Como decía más arriba, yo tampoco entiendo de dónde viene este cuestionamiento recurrente de JLC como "alta relojería". Es más, creo que cuestionar el papel de JLC equivale a cuestionar el término "alta relojería" en sí mismo.
El problema es que hasta hace poco el término era bastante confuso, lo cual es bastante normal teniendo en cuenta que lo que ahora entendemos por "alta relojería" es un invento del grupo Richemont, que recupera el término con intereses claramente marketinianos desviándolo de su sentido original, que ya no tiene razón de ser. Cuando digo "intereses marketinianos" quiero decir que lo que pretende es diferenciar sus propias marcas atribuyéndoles un "label" que no tienen las demás.
Por otra parte, argumentar que JLC no es alta relojería porque produce relojes que no entran en esa categoría viene a ser como afirmar que Coco Chanel o Yves Saint-Laurent no eran creadores de alta costura porque también producían prêt-à-porter (de lujo, no lo olvidemos). O que determinados chefs cargados de estrellas michelín no pueden considerarse creadores de alta cocina porque en algunos de sus restaurantes ofrecen una cocina más terrenal (situación que se da con cierta frecuencia entre los 20 ó 30 chefs más importante del mundo).
Para salir del impasse, no parece descabellado recurrir a la reciente definición de la Fondation de la Haute Horlogerie (otro invento del grupo Richemont), que algo tendrá que decir sobre el asunto y que, de hecho, dice lo siguiente (traduzco libremente del Libro Blanco, páginas 14 y 15):
"La Alta Relojería es la excelencia relojera, la simbiosis del arte relojero y las artes aplicadas".
Y luego "matiza" (por decir algo):
"Entendida como una cadena de valor que incumbe antes que nada al producto, pero también a la marca o al creador que es su garante, la Alta Relojería es un arte que se compone de tradición e innovación, de ciencia y de técnica, de creación y de transmisión de conocimientos, de ética y de cultura".
Y a continuación menciona los 28 criterios de siete campos distintos (I+D y fabricación, Estilo y diseño, Historia y ADN, Distribución y servicio posventa, Coleccionistas, Imagen de marca y comunicación, Formación) que utilizó para evaluar las diferentes marcas.
Obviamente, Jaeger Lecoultre es una de las que superan la evaluación y por tanto, según la FHH, es una marca de alta relojería.
Estas serían todas ellas:
Maisons historiques
A. Lange & Söhne – Audemars Piguet – Blancpain – Bovet Fleurier – Breguet – Breitling – Bulgari – Cartier – Chopard – Girard Perregaux – Glashütte Original – H. Moser & Cie – Harry Winston – IWC – Jaeger-LeCoultre – Jaquet Droz – Officine Panerai – Omega – Patek Philippe – Piaget – Rolex – TAG Heuer – Ulysse Nardin – Vacheron Constantin – Van Cleef & Arpels – Zenith
Marques contemporaines
Armin Strom – Ateliers Louis Moinet – Cabestan – Christophe Claret – De Bethune – De Witt – FP Journe – Greubel Forsey – Hautlence – Hublot – HYT – Laurent Ferrier – Maîtres du Temps – MB&F – MCT – Parmigiani Fleurier – Ressence – Richard Mille – Roger Dubuis – Romain Gauthier – RJ-Romain Jerome – Speake Marin – Urwerk
Marques de luxe
Chanel – Hermès – Louis Vuitton – Montblanc
Artisans créateurs
Andreas Strehler – Antoine Preziuso – Beat Haldimann – Christiaan Van der Klaauw – Grönefeld – Kari Voutilainen – Philippe Dufour – Roger W. Smith – Sarpaneva – Thomas Prescher – Vianney Halter
Está claro que podemos debatir hasta el infinito, pero, como decía más arriba, EMHO cuestionar la pertenencia de cualquiera de estas marcas a la "alta relojería" es bastante complicado sin poner en cuestión todo el proceso de evaluación de la FHH (tres años, 46 expertos...) y, por tanto, el concepto de alta relojería. Digo más, si cuestionamos la clasificación de la FHH, me parece difícil argumentar por ejemplo que determinadas marcas o creadores nipones con dos o tres modelos de altísima calidad no son alta relojería.
En definitiva, o aceptamos pulpo como animal de compañía, o pasamos del grupo Richemont, de la FHH y de la "alta relojería".