banco en cuestión, que para la cosa de recaudar viruta tiene tan poca vergüenza como el resto de los bancos y bancas que en el mundo han sido, plantea a sus jóvenes clientes una oferta de crédito tan descaradamente abyecta que, si no fuera porque el tal Solitario de los huevos no es más que un miserable sin escrúpulos y un payaso, casi aplaudiría uno que siguiera reventando ventanillas a alguna de tales entidades. No sé si me explico.

Supongo que a este señor que ha visto tanta guerra y tantos tiros,el hecho de que a un administrativo le pongan una recortada en la cabeza,o le peguen un tiro en la pierna porque había poco dinero en caja le hace hasta gracia.Compañeros míos que lo han vivido en aquellos años 80 con atracos diarios en las oficinas bancarias no opinan lo mismo.....
 
Nunca he entendido eso de hijo de perra, siempre me han parecido mejores los perros que mucha gente con la que he tenido la desgracia de cruzarme.
De un tiempo a hoy, he decidido descartar a cualquier criatura del reino animal para calificar a determinados sujetos.
Saludos.
 
diles que cualquier cosa que necesiten nosotros estamos a las ordenes
 
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