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Prólogo:
El objeto de este post no es otro que bucear en la historia del Fifty Fathoms, sumergiéndonos en los orígenes de Blancpain para tener un poco de contexto. Hay un excelente articulo de @Goldoff para Rabat, que me ha servido de guía, de hecho me solapo y cojo bastantes cosas de ahi, así como de Wikipedia y de un par de articulos en inglés que he traducido. Hay algún dato sacado de foros, pero lo he tratado de contrastar. No pretendo decir nada que no esté ya en internet, sino que esto es un recopilatorio de la información ya existente, con un afán divulgativo, para el que tenga curiosidad. Y, sobre todo, lo hice porque quería estudiarme la historia de la marca.
Capítulo 1 : El nacimiento de una leyenda
En el monte y entre grandes peñascos cubiertos de un denso manto arbóreo, el pueblo suizo de Villeret dio a luz en 1693 a un hombre cuyo apellido nos es de sobra conocido: Jehan-Jacques Blancpain. Aquel municipio estaba ubicado en el cantón de Berna, de habla germana, pero en la parte francófona de éste (menudo cacao de idiomas tiene esta gente).
Creció en una familia de granjeros, aunque sería posteriormente alcalde (recordemos que es el vecino el que elige al alcalde, así que me imagino a Jehan-Jacques como un señor apreciado en la comunidad). No le bastaba con ser ganadero y regidor, también fue profesor de escuela (un hombre polifacético donde los haya) pero lo que nos interesa, sin embargo, es que fue un visionario y captó enseguida el potencial de la relojería. Las pizarras y las sillas de montar le sabían a poco, y comenzó a hacer relojes allá por 1735 (así consta en los registros de la época) en un primer taller que montó en el piso superior de su propia casa. Steve Jobs y compañía nos han vendido el mito de la empresa nacida en un garaje, pero Blancpain nació en un desván. Poca broma. Lógicamente es muy probable que ya antes de registrarse en Villeret como relojero en 1735, hubiese pasado por una etapa de aprendizaje y hecho sus primeros pinitos en el excelso arte de la relojería.
Quedémonos con esta fecha, 1735, pues supone que Blancpain es la casa relojera más antigua que existe. Es decir, la más antigua que ha funcionado de manera continua hasta la actualidad. De hecho, estuvo en manos de los Blancpain durante nada menos que 200 años, como veremos a continuación. Se pueden encontrar en los "interneses" opiniones de diversa índole... que si Blancpain estuvo parada un tiempo, o que si la actual Blancpain es una empresa distinta a la original. Yo opino que con estas diatribas entramos en un terreno pantanoso, metafísico, y ya que estamos podríamos plantearnos si las fotos de este post son relojes, o técnicamente imágenes, o ya puestos, archivos informáticos. A todos los inquietos les recomiendo leer sobre la paradoja de Teseo, sumamente interesante. Para mí Blancpain es un nombre con una historia y una serie de logros e hitos detrás increíblemente relevantes para nuestra afición, por lo que creo irrelevante determinar si filosófica y técnicamente es la misma empresa de 1735. Voy a intentar, no obstante, exponer objetivamente los hechos y que cada uno lo valore según su propio criterio.
Sigamos con el cuento. Monsieur Blancpain comenzó fabricando partes para relojes de bolsillo, posteriormente movimientos completos y para la segunda mitad del siglo, relojes enteros. Lo que viene siendo un proceso lógico, no se empieza la casa por el tejado. La compañía pasó después, no al hijo, que debía ser un rebelde, sino al nieto, David-Louis Blancpain (1765-1816) que echó los ebauches en el macuto, subió a lomos de su mula y viajó a Alemania y Francia para tratar de vender sus relojes. Entre 1803 y 1815, durante las guerras napoleónicas, Villeret fue anexado a Francia (siendo devuelto posteriormente al cantón de Berna, lo que es todo un detalle) y todos los jóvenes de Villeret fueron reclutados para el ejército. No obstante, a pesar de la guerra, la producción no se detuvo.
No fue hasta 1815 que el hijo de David-Louis, Frédéric-Louis Blancpain, quien estaba al mando del negocio relojero familiar, modernizó la producción y dio el salto de un taller absolutamente tradicional a una producción industrial en serie.
Para dar un poco de contexto a este salto, vamos a tomar un pequeño desvío. En el libro "Des nations, des firmes et des montres" Perre-Yves Donzé explica que a mediados del siglo XIX ya había suizos como Bovet tratando de vender relojes en Cantón (China, como lo oís), Gran Bretaña fabricaba la mitad de los relojes de bolsillo del mundo, y Suiza era el segundo mayor productor. Los relojes británicos eran excelentes y los Suizos se enfocaron gracias a su mano de obra barata, en producir relojes asequibles. Londres era el imperio y se negó a adoptaron un sistema de producción industrial por miedo a devaluar sus relojes. Para 1870 suiza ya era el primer productor mundial con un 70% de cuota de mercado.
Volvamos con Blancpain...
Frédéric-Louis introdujo también algunas innovaciones en el mundo de la relojería: desarrolló movimientos ultraplanos para sus relojes de estilo Lépine (relojes de bolsillo con la corona a las 12 en punto y pequeño segundero a las 6), y también reemplazó el mecanismo de rueda de corona por un escape de cilindro. Esta última frase no tengo ni idea de qué significa, para ser sincero, pero suena relevante.
El control de la compañía pasó entonces al siguiente heredero, Frédéric-Emile, quien cambió el nombre de la compañía a E. Blancpain, convirtiéndose entonces en la mayor empresa de Villeret. Sinceramente, me gustaría saber a quién se le ocurre heredar una empresa de renombre e irse al registro mercantil a ponerle "E." delante. Sus hijos eran igual de quisquillosos y cambiaron nuevamente el nombre a E. Blancpain & Fils, se formaron en el extranjero (y lo digo de verdad, no se fueron de erasmus a ser catadores de cerveza) y tuvieron que enfrentarse al desafío de la industrialización. Como buenos cracks que eran adoptaron una línea de producción especializada, con cada relojero enfocándose en una parte concreta del proceso de producción. Viva la especialización. Nos encontramos en la segunda mitad del siglo XIX, los precios de la relojería caen en picado y muchos talleres se arruinan. Las máquinas, que nunca traen nada bueno. En 1865 Blancpain tira de ingenio y, sin necesitar subvenciones para energías renovables como las de hoy día, construye una fábrica de dos pisos en la ribera del río Suze y utiliza el agua para garantizarse el suministro de electricidad que requiere el proceso de producción, además de centrarse en productos "tope de gama". Fue una de las pocas empresas de relojes que sobrevivió a esta etapa en Villeret: de nada menos que 20 compañías, solo quedaron 4. Villeret, hub de la relojería.
A estas alturas los nombres empiezan a ser un lío y no me sorprendería que los leais como "otro nombre francés compuesto". Y es que otro Frédéric-Emile (no confundir con su abuelo del mismo nombre) pasa a llevar la empresa con la ayuda de Betty Fiechter (ojo a este nombre, que es importante), quien había entrado como aprendiz con sólo 16 años. En esta etapa Blancpain amplía mercados, tratando de darse a conocer en uno tan grande como los Estados Unidos. Debe decirse, para tener contexto, que el mercado americano no fue accesible para marcas como Rolex hasta después de la 2a Guerra Mundial. Se llega en 1926 a un acuerdo con John Hardwood (británico), quien había patentado en 1924 el primer reloj automático de pulsera (ya había automáticos de bolsillo) para fabricar conjuntamente un reloj con movimiento Blancpain y el rotor de Hardwood (Hardwood es un apellido, el rotor no era de madera dura, y por cierto, debajo tenéis la foto).
Sin embargo este diseño no era válido para relojes de mujer, más pequeños, por lo que se desarrolló un nuevo sistema, el del primer reloj automático de mujer, el Rolls (foto abajo)
Hasta ahora puede verse que Blancpain no era una empresa especializada en relojes de buceo sino más bien relojes de mujer, pero todo eso está a punto de cambiar. Pasamos a la fase 2. Abróchense los cinturones.
Capítulo 2 : Patos al agua, llega la era del buceo
Tras la muerte de Frédéric-Emile Blancpain, su única hija, Berthe-Nellie, pasaba de pelucos y no deseaba dedicarse a la relojería. Al año siguiente, dos miembros del personal más cercanos a Frédéric-Emile, Betty Fiechter (¿veis como era importante?) y André Léal, compraron el negocio. Me parecen muy baratas las bromas de apellidos, pero André Léal, miembro del personal muy cercano al jefe...¿os habeis dado cuenta vosotros también? Prosigamos. Como ya no había ningún miembro de la familia Blancpain al mando de la empresa, los dos asociados se vieron obligados por la ley suiza de aquel entonces a cambiar el nombre de la compañía. La firma se llamaría Rayville S.A., sucesores de Blancpain, siendo "Rayville" un anagrama fonético de Villeret. Era la misma empresa, el cambio de nombre fue un formalismo. Cosas de suizos.
Betty Fiechter tuvo que afrontar el desafío de la Gran Depresión en la década de los años 30, recurriendo por primera vez a vender movimientos a terceros como Gruen, Elgin y Hamilton. Fiechter permaneció como directora de Blancpain hasta 1950, cuando se unió a ella su sobrino, Jean-Jacques Fiechter, quien tuvo un papel clave en el desarrollo del Fifty Fathoms, el primer reloj de buceo moderno del mundo que debutó en 1953. El nombre hacía referencia a la clasificación de profundidad del reloj (aproximadamente 91.5 metros / 300 pies) expresada en brazas, una unidad métrica americana muy precisa, al igual que los pies, libras, millas y demás despropósitos.
La demanda de relojes resistentes al agua venía ya de antiguo, la gente tenia ganas de remojar los pelucos, pero comenzó a surgir con mayor presión a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, especialmente por parte de exploradores, militares y buceadores profesionales. Hay que tener en cuenta que el mayor enemigo del reloj era tanto el agua como el polvo. En la década de 1920, los relojeros comenzaron a utilizar sellos herméticos para aumentar la impermeabilidad. Varias marcas pusieron esfuerzos significativos en crear relojes que pudieran resistir cierta presión de agua en las dos décadas siguientes, pero no fue hasta la llegada del Blancpain Fifty Fathoms en 1953 que se reúnen en un solo reloj todas las características que hoy atribuimos a un reloj diver moderno. Blancpain fue el inventor del diver que tanto amamos. Por eso, para mí que estoy enfermo de "diverismo", es EL RELOJ.
No se puede no obstante no hacer mención al Rolex Submariner y el Zodiac Sea Wolf que llegaron al mercado en una fecha próxima, y por supuesto a las cajas Rolex "Oyster" estancas y al Omega Marine de 1932, primer diver de la historia. Cuando se habla del Fifty Fathoms se hace referencia al primer diver moderno, con unas características que vamos a ver, y que van más allá de la estanqueidad. Vamos al lío...
Resulta que Jean-Jacques era un buceador amateur, pertenecía a un club de buceo en el sur de Francia, y en una ocasión casi estira la pata por quedarse sin aire en las profundidades marinas. Lo que le sucedió al bueno de JJ es que no llevaba un Fifty Fathoms en la muñeca. A raíz de ese susto, quiso desarrollar un reloj de buceo robusto que le permitiera medir el tiempo y no acabar siendo pasto de los tiburones. Guiado por su propia experiencia, definió las principales especificaciones que un reloj dedicado al buceo debía cumplir: resistencia al agua (como dicen los ingleses "no shit, Sherlock"), una caja antimagnética, un movimiento de cuerda automática (para minimizar la manipulación de la corona), agujas y marcadores de horas luminiscentes en contraste con un dial oscuro, y un bisel giratorio seguro.
El resultado incorporaba nada menos que tres patentes que lo hacían el reloj de buceo más avanzado del momento. Para mejorar la resistencia al agua, Blancpain ideó un sistema de corona doblemente sellada para el caso de que se tirase accidentalmente de la corona durante bajo el agua. Hay que decir que no era roscada porque esa era una patente de los amigos de Rolex. También se otorgó una segunda patente para el sistema de sellado de la tapa trasera. Este había sido un problema recurrente con otros sistemas preexistentes porque el anillo "O", utilizado para sellar la tapa trasera, podía torcerse al roscarla en la caja. Para eliminar este riesgo, Fiechter inventó un canal en el cual se insertaría el anillo "O" y se mantendría en su posición mediante un disco metálico adicional. Luego, Fiechter abordó otro problema: un bisel giratorio unidireccional seguro que se podía utilizar para medir el tiempo de inmersión. Fiechter perfeccionó un mecanismo de bloqueo que evitaría la rotación accidental del bisel. Por lo visto esta invención recibió una tercera patente.
Se utilizó una caja interior de hierro dulce que envolvía el movimiento como un escudo para protegerlo del magnetismo. Este sistema aún puede verse en algunos Blancpain modernos, si bien con las espirales de silicio hoy ya estaría obsoleto. El movimiento elegido fue un calibre A. Schild AS 1361N de cuerda automática modificado, con una frecuencia de 18,000 vibraciones por hora y una reserva de marcha de 38 horas. A Schild formaría más tarde parte de ETA SA.
Aquí arriba tenemos al mentado FF. Aquí debajo, al LIP. Tranquilos, ahora hablamos de él.
Casi en el mismo período, el Capitán Robert "Bob" Marley, perdón , "Bob" Maloubier, y el Teniente Claude Riffaud, fundadores de la recién formada unidad francesa de buceadores de combate, comenzaron su investigación para encontrar un reloj adecuado para sus misiones acuáticas, definiendo su propia lista de requisitos del producto. Las primeras pruebas que realizaron con los relojes franceses "resistentes al agua" (las comillas son intencionadas) fracasaron: los relojes que probaron eran demasiado pequeños, con esferas difíciles de leer y cajas que no eran realmente a prueba de agua. Usando las palabras de Maloubier, los relojes "se ahogaron hasta la muerte". Casi nada, la basura de los franceses. Eran unos LIP, y aunque solo servían de pisapapeles y tragaron más agua que yo cuando me lanzo a la piscina, terminaron siendo distribuidores de Blancpain, y por eso existen algunos Fifty Fathoms con la marca LIP.
Finalmente, el equipo francés contactó a Fiechter y, en 1953, Blancpain pudo entregar un reloj para su prueba que cumplía completamente con sus criterios. El reloj tuvo un desempeño brillante en todas las pruebas, convirtiéndose rápidamente en una pieza esencial del equipamiento del cuerpo de buceadores de combate francés. Más complicada fue la adopción del Fifty Fathoms por la United States Navy debido a una ley llamada "Buy American Act" que imponía unos aranceles del 25% sobre relojes no americanos, entre otras trabas. Eso no habría sido un problema si los americanos hubiesen sido capaces de hacer un reloj decente ellos mismos, pero como no fue así, sucedió lo siguiente:
Blancpain no podía suministrar directamente al ejército yanqui, pero su distribuidor exclusivo en Estados Unidos, Allen V. Tornek, sí podía hacerlo. Tornek tuvo que crear un pequeño laboratorio de pruebas en Estados Unidos para que los relojes pudieran ser probados y certificados en suelo estadounidense. Pero todavía había un obstáculo más. El borrador de especificaciones de 1955 definido por la Marina de los EE. UU. para sus "relojes de pulsera sumergibles" exigía un indicador de humedad. Para comprender este requisito, es importante tener en cuenta que, en un entorno militar, los relojes se entregaban a los buzos al comienzo de una misión junto con el resto del equipo de buceo y se devolvían al personal del equipo al final de una misión. Por lo tanto, dado que un buzo probablemente bucearía con un reloj diferente en cada inmersión, no tendría idea de si alguien había usado mal el reloj antes. Para que nos entendamos, no se fiaban de si el compi anterior la había cagado, había inundado el reloj, y se había hecho el loco.
Fiechter dio una solución inteligente. Puso en la esfera un pequeño disco bicolor: azul pálido en una mitad y rojo en la otra. En caso de intrusión de humedad, la mitad azul del disco cambiaría su color a rojo. Por lo tanto, cuando a un buzo se le entregase su reloj para una misión, si el color azul se veía bien en el disco, podría usar el reloj con la confianza de que no había sido comprometido previamente. Azul bien, rojo mal, como en Matrix. ¿O era al revés?
Finalmente, Tornek y Blancpain lograron exitosamente el contrato y el mitiquísimo Fifty Fathoms MIL-SPEC 1 fue adoptado por los Navy Seals de la Armada de los Estados Unidos.
Pero igual que sucedió con el Hummer, la gente siempre quiere versiones civiles de las cosas militares, ya que nos va lo táctico, y el Fifty Fathoms también atrajo el interés de los buceadores recreativos. No obstante, una versión civil del reloj requería algunos cambios. En particular, los marcadores de hora y las manecillas del Fifty Fathoms llevaban bien de radio radiactivo para garantizar una legibilidad óptima bajo el agua. Por lo tanto, a mediados de la década de 1960, Blancpain creó una versión especial sin radio que se identificaba con una marca de color amarillo brillante y rojo que decía "no radiations" colocada en gran formato a las 6 en punto (esta versión usaba tritio). Se trata del famoso Fifty Fathoms No Rad. O mejor dicho, no tan rad.
Vamos con otra de las versiones míticas. En Alemania, Blancpain suministró a la Bundesmarine (Marina Federal) modelos Fifty Fathoms a través de Barakuda, una de las marcas más antiguas de buceo y deportes acuáticos en el mundo. Caracterizados por un estilo distintivo, que incluía el uso de marcadores de hora rectangulares en dos tonos, agujas fluorescentes pintadas de blanco y una ventana de fecha altamente visible a las 3 en punto, estos modelos se conocieron como Fifty Fathoms Barakuda y también fueron entregados a los militares estadounidenses y polacos. Era una versión preciosa, por eso Blancpain la relanzó posteriormente y además en el tamaño perfecto, como una edición limitada que los especuladores aprovecharon para hacer caja, como absolutamente nadie podía haber imaginando.
Además del Fifty Fathoms regular, Fiechter decidió crear un reloj de buceo de diámetro más pequeño que fue llamado el Bathyscaphe. De hecho, en ese momento un reloj de 41 mm se consideraba demasiado grande para mujeres o incluso para hombres que buscaban un reloj para el uso diario. A pesar de tener un diámetro de 35 mm a 38 mm, el reloj seguía estando equipado con características distintivas como la corona patentada y el bisel giratorio.
Por otro lado, el Tornek-Rayville TR-900 fué diseñado para cumplir con una especificación que es un verdadero trabalenguas:"US - Mil-W-22176(SHIPS) / WATCH, WRIST, SUBMERSIBLE (400-FOOT), NON-MAGNETIC”. El diseño se debe al Sr. Tornek y “fusiló" el diseño del Fifty Fathoms.
El reloj usaba el mismo movimiento AS1361 que el modelo de Blancpain, y el material luminiscente era el Promethium 147 , de menor vida media que el PM-145 pero menos radioactivo. Estas unidades tenían en la tapa de la caja una leyenda indicando que debían devolverse a la instalación militar más próxima en caso de ser encontrados. Aún así hay gente que no lo hizo, se llevaron a su casa un reloj enormemente radiactivo y hoy en día están muy cotizados. Lo que no sabemos es si les salieron 4 brazos adicionales en la espalda o de que forma mutaron esas personas, y prefiero no saberlo.
Un dato curioso es que la US Navy probó varios relojes, con la esperanza de ganar el contrato para suministrar a los primeros buzos del UDT (equipo de demolición submarina). Los contendientes fueron el Enicar Sea Pearl, el Rolex Submariner y el Blancpain Fifty Fathoms. El procedimiento de prueba fue brutal. Los relojes fueron arrojados desde grandes alturas, congelados, expuestos a altas temperaturas y pisoteados en playas de arena. El Blancpain no solo era el único reloj que cumplía con todos los criterios, sino que era el único que seguía funcionando después del abuso de la Marina. Blancpain 1, Rolex 0. Eso por dejarnos sin corona roscada.
Como otra curiosidad, la Buy American exigía que los rubíes fuesen americanos, cuestión que se metió para beneficiar a la americana Bulova, que terminó sacando su homenaje del Fifty Fathoms con la distancia entre asas demasiado estrecha para mí gusto, o mejor dicho, para mí alivio, una CRI que me ahorro.
Capítulo 3 : Blancpain crece y ante la adversidad digievoluciona a a alta relojería a través de su spinoff Blancpain 2
En 1959, Rayville-Blancpain alcanzó un nivel de producción de más de 100 000 relojes por año y los Fiechter se dieron cuenta de que para respaldar el crecimiento continuo y satisfacer la demanda mientras se ampliaba el marketing, se necesitaban más recursos. La solución llegó en 1961 con la fusión del mayor grupo relojero suizo de la época, la Société Suisse pour l'Industrie Horlogère (SSIH), uniéndose a Omega, Tissot y Lemania. Dado que la unión hace la fuerza, el crecimiento continuó, se construyeron nuevas instalaciones y la producción se disparó a más de 220.000 piezas en 1971.
Pero en la década de 1970 surgieron grandes desafíos serios. No solo la caída del dólar frente al franco suizo redujo las exportaciones transatlánticas y la primera crisis del petróleo desencadenó una recesión mundial, sino que toda la industria relojera suiza se vio gravemente afectada por el éxito de los relojes a pilas provenientes del pais del sol naciente ("la crisis del cuarzo") con una drástica caída de las ventas. El mercado se inundó de relojes que hacían mejor aquello de dar la hora y por menos dinero, pero en vez de pensar en hacer joyas y complicaciones, es decir, hacer bien lo que sabían hacer, se les ocurrió luchar contra los japos en su terreno, fabricando cuarzos: como parte de la reorganización, la nueva dirección de la Société Suisse pour l'Industrie Horlogère (SSIH) decidió construir su estrategia en torno a los relojes de cuarzo en lugar de los mecánicos, una decisión que, en 1982, los llevó a vender por cuatro perras el nombre Rayville-Blancpain al fabricante de movimientos Frédéric Piguet, dirigido por Jacques Piguet, y Jean-Claude Biver, ex empleado de SSIH.
La nueva empresa comenzó a operar bajo el nombre de Blancpain SA (Blancpain 2, para que nos entendamos) y estableció la producción en un antiguo edificio que había pertenecido durante muchas generaciones a la familia Piguet en Le Brassus, a 1.000 metros de altitud en el Vallée de Joux. Es importante mencionar que lo que se vendió, al parecer, fue la marca, y no los activos de Rayville, de modo que la nueva marca empezó "de cero" (realmente era Piguet) en Le Brassus (sede de Piguet). En Villeret siguieron fabricando no se sabe bien el qué, puede que incluso Toblerone, y se dice que estuvieron un tiempo parados. No obstante esto no quiere decir que no existiese una continuidad en Blancpain desde su fundación, muchas empresas han cambiado de manos y no por ello se considera que hayan dejado de existir. Lo que sí puede decirse es que hubo una Blancpain histórica hasta este punto, a pesar de varios cambios de nombre, y a partir de este momento el legado de Blancpain pasa a manos de Piguet que lleva ese nombre a una nueva aventura relojera y empresarial.
Habiendo estudiado atentamente la historia de la empresa, Biver descubrió que Blancpain nunca había fabricado relojes de cuarzo. Su sencilla estrategia se resumía en el nuevo eslogan de la marca: "Desde 1735, nunca ha habido un reloj de cuarzo Blancpain. Y nunca lo habrá". Blancpain tuvo que revivir el culto de los relojes de pulsera mecánicos produciendo relojes mecánicos clásicos en cantidades limitadas, con énfasis en relojes complicados. Su entrada inicial al mercado se basó en el Calibre 6395, que estableció un récord en su momento como el movimiento más pequeño que indicaba las fases de la luna, el día, el mes y la fecha. En 1991, Blancpain presentó el reloj de pulsera más complicado del mundo en ese momento: el 1735 Grande Complication. Salto a la alta relojería por parte de Blancpain, o visto de otra manera, Piguet haciendo lo que sabía hacer pero ahora con nombre histórico y lleno de intangibles como Blancpain.
En este punto me gustaría hacer una reflexión. La crisis del cuarzo acabó con todos los suizos, en opinión de Pierre-Yves Donzé, porque se enfocaron hasta entonces en vender máquinas capaces de medir el tiempo de forma precisa. Rolex para ese entonces, además de seguir fabricando máquinas precisas, estancas y automáticas, dió a ese excelente producto una vuelta de tuerca más: era el reloj de hombres extraordinarios. Y digo yo, ¿si no fuese porque Rolex sobrevivió a la crisis del cuarzo sin perder ventas en absoluto, continuando fabricando relojes mecánicos (más allá de su breve aventura Oysterquartz), se habría tratado de reanimar a Blancpain y muchas otras?. Probablemente, no.
Prosigamos. En 1992, la Société Suisse pour l'Industrie Horlogère (SSIH) volvió a comprar Blancpain SA por 60 millones de francos suizos (más de mil veces la cantidad que se pagó en 1983 por la marca). En este período, SSIH y ASUAG, los dos grupos relojeros suizos más grandes, se fusionaron en Swiss Corporation for Microelectronics and Watchmaking Industries Ltd. (SMH), dirigida por Nicolas G. Hayek, quien imaginó la reestructuración. SMH pasó a llamarse The Swatch Group en 1998. En 1994, Blancpain lanzó la nueva serie "2100" con nuevos movimientos automáticos que ofrecían 100 horas de reserva de marcha. Esta línea, orientada hacia la deportividad moderna, pasó a llamarse Leman.
Jean-Claude Biver permaneció como director ejecutivo de la empresa hasta 2003 y fue sucedido por Marc A. Hayek, nieto del fundador de Swatch. Entre otros, en 2008 Blancpain revivió el Carrousel, una complicación olvidada durante más de un siglo, y lo incorporó por primera vez a un reloj de pulsera (nota: he leído que no era realmente un carrousel pero no se tanto de relojería como para saber que diantres era).
Capítulo 4 : Piguet y su relación con Blancpain
Si Blancpain 2 es Piguet, conviene saber quienes son estos de Piguet. Vamos al lío.
Louis-Elisée Piguet (1836-1924) comenzó a producir movimientos ebauche en 1858. Originalmente fundada en Le Brassus, la compañía ha permanecido en ese pueblo y en el vecino Le Sentier durante más de 150 años. Después de su aprendizaje, Piguet se centró en producir complicaciones en su taller, principalmente abasteciendo marcas de lujo de Ginebra y Londres, incluidas Dent, Gübelin, Breguet y Frodsham. Piguet también fue proveedor del mercado estadounidense a través de Charles-Henri Meylan y Audemars Piguet.
A Louis Elisée Piguet se le atribuyen una serie de virguerías como la creación del primer módulo de calendario perpetuo, un mecanismo funcional de grande sonnerie basado en el diseño de su maestro, Henri Golay, o “Le Merveilleuse”, que incluía 22 complicaciones. Fabricado con Ami LeCoultre-Piguet, esta fue una de las "supercomplicaciones" más famosas de la época.
Los cuatro hijos de Piguet se hicieron cargo del negocio en 1905 y como querían pasar a la historia lo rebautizaron como Les Fils de L.E. Piguet. Dirigieron la empresa hasta 1938, cuando su nieto (1906-1977) adquirió todas las acciones de la familia y renombró la empresa con su nombre, Frédéric Piguet, con dos huevos. La compañía siguió siendo un proveedor principal para los relojeros de lujo de alta gama en Ginebra y en toda Suiza, contando entre sus clientes a Audemars Piguet, Paul Buhré y H. Moser & Cie, la crème de la crème.
Frédéric Piguet era especialmente conocido por sus movimientos ultraplanos para su uso en relojes de lujo. Estos rivalizaban con los producidos por Piaget, el líder en este espacio durante la década de 1960, y tenían una gran demanda.
A su muerte en 1977, el hijo de Frédéric, Jacques Piguet, heredó la empresa. Piguet contrató inmediatamente a Edmond Capt como director técnico. Capt había diseñado el archiconocido cronógrafo Valjoux 7750 y también estaba ansioso por desarrollar movimientos de cuarzo de próxima generación. Los movimientos históricos de Piguet (FP 21 y FP 71) ya no se vendían bien y la empresa tenía la intención de redirigir su atención a los movimientos de cuarzo avanzados para clientes como Cartier y Ebel. De hecho su FP 1270 "Meca-Quartz" sería el primer movimiento de cronógrafo de cuarzo suizo. Capt también desarrolló un movimiento mecánico para Audemars Piguet, FP 18, y una serie para Blancpain.
Aquí es donde confluyen nuestras dos historias, o mejor dicho, la historia de amor entre Blancpain y Piguet, o Blancpain 2, como queráis llamarlo.
Como ya dijimos, en 1981, Jacques Piguet y Jean-Claude Biver compraron la marca Blancpain de SSIH. Biver dirigió a la marca para que se centrara exclusivamente en los movimientos mecánicos, llamándolo “el museo viviente del pasado”, y por ello Piguet se dedicó a crear seis obras maestras para Blancpain: reloj ultraplano, indicador de fase lunar, calendario perpetuo, cronógrafo con fracción de segundo, tourbillon y repetición de minutos. Las dos empresas lograron cada una de estas tareas en una década y fueron una de las primeras en ofrecer un reloj de pulsera con tourbillon basado en un diseño de Vincent Calabrese.
Muchos de los desarrollos de Frédéric Piguet en este período fueron notables. Su indicador de fase lunar inició una tendencia a la complicación en 1982; fueron la primera compañía en los tiempos modernos en producir un cronógrafo de fracciones de segundo y se les atribuye la reintroducción de esta complicación en 1988; su tourbillon fue el segundo en un reloj de pulsera producido en masa después del de Audemars Piguet en 1989. El tourbillon Frédéric Piguet, Cal.23, sigue destacando por utilizar el concepto de volante descentrado de Calabrese. Los movimientos básicos de Edmond Capt también fueron importantes para Blancpain. En 1985, la empresa presentó el Slim Cal. FP 810 y cal. FP 951, que impulsó muchos relojes simples para Blancpain, incluidos modelos más pequeños para mujer.
El Grupo Swatch compró Piguet y Blancpain en 1992.
En 2010, F. Piguet pasó a llamarse Manufactura Blancpain. Uno de los productos más destacados de la Manufactura Blancpain es el Cal. 1185, uno de los movimientos de cronógrafo automático más delgados del mundo. Este calibre es utilizado por Audemars Piguet y Vacheron Constantin junto con Breguet y Blancpain. Todos los calibres que eran FP ahora se llaman Blancpain directamente, ya que F Piguet ha quedado completamente integrada como manufactura de Blancpain.
Aquí podría haber un debate sobre si es manufactura o no, pero yo lo tengo claro. Desde que Blancpain y Piguet son la misma cosa, los calibres son manufactura.
Capítulo 5: El retorno del Rey...esto...del Fifty Fathoms
En 2007 vuelve el Fifty Fathoms, version moderna, la que todos conocemos con sus tochos 45mm y bisel de zafiro. Posteriormente llegarán el Bathyscaphe de 43 mm y el chiquitillo de 38. No quiero decir mucho de la colección actual porque lo que me interesaba es conocer la historia de los modelos actuales y de dónde vienen... saber de dónde procede la edición especial Barakuda o el No Rad, de donde viene el Bathyscaphe de 38 mm, etc.
Blancpain tiene una historia que daría para película, en especial, se me ocurre que lo podría "petar" un biopic de los Fiechter dirigido por Nolan.
Por otro lado me parece un poco abusivo que las ediciones de tamaño más razonable, que EMHO es 40-41 mm o incluso 42, sean re-ediciones limitadas que explotan los modelos más raros y codiciados.
En cualquier caso, si tuviera que elegir una marca de relojes como mi favorita, sin tener ninguno (aún) sería esta.
Espero que os haya gustado el post. Saludos
El objeto de este post no es otro que bucear en la historia del Fifty Fathoms, sumergiéndonos en los orígenes de Blancpain para tener un poco de contexto. Hay un excelente articulo de @Goldoff para Rabat, que me ha servido de guía, de hecho me solapo y cojo bastantes cosas de ahi, así como de Wikipedia y de un par de articulos en inglés que he traducido. Hay algún dato sacado de foros, pero lo he tratado de contrastar. No pretendo decir nada que no esté ya en internet, sino que esto es un recopilatorio de la información ya existente, con un afán divulgativo, para el que tenga curiosidad. Y, sobre todo, lo hice porque quería estudiarme la historia de la marca.
Capítulo 1 : El nacimiento de una leyenda
En el monte y entre grandes peñascos cubiertos de un denso manto arbóreo, el pueblo suizo de Villeret dio a luz en 1693 a un hombre cuyo apellido nos es de sobra conocido: Jehan-Jacques Blancpain. Aquel municipio estaba ubicado en el cantón de Berna, de habla germana, pero en la parte francófona de éste (menudo cacao de idiomas tiene esta gente).
Creció en una familia de granjeros, aunque sería posteriormente alcalde (recordemos que es el vecino el que elige al alcalde, así que me imagino a Jehan-Jacques como un señor apreciado en la comunidad). No le bastaba con ser ganadero y regidor, también fue profesor de escuela (un hombre polifacético donde los haya) pero lo que nos interesa, sin embargo, es que fue un visionario y captó enseguida el potencial de la relojería. Las pizarras y las sillas de montar le sabían a poco, y comenzó a hacer relojes allá por 1735 (así consta en los registros de la época) en un primer taller que montó en el piso superior de su propia casa. Steve Jobs y compañía nos han vendido el mito de la empresa nacida en un garaje, pero Blancpain nació en un desván. Poca broma. Lógicamente es muy probable que ya antes de registrarse en Villeret como relojero en 1735, hubiese pasado por una etapa de aprendizaje y hecho sus primeros pinitos en el excelso arte de la relojería.
Quedémonos con esta fecha, 1735, pues supone que Blancpain es la casa relojera más antigua que existe. Es decir, la más antigua que ha funcionado de manera continua hasta la actualidad. De hecho, estuvo en manos de los Blancpain durante nada menos que 200 años, como veremos a continuación. Se pueden encontrar en los "interneses" opiniones de diversa índole... que si Blancpain estuvo parada un tiempo, o que si la actual Blancpain es una empresa distinta a la original. Yo opino que con estas diatribas entramos en un terreno pantanoso, metafísico, y ya que estamos podríamos plantearnos si las fotos de este post son relojes, o técnicamente imágenes, o ya puestos, archivos informáticos. A todos los inquietos les recomiendo leer sobre la paradoja de Teseo, sumamente interesante. Para mí Blancpain es un nombre con una historia y una serie de logros e hitos detrás increíblemente relevantes para nuestra afición, por lo que creo irrelevante determinar si filosófica y técnicamente es la misma empresa de 1735. Voy a intentar, no obstante, exponer objetivamente los hechos y que cada uno lo valore según su propio criterio.
Sigamos con el cuento. Monsieur Blancpain comenzó fabricando partes para relojes de bolsillo, posteriormente movimientos completos y para la segunda mitad del siglo, relojes enteros. Lo que viene siendo un proceso lógico, no se empieza la casa por el tejado. La compañía pasó después, no al hijo, que debía ser un rebelde, sino al nieto, David-Louis Blancpain (1765-1816) que echó los ebauches en el macuto, subió a lomos de su mula y viajó a Alemania y Francia para tratar de vender sus relojes. Entre 1803 y 1815, durante las guerras napoleónicas, Villeret fue anexado a Francia (siendo devuelto posteriormente al cantón de Berna, lo que es todo un detalle) y todos los jóvenes de Villeret fueron reclutados para el ejército. No obstante, a pesar de la guerra, la producción no se detuvo.
No fue hasta 1815 que el hijo de David-Louis, Frédéric-Louis Blancpain, quien estaba al mando del negocio relojero familiar, modernizó la producción y dio el salto de un taller absolutamente tradicional a una producción industrial en serie.
Para dar un poco de contexto a este salto, vamos a tomar un pequeño desvío. En el libro "Des nations, des firmes et des montres" Perre-Yves Donzé explica que a mediados del siglo XIX ya había suizos como Bovet tratando de vender relojes en Cantón (China, como lo oís), Gran Bretaña fabricaba la mitad de los relojes de bolsillo del mundo, y Suiza era el segundo mayor productor. Los relojes británicos eran excelentes y los Suizos se enfocaron gracias a su mano de obra barata, en producir relojes asequibles. Londres era el imperio y se negó a adoptaron un sistema de producción industrial por miedo a devaluar sus relojes. Para 1870 suiza ya era el primer productor mundial con un 70% de cuota de mercado.
Volvamos con Blancpain...
Frédéric-Louis introdujo también algunas innovaciones en el mundo de la relojería: desarrolló movimientos ultraplanos para sus relojes de estilo Lépine (relojes de bolsillo con la corona a las 12 en punto y pequeño segundero a las 6), y también reemplazó el mecanismo de rueda de corona por un escape de cilindro. Esta última frase no tengo ni idea de qué significa, para ser sincero, pero suena relevante.
El control de la compañía pasó entonces al siguiente heredero, Frédéric-Emile, quien cambió el nombre de la compañía a E. Blancpain, convirtiéndose entonces en la mayor empresa de Villeret. Sinceramente, me gustaría saber a quién se le ocurre heredar una empresa de renombre e irse al registro mercantil a ponerle "E." delante. Sus hijos eran igual de quisquillosos y cambiaron nuevamente el nombre a E. Blancpain & Fils, se formaron en el extranjero (y lo digo de verdad, no se fueron de erasmus a ser catadores de cerveza) y tuvieron que enfrentarse al desafío de la industrialización. Como buenos cracks que eran adoptaron una línea de producción especializada, con cada relojero enfocándose en una parte concreta del proceso de producción. Viva la especialización. Nos encontramos en la segunda mitad del siglo XIX, los precios de la relojería caen en picado y muchos talleres se arruinan. Las máquinas, que nunca traen nada bueno. En 1865 Blancpain tira de ingenio y, sin necesitar subvenciones para energías renovables como las de hoy día, construye una fábrica de dos pisos en la ribera del río Suze y utiliza el agua para garantizarse el suministro de electricidad que requiere el proceso de producción, además de centrarse en productos "tope de gama". Fue una de las pocas empresas de relojes que sobrevivió a esta etapa en Villeret: de nada menos que 20 compañías, solo quedaron 4. Villeret, hub de la relojería.
A estas alturas los nombres empiezan a ser un lío y no me sorprendería que los leais como "otro nombre francés compuesto". Y es que otro Frédéric-Emile (no confundir con su abuelo del mismo nombre) pasa a llevar la empresa con la ayuda de Betty Fiechter (ojo a este nombre, que es importante), quien había entrado como aprendiz con sólo 16 años. En esta etapa Blancpain amplía mercados, tratando de darse a conocer en uno tan grande como los Estados Unidos. Debe decirse, para tener contexto, que el mercado americano no fue accesible para marcas como Rolex hasta después de la 2a Guerra Mundial. Se llega en 1926 a un acuerdo con John Hardwood (británico), quien había patentado en 1924 el primer reloj automático de pulsera (ya había automáticos de bolsillo) para fabricar conjuntamente un reloj con movimiento Blancpain y el rotor de Hardwood (Hardwood es un apellido, el rotor no era de madera dura, y por cierto, debajo tenéis la foto).
Sin embargo este diseño no era válido para relojes de mujer, más pequeños, por lo que se desarrolló un nuevo sistema, el del primer reloj automático de mujer, el Rolls (foto abajo)
Hasta ahora puede verse que Blancpain no era una empresa especializada en relojes de buceo sino más bien relojes de mujer, pero todo eso está a punto de cambiar. Pasamos a la fase 2. Abróchense los cinturones.
Capítulo 2 : Patos al agua, llega la era del buceo
Tras la muerte de Frédéric-Emile Blancpain, su única hija, Berthe-Nellie, pasaba de pelucos y no deseaba dedicarse a la relojería. Al año siguiente, dos miembros del personal más cercanos a Frédéric-Emile, Betty Fiechter (¿veis como era importante?) y André Léal, compraron el negocio. Me parecen muy baratas las bromas de apellidos, pero André Léal, miembro del personal muy cercano al jefe...¿os habeis dado cuenta vosotros también? Prosigamos. Como ya no había ningún miembro de la familia Blancpain al mando de la empresa, los dos asociados se vieron obligados por la ley suiza de aquel entonces a cambiar el nombre de la compañía. La firma se llamaría Rayville S.A., sucesores de Blancpain, siendo "Rayville" un anagrama fonético de Villeret. Era la misma empresa, el cambio de nombre fue un formalismo. Cosas de suizos.
Betty Fiechter tuvo que afrontar el desafío de la Gran Depresión en la década de los años 30, recurriendo por primera vez a vender movimientos a terceros como Gruen, Elgin y Hamilton. Fiechter permaneció como directora de Blancpain hasta 1950, cuando se unió a ella su sobrino, Jean-Jacques Fiechter, quien tuvo un papel clave en el desarrollo del Fifty Fathoms, el primer reloj de buceo moderno del mundo que debutó en 1953. El nombre hacía referencia a la clasificación de profundidad del reloj (aproximadamente 91.5 metros / 300 pies) expresada en brazas, una unidad métrica americana muy precisa, al igual que los pies, libras, millas y demás despropósitos.
La demanda de relojes resistentes al agua venía ya de antiguo, la gente tenia ganas de remojar los pelucos, pero comenzó a surgir con mayor presión a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, especialmente por parte de exploradores, militares y buceadores profesionales. Hay que tener en cuenta que el mayor enemigo del reloj era tanto el agua como el polvo. En la década de 1920, los relojeros comenzaron a utilizar sellos herméticos para aumentar la impermeabilidad. Varias marcas pusieron esfuerzos significativos en crear relojes que pudieran resistir cierta presión de agua en las dos décadas siguientes, pero no fue hasta la llegada del Blancpain Fifty Fathoms en 1953 que se reúnen en un solo reloj todas las características que hoy atribuimos a un reloj diver moderno. Blancpain fue el inventor del diver que tanto amamos. Por eso, para mí que estoy enfermo de "diverismo", es EL RELOJ.
No se puede no obstante no hacer mención al Rolex Submariner y el Zodiac Sea Wolf que llegaron al mercado en una fecha próxima, y por supuesto a las cajas Rolex "Oyster" estancas y al Omega Marine de 1932, primer diver de la historia. Cuando se habla del Fifty Fathoms se hace referencia al primer diver moderno, con unas características que vamos a ver, y que van más allá de la estanqueidad. Vamos al lío...
Resulta que Jean-Jacques era un buceador amateur, pertenecía a un club de buceo en el sur de Francia, y en una ocasión casi estira la pata por quedarse sin aire en las profundidades marinas. Lo que le sucedió al bueno de JJ es que no llevaba un Fifty Fathoms en la muñeca. A raíz de ese susto, quiso desarrollar un reloj de buceo robusto que le permitiera medir el tiempo y no acabar siendo pasto de los tiburones. Guiado por su propia experiencia, definió las principales especificaciones que un reloj dedicado al buceo debía cumplir: resistencia al agua (como dicen los ingleses "no shit, Sherlock"), una caja antimagnética, un movimiento de cuerda automática (para minimizar la manipulación de la corona), agujas y marcadores de horas luminiscentes en contraste con un dial oscuro, y un bisel giratorio seguro.
El resultado incorporaba nada menos que tres patentes que lo hacían el reloj de buceo más avanzado del momento. Para mejorar la resistencia al agua, Blancpain ideó un sistema de corona doblemente sellada para el caso de que se tirase accidentalmente de la corona durante bajo el agua. Hay que decir que no era roscada porque esa era una patente de los amigos de Rolex. También se otorgó una segunda patente para el sistema de sellado de la tapa trasera. Este había sido un problema recurrente con otros sistemas preexistentes porque el anillo "O", utilizado para sellar la tapa trasera, podía torcerse al roscarla en la caja. Para eliminar este riesgo, Fiechter inventó un canal en el cual se insertaría el anillo "O" y se mantendría en su posición mediante un disco metálico adicional. Luego, Fiechter abordó otro problema: un bisel giratorio unidireccional seguro que se podía utilizar para medir el tiempo de inmersión. Fiechter perfeccionó un mecanismo de bloqueo que evitaría la rotación accidental del bisel. Por lo visto esta invención recibió una tercera patente.
Se utilizó una caja interior de hierro dulce que envolvía el movimiento como un escudo para protegerlo del magnetismo. Este sistema aún puede verse en algunos Blancpain modernos, si bien con las espirales de silicio hoy ya estaría obsoleto. El movimiento elegido fue un calibre A. Schild AS 1361N de cuerda automática modificado, con una frecuencia de 18,000 vibraciones por hora y una reserva de marcha de 38 horas. A Schild formaría más tarde parte de ETA SA.
Aquí arriba tenemos al mentado FF. Aquí debajo, al LIP. Tranquilos, ahora hablamos de él.
Casi en el mismo período, el Capitán Robert "Bob" Marley, perdón , "Bob" Maloubier, y el Teniente Claude Riffaud, fundadores de la recién formada unidad francesa de buceadores de combate, comenzaron su investigación para encontrar un reloj adecuado para sus misiones acuáticas, definiendo su propia lista de requisitos del producto. Las primeras pruebas que realizaron con los relojes franceses "resistentes al agua" (las comillas son intencionadas) fracasaron: los relojes que probaron eran demasiado pequeños, con esferas difíciles de leer y cajas que no eran realmente a prueba de agua. Usando las palabras de Maloubier, los relojes "se ahogaron hasta la muerte". Casi nada, la basura de los franceses. Eran unos LIP, y aunque solo servían de pisapapeles y tragaron más agua que yo cuando me lanzo a la piscina, terminaron siendo distribuidores de Blancpain, y por eso existen algunos Fifty Fathoms con la marca LIP.
Finalmente, el equipo francés contactó a Fiechter y, en 1953, Blancpain pudo entregar un reloj para su prueba que cumplía completamente con sus criterios. El reloj tuvo un desempeño brillante en todas las pruebas, convirtiéndose rápidamente en una pieza esencial del equipamiento del cuerpo de buceadores de combate francés. Más complicada fue la adopción del Fifty Fathoms por la United States Navy debido a una ley llamada "Buy American Act" que imponía unos aranceles del 25% sobre relojes no americanos, entre otras trabas. Eso no habría sido un problema si los americanos hubiesen sido capaces de hacer un reloj decente ellos mismos, pero como no fue así, sucedió lo siguiente:
Blancpain no podía suministrar directamente al ejército yanqui, pero su distribuidor exclusivo en Estados Unidos, Allen V. Tornek, sí podía hacerlo. Tornek tuvo que crear un pequeño laboratorio de pruebas en Estados Unidos para que los relojes pudieran ser probados y certificados en suelo estadounidense. Pero todavía había un obstáculo más. El borrador de especificaciones de 1955 definido por la Marina de los EE. UU. para sus "relojes de pulsera sumergibles" exigía un indicador de humedad. Para comprender este requisito, es importante tener en cuenta que, en un entorno militar, los relojes se entregaban a los buzos al comienzo de una misión junto con el resto del equipo de buceo y se devolvían al personal del equipo al final de una misión. Por lo tanto, dado que un buzo probablemente bucearía con un reloj diferente en cada inmersión, no tendría idea de si alguien había usado mal el reloj antes. Para que nos entendamos, no se fiaban de si el compi anterior la había cagado, había inundado el reloj, y se había hecho el loco.
Fiechter dio una solución inteligente. Puso en la esfera un pequeño disco bicolor: azul pálido en una mitad y rojo en la otra. En caso de intrusión de humedad, la mitad azul del disco cambiaría su color a rojo. Por lo tanto, cuando a un buzo se le entregase su reloj para una misión, si el color azul se veía bien en el disco, podría usar el reloj con la confianza de que no había sido comprometido previamente. Azul bien, rojo mal, como en Matrix. ¿O era al revés?
Finalmente, Tornek y Blancpain lograron exitosamente el contrato y el mitiquísimo Fifty Fathoms MIL-SPEC 1 fue adoptado por los Navy Seals de la Armada de los Estados Unidos.
Pero igual que sucedió con el Hummer, la gente siempre quiere versiones civiles de las cosas militares, ya que nos va lo táctico, y el Fifty Fathoms también atrajo el interés de los buceadores recreativos. No obstante, una versión civil del reloj requería algunos cambios. En particular, los marcadores de hora y las manecillas del Fifty Fathoms llevaban bien de radio radiactivo para garantizar una legibilidad óptima bajo el agua. Por lo tanto, a mediados de la década de 1960, Blancpain creó una versión especial sin radio que se identificaba con una marca de color amarillo brillante y rojo que decía "no radiations" colocada en gran formato a las 6 en punto (esta versión usaba tritio). Se trata del famoso Fifty Fathoms No Rad. O mejor dicho, no tan rad.
Vamos con otra de las versiones míticas. En Alemania, Blancpain suministró a la Bundesmarine (Marina Federal) modelos Fifty Fathoms a través de Barakuda, una de las marcas más antiguas de buceo y deportes acuáticos en el mundo. Caracterizados por un estilo distintivo, que incluía el uso de marcadores de hora rectangulares en dos tonos, agujas fluorescentes pintadas de blanco y una ventana de fecha altamente visible a las 3 en punto, estos modelos se conocieron como Fifty Fathoms Barakuda y también fueron entregados a los militares estadounidenses y polacos. Era una versión preciosa, por eso Blancpain la relanzó posteriormente y además en el tamaño perfecto, como una edición limitada que los especuladores aprovecharon para hacer caja, como absolutamente nadie podía haber imaginando.
Además del Fifty Fathoms regular, Fiechter decidió crear un reloj de buceo de diámetro más pequeño que fue llamado el Bathyscaphe. De hecho, en ese momento un reloj de 41 mm se consideraba demasiado grande para mujeres o incluso para hombres que buscaban un reloj para el uso diario. A pesar de tener un diámetro de 35 mm a 38 mm, el reloj seguía estando equipado con características distintivas como la corona patentada y el bisel giratorio.
Por otro lado, el Tornek-Rayville TR-900 fué diseñado para cumplir con una especificación que es un verdadero trabalenguas:"US - Mil-W-22176(SHIPS) / WATCH, WRIST, SUBMERSIBLE (400-FOOT), NON-MAGNETIC”. El diseño se debe al Sr. Tornek y “fusiló" el diseño del Fifty Fathoms.
El reloj usaba el mismo movimiento AS1361 que el modelo de Blancpain, y el material luminiscente era el Promethium 147 , de menor vida media que el PM-145 pero menos radioactivo. Estas unidades tenían en la tapa de la caja una leyenda indicando que debían devolverse a la instalación militar más próxima en caso de ser encontrados. Aún así hay gente que no lo hizo, se llevaron a su casa un reloj enormemente radiactivo y hoy en día están muy cotizados. Lo que no sabemos es si les salieron 4 brazos adicionales en la espalda o de que forma mutaron esas personas, y prefiero no saberlo.
Un dato curioso es que la US Navy probó varios relojes, con la esperanza de ganar el contrato para suministrar a los primeros buzos del UDT (equipo de demolición submarina). Los contendientes fueron el Enicar Sea Pearl, el Rolex Submariner y el Blancpain Fifty Fathoms. El procedimiento de prueba fue brutal. Los relojes fueron arrojados desde grandes alturas, congelados, expuestos a altas temperaturas y pisoteados en playas de arena. El Blancpain no solo era el único reloj que cumplía con todos los criterios, sino que era el único que seguía funcionando después del abuso de la Marina. Blancpain 1, Rolex 0. Eso por dejarnos sin corona roscada.
Como otra curiosidad, la Buy American exigía que los rubíes fuesen americanos, cuestión que se metió para beneficiar a la americana Bulova, que terminó sacando su homenaje del Fifty Fathoms con la distancia entre asas demasiado estrecha para mí gusto, o mejor dicho, para mí alivio, una CRI que me ahorro.
Capítulo 3 : Blancpain crece y ante la adversidad digievoluciona a a alta relojería a través de su spinoff Blancpain 2
En 1959, Rayville-Blancpain alcanzó un nivel de producción de más de 100 000 relojes por año y los Fiechter se dieron cuenta de que para respaldar el crecimiento continuo y satisfacer la demanda mientras se ampliaba el marketing, se necesitaban más recursos. La solución llegó en 1961 con la fusión del mayor grupo relojero suizo de la época, la Société Suisse pour l'Industrie Horlogère (SSIH), uniéndose a Omega, Tissot y Lemania. Dado que la unión hace la fuerza, el crecimiento continuó, se construyeron nuevas instalaciones y la producción se disparó a más de 220.000 piezas en 1971.
Pero en la década de 1970 surgieron grandes desafíos serios. No solo la caída del dólar frente al franco suizo redujo las exportaciones transatlánticas y la primera crisis del petróleo desencadenó una recesión mundial, sino que toda la industria relojera suiza se vio gravemente afectada por el éxito de los relojes a pilas provenientes del pais del sol naciente ("la crisis del cuarzo") con una drástica caída de las ventas. El mercado se inundó de relojes que hacían mejor aquello de dar la hora y por menos dinero, pero en vez de pensar en hacer joyas y complicaciones, es decir, hacer bien lo que sabían hacer, se les ocurrió luchar contra los japos en su terreno, fabricando cuarzos: como parte de la reorganización, la nueva dirección de la Société Suisse pour l'Industrie Horlogère (SSIH) decidió construir su estrategia en torno a los relojes de cuarzo en lugar de los mecánicos, una decisión que, en 1982, los llevó a vender por cuatro perras el nombre Rayville-Blancpain al fabricante de movimientos Frédéric Piguet, dirigido por Jacques Piguet, y Jean-Claude Biver, ex empleado de SSIH.
La nueva empresa comenzó a operar bajo el nombre de Blancpain SA (Blancpain 2, para que nos entendamos) y estableció la producción en un antiguo edificio que había pertenecido durante muchas generaciones a la familia Piguet en Le Brassus, a 1.000 metros de altitud en el Vallée de Joux. Es importante mencionar que lo que se vendió, al parecer, fue la marca, y no los activos de Rayville, de modo que la nueva marca empezó "de cero" (realmente era Piguet) en Le Brassus (sede de Piguet). En Villeret siguieron fabricando no se sabe bien el qué, puede que incluso Toblerone, y se dice que estuvieron un tiempo parados. No obstante esto no quiere decir que no existiese una continuidad en Blancpain desde su fundación, muchas empresas han cambiado de manos y no por ello se considera que hayan dejado de existir. Lo que sí puede decirse es que hubo una Blancpain histórica hasta este punto, a pesar de varios cambios de nombre, y a partir de este momento el legado de Blancpain pasa a manos de Piguet que lleva ese nombre a una nueva aventura relojera y empresarial.
Habiendo estudiado atentamente la historia de la empresa, Biver descubrió que Blancpain nunca había fabricado relojes de cuarzo. Su sencilla estrategia se resumía en el nuevo eslogan de la marca: "Desde 1735, nunca ha habido un reloj de cuarzo Blancpain. Y nunca lo habrá". Blancpain tuvo que revivir el culto de los relojes de pulsera mecánicos produciendo relojes mecánicos clásicos en cantidades limitadas, con énfasis en relojes complicados. Su entrada inicial al mercado se basó en el Calibre 6395, que estableció un récord en su momento como el movimiento más pequeño que indicaba las fases de la luna, el día, el mes y la fecha. En 1991, Blancpain presentó el reloj de pulsera más complicado del mundo en ese momento: el 1735 Grande Complication. Salto a la alta relojería por parte de Blancpain, o visto de otra manera, Piguet haciendo lo que sabía hacer pero ahora con nombre histórico y lleno de intangibles como Blancpain.
En este punto me gustaría hacer una reflexión. La crisis del cuarzo acabó con todos los suizos, en opinión de Pierre-Yves Donzé, porque se enfocaron hasta entonces en vender máquinas capaces de medir el tiempo de forma precisa. Rolex para ese entonces, además de seguir fabricando máquinas precisas, estancas y automáticas, dió a ese excelente producto una vuelta de tuerca más: era el reloj de hombres extraordinarios. Y digo yo, ¿si no fuese porque Rolex sobrevivió a la crisis del cuarzo sin perder ventas en absoluto, continuando fabricando relojes mecánicos (más allá de su breve aventura Oysterquartz), se habría tratado de reanimar a Blancpain y muchas otras?. Probablemente, no.
Prosigamos. En 1992, la Société Suisse pour l'Industrie Horlogère (SSIH) volvió a comprar Blancpain SA por 60 millones de francos suizos (más de mil veces la cantidad que se pagó en 1983 por la marca). En este período, SSIH y ASUAG, los dos grupos relojeros suizos más grandes, se fusionaron en Swiss Corporation for Microelectronics and Watchmaking Industries Ltd. (SMH), dirigida por Nicolas G. Hayek, quien imaginó la reestructuración. SMH pasó a llamarse The Swatch Group en 1998. En 1994, Blancpain lanzó la nueva serie "2100" con nuevos movimientos automáticos que ofrecían 100 horas de reserva de marcha. Esta línea, orientada hacia la deportividad moderna, pasó a llamarse Leman.
Jean-Claude Biver permaneció como director ejecutivo de la empresa hasta 2003 y fue sucedido por Marc A. Hayek, nieto del fundador de Swatch. Entre otros, en 2008 Blancpain revivió el Carrousel, una complicación olvidada durante más de un siglo, y lo incorporó por primera vez a un reloj de pulsera (nota: he leído que no era realmente un carrousel pero no se tanto de relojería como para saber que diantres era).
Capítulo 4 : Piguet y su relación con Blancpain
Si Blancpain 2 es Piguet, conviene saber quienes son estos de Piguet. Vamos al lío.
Louis-Elisée Piguet (1836-1924) comenzó a producir movimientos ebauche en 1858. Originalmente fundada en Le Brassus, la compañía ha permanecido en ese pueblo y en el vecino Le Sentier durante más de 150 años. Después de su aprendizaje, Piguet se centró en producir complicaciones en su taller, principalmente abasteciendo marcas de lujo de Ginebra y Londres, incluidas Dent, Gübelin, Breguet y Frodsham. Piguet también fue proveedor del mercado estadounidense a través de Charles-Henri Meylan y Audemars Piguet.
A Louis Elisée Piguet se le atribuyen una serie de virguerías como la creación del primer módulo de calendario perpetuo, un mecanismo funcional de grande sonnerie basado en el diseño de su maestro, Henri Golay, o “Le Merveilleuse”, que incluía 22 complicaciones. Fabricado con Ami LeCoultre-Piguet, esta fue una de las "supercomplicaciones" más famosas de la época.
Los cuatro hijos de Piguet se hicieron cargo del negocio en 1905 y como querían pasar a la historia lo rebautizaron como Les Fils de L.E. Piguet. Dirigieron la empresa hasta 1938, cuando su nieto (1906-1977) adquirió todas las acciones de la familia y renombró la empresa con su nombre, Frédéric Piguet, con dos huevos. La compañía siguió siendo un proveedor principal para los relojeros de lujo de alta gama en Ginebra y en toda Suiza, contando entre sus clientes a Audemars Piguet, Paul Buhré y H. Moser & Cie, la crème de la crème.
Frédéric Piguet era especialmente conocido por sus movimientos ultraplanos para su uso en relojes de lujo. Estos rivalizaban con los producidos por Piaget, el líder en este espacio durante la década de 1960, y tenían una gran demanda.
A su muerte en 1977, el hijo de Frédéric, Jacques Piguet, heredó la empresa. Piguet contrató inmediatamente a Edmond Capt como director técnico. Capt había diseñado el archiconocido cronógrafo Valjoux 7750 y también estaba ansioso por desarrollar movimientos de cuarzo de próxima generación. Los movimientos históricos de Piguet (FP 21 y FP 71) ya no se vendían bien y la empresa tenía la intención de redirigir su atención a los movimientos de cuarzo avanzados para clientes como Cartier y Ebel. De hecho su FP 1270 "Meca-Quartz" sería el primer movimiento de cronógrafo de cuarzo suizo. Capt también desarrolló un movimiento mecánico para Audemars Piguet, FP 18, y una serie para Blancpain.
Aquí es donde confluyen nuestras dos historias, o mejor dicho, la historia de amor entre Blancpain y Piguet, o Blancpain 2, como queráis llamarlo.
Como ya dijimos, en 1981, Jacques Piguet y Jean-Claude Biver compraron la marca Blancpain de SSIH. Biver dirigió a la marca para que se centrara exclusivamente en los movimientos mecánicos, llamándolo “el museo viviente del pasado”, y por ello Piguet se dedicó a crear seis obras maestras para Blancpain: reloj ultraplano, indicador de fase lunar, calendario perpetuo, cronógrafo con fracción de segundo, tourbillon y repetición de minutos. Las dos empresas lograron cada una de estas tareas en una década y fueron una de las primeras en ofrecer un reloj de pulsera con tourbillon basado en un diseño de Vincent Calabrese.
Muchos de los desarrollos de Frédéric Piguet en este período fueron notables. Su indicador de fase lunar inició una tendencia a la complicación en 1982; fueron la primera compañía en los tiempos modernos en producir un cronógrafo de fracciones de segundo y se les atribuye la reintroducción de esta complicación en 1988; su tourbillon fue el segundo en un reloj de pulsera producido en masa después del de Audemars Piguet en 1989. El tourbillon Frédéric Piguet, Cal.23, sigue destacando por utilizar el concepto de volante descentrado de Calabrese. Los movimientos básicos de Edmond Capt también fueron importantes para Blancpain. En 1985, la empresa presentó el Slim Cal. FP 810 y cal. FP 951, que impulsó muchos relojes simples para Blancpain, incluidos modelos más pequeños para mujer.
El Grupo Swatch compró Piguet y Blancpain en 1992.
En 2010, F. Piguet pasó a llamarse Manufactura Blancpain. Uno de los productos más destacados de la Manufactura Blancpain es el Cal. 1185, uno de los movimientos de cronógrafo automático más delgados del mundo. Este calibre es utilizado por Audemars Piguet y Vacheron Constantin junto con Breguet y Blancpain. Todos los calibres que eran FP ahora se llaman Blancpain directamente, ya que F Piguet ha quedado completamente integrada como manufactura de Blancpain.
Aquí podría haber un debate sobre si es manufactura o no, pero yo lo tengo claro. Desde que Blancpain y Piguet son la misma cosa, los calibres son manufactura.
Capítulo 5: El retorno del Rey...esto...del Fifty Fathoms
En 2007 vuelve el Fifty Fathoms, version moderna, la que todos conocemos con sus tochos 45mm y bisel de zafiro. Posteriormente llegarán el Bathyscaphe de 43 mm y el chiquitillo de 38. No quiero decir mucho de la colección actual porque lo que me interesaba es conocer la historia de los modelos actuales y de dónde vienen... saber de dónde procede la edición especial Barakuda o el No Rad, de donde viene el Bathyscaphe de 38 mm, etc.
Blancpain tiene una historia que daría para película, en especial, se me ocurre que lo podría "petar" un biopic de los Fiechter dirigido por Nolan.
Por otro lado me parece un poco abusivo que las ediciones de tamaño más razonable, que EMHO es 40-41 mm o incluso 42, sean re-ediciones limitadas que explotan los modelos más raros y codiciados.
En cualquier caso, si tuviera que elegir una marca de relojes como mi favorita, sin tener ninguno (aún) sería esta.
Espero que os haya gustado el post. Saludos
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