Rolex4ever
Habitual
Sin verificar
Debo reconocer que este reloj me pilló totalmente por sorpresa. El año pasado fue el Black Bay 36 la novedad más inesperada, este año sin duda para un servidor ha sido el Black Bay S&G (Steel & Gold) referencia 79733N. Yo ya tenía claro la llagada de un nuevo cronógrafo y la aparición de la fecha en la colección pero, un reloj mixto??
El concepto es muy antiguo, Rolex es desde siempre la marca de lujo número uno en relojes mixtos, hay de donde tomar ejemplo dentro de casa para Tudor.
El caso es que Tudor nunca ha tenido ningún modelo mixto de éxito. Es algo así como contra natura para la segunda marca del Grupo Hans Wilsdorf (Tudor no pertenece a Rolex, ambas son propiedad de la Fundación Hans Wilsdorf), cuyos pilares son la robustez a un precio atractivo.
Dicho esto Tudor, en su empeño de comerse su segmento, presentó en 2017 su primer reloj de buceo de acero y oro. Y lo ha hecho de forma muy acertada en mi opinión, con gran repercusión mediática, con un muy buen producto y con un giro algo inesperado.
Antes de empezar el reportaje diré que me gusta el oro en los relojes. Mi padre llevaba un reloj suizo de oro y crecí viéndolo. En mi primera oportunidad en los 90 me compré un Tag Heuer Link mixto (que me robaron), y en su día disfruté de un Submariner 16613 esfera púrpura, el famoso “farruquito”.
Reconozco que tengo ese punto canalla. Ahora mismo sólo Dios sabe lo que daría por un Daytona 626X de oro como este:
No me molesta en absoluto el color amarillo del oro, ni el rosa y ni el del oro blanco siempre que tenga ese tono crema que viene con el tiempo, no me gusta que parezca acero.
Volviendo al reloj en cuestión, Tudor lanzó este 2017 su primer Black Bay con fecha (y la versión cronógrafo, motivo de otro Hands On pronto). Tudor lo ha hecho francamente bien. La fecha se integra de forma muy armoniosa en la esfera. No está lejos del bisel y su tamaño es aceptable para los astigmáticos como un servidor. Es una fecha diseñada para no llevar lupa ya que el calibre permite perfectamente que la ventana esté en la misma circunferencia que los índices:
En un principio dije que el reloj a comprar era la versión con correa envejecida, porque el Black Bay me gusta sencillo, a ser posible con la NATO y nada más. Debo rectificar y digo que hay que comprar la versión con brazalete y comprar la correa como un extra. El reloj es sólido, entero, robusto, clásico pero no excesivamente pretencioso con su brazalete.
El BB S&G es un todo Black Bay sin duda. La corona sobredimensionada es un placer manipular. Precisa, silenciosa, cómoda y además con la rosa esmaltada es un gustazo.
Tanto el bisel como el primer eslabón son de oro sólido de 18k dado que son las partes que más maltrato se llevarán.
La corona está recubierta de una placa de oro de 18k con un grosor de 0,6mm. Los eslabones centrales están dotados de placas de 0,25mm de grosor. En ambos casos el grosor es suficiente para poder cepillar el oro, que es lo que pone en otra dimensión a este reloj.
El oro cepillado funciona muy bien. Le da un carácter más austero y utilitario. Se va a marcar poco. Es menos cantoso. Pero se ve que es oro.
El otro día veía a un periodista del mundo del reloj decir, “el oro cepillado es el nuevo oro rosa”, de modo que estoy convencido de que veremos, una vez más, a otras marcas seguir el ejemplo de Tudor presentando piezas con oro cepillado. Lo mismo ha pasado con las correas textiles tipo NATO de alta calidad, las correas envejecidas que hoy las hay por doquier, el color granate en el bisel, el tamaño moderado de 41mm y un largo etc.
Como en todos los Black Bay, la legibilidad es absoluta:
y los acabados son superiores. Los índices y las agujas son de oro amarillo. Las leyendas de la esfera son en pintura color oro. Índices y agujas de todos los Black Bays son de oro, ya sea rosa, amarillo o blanco. Salvo en el BB Dark, que la verdad no sé si son oro con PVD negro o algún otro material.
Las opciones de la correa envejecida y NATO, ambas santo y seña, como he dicho, de este Tudor renacido, son de lo mejor. Sobre todo la correa. Es el mismo concepto del Black Bay de acero, pero esta tiene un no sé qué.
(Foto Ablogtowatch)
El reloj se siente en muñeca, se nota cada gramo del oro. El brazalete es de 22mm con remaches. Quizás uno de 21mm habría sido ideal.. lo he dicho antes, el Black Bay perfecto para mí sería uno con espacio entre asas de 21mm, brazalete que reduce más y una altura de 2mm menos. No obstante entiendo que se haya tenido que estandarizar con el del Heritage Chrono..
Me habría gustado ver un detalle de oro en el cierre, al menos un escudo insertado de alguna froma. De la misma manera, el deplo de la correa podría haber sido mixto también, con insertos de oro sólido. He de decir sobre todo lo mejor es que no está pintado en oro, que me habría parecido de mal gusto.
(Foto: Fratello watches)
Lo mejor de todo es que es un auténtico Black Bay, en su versión “de lujo”. Es un reloj que no va mal con traje y corbata (nunca he tenido problemas de llevar un Black Bay con traje, he de admitirlo). La deportividad se equilibra muy bien con los detalles dorados. No canta, es un tanto discreto. No hay brillos ya que la mayor parte del Black Bay es de acero cepillado. Ver la hora de reojo es un gusto, gracias a sus agujas Snowflake y a esos índices tan gordos. No hay sacrificio en las prestaciones.
El precio son unos “módicos” (es un reloj de lujo, no nos equivoquemos) 4.720€ con brazalete y 3.580 con la célebre correa envejecida.
La NATO en tono oro viejo es un puntazo. Es el primer Black Bay con el que me gustan por igual las tres opciones.
(foto Ablogtowatch).
Definitivamente no es un Submariner 16613. Ni lo pretende ser. No es un reloj de lujo al uso. Puestos a escoger me quedo con un Submariner 16613 como el que tuve, impoluto y con el set completo. Claro está.
Pero contra un Submariner 16613 algo cascado (como la mayoría), el Black Bay S&G es mucho mejor opción, en mi humilde opinión. Mucho mejor máquina y más barato.
En lo personal no lo compraré aún. Tudor me ha puesto en un serio “problema” porque la lista de Black Bays que me gustan no termina. Esperaré con calma hasta que llegue el momento.
Saludos,
El concepto es muy antiguo, Rolex es desde siempre la marca de lujo número uno en relojes mixtos, hay de donde tomar ejemplo dentro de casa para Tudor.
El caso es que Tudor nunca ha tenido ningún modelo mixto de éxito. Es algo así como contra natura para la segunda marca del Grupo Hans Wilsdorf (Tudor no pertenece a Rolex, ambas son propiedad de la Fundación Hans Wilsdorf), cuyos pilares son la robustez a un precio atractivo.
Dicho esto Tudor, en su empeño de comerse su segmento, presentó en 2017 su primer reloj de buceo de acero y oro. Y lo ha hecho de forma muy acertada en mi opinión, con gran repercusión mediática, con un muy buen producto y con un giro algo inesperado.
Antes de empezar el reportaje diré que me gusta el oro en los relojes. Mi padre llevaba un reloj suizo de oro y crecí viéndolo. En mi primera oportunidad en los 90 me compré un Tag Heuer Link mixto (que me robaron), y en su día disfruté de un Submariner 16613 esfera púrpura, el famoso “farruquito”.
Reconozco que tengo ese punto canalla. Ahora mismo sólo Dios sabe lo que daría por un Daytona 626X de oro como este:
No me molesta en absoluto el color amarillo del oro, ni el rosa y ni el del oro blanco siempre que tenga ese tono crema que viene con el tiempo, no me gusta que parezca acero.
Volviendo al reloj en cuestión, Tudor lanzó este 2017 su primer Black Bay con fecha (y la versión cronógrafo, motivo de otro Hands On pronto). Tudor lo ha hecho francamente bien. La fecha se integra de forma muy armoniosa en la esfera. No está lejos del bisel y su tamaño es aceptable para los astigmáticos como un servidor. Es una fecha diseñada para no llevar lupa ya que el calibre permite perfectamente que la ventana esté en la misma circunferencia que los índices:
En un principio dije que el reloj a comprar era la versión con correa envejecida, porque el Black Bay me gusta sencillo, a ser posible con la NATO y nada más. Debo rectificar y digo que hay que comprar la versión con brazalete y comprar la correa como un extra. El reloj es sólido, entero, robusto, clásico pero no excesivamente pretencioso con su brazalete.
El BB S&G es un todo Black Bay sin duda. La corona sobredimensionada es un placer manipular. Precisa, silenciosa, cómoda y además con la rosa esmaltada es un gustazo.
Tanto el bisel como el primer eslabón son de oro sólido de 18k dado que son las partes que más maltrato se llevarán.
La corona está recubierta de una placa de oro de 18k con un grosor de 0,6mm. Los eslabones centrales están dotados de placas de 0,25mm de grosor. En ambos casos el grosor es suficiente para poder cepillar el oro, que es lo que pone en otra dimensión a este reloj.
El oro cepillado funciona muy bien. Le da un carácter más austero y utilitario. Se va a marcar poco. Es menos cantoso. Pero se ve que es oro.
El otro día veía a un periodista del mundo del reloj decir, “el oro cepillado es el nuevo oro rosa”, de modo que estoy convencido de que veremos, una vez más, a otras marcas seguir el ejemplo de Tudor presentando piezas con oro cepillado. Lo mismo ha pasado con las correas textiles tipo NATO de alta calidad, las correas envejecidas que hoy las hay por doquier, el color granate en el bisel, el tamaño moderado de 41mm y un largo etc.
Como en todos los Black Bay, la legibilidad es absoluta:
y los acabados son superiores. Los índices y las agujas son de oro amarillo. Las leyendas de la esfera son en pintura color oro. Índices y agujas de todos los Black Bays son de oro, ya sea rosa, amarillo o blanco. Salvo en el BB Dark, que la verdad no sé si son oro con PVD negro o algún otro material.
Las opciones de la correa envejecida y NATO, ambas santo y seña, como he dicho, de este Tudor renacido, son de lo mejor. Sobre todo la correa. Es el mismo concepto del Black Bay de acero, pero esta tiene un no sé qué.
(Foto Ablogtowatch)
El reloj se siente en muñeca, se nota cada gramo del oro. El brazalete es de 22mm con remaches. Quizás uno de 21mm habría sido ideal.. lo he dicho antes, el Black Bay perfecto para mí sería uno con espacio entre asas de 21mm, brazalete que reduce más y una altura de 2mm menos. No obstante entiendo que se haya tenido que estandarizar con el del Heritage Chrono..
Me habría gustado ver un detalle de oro en el cierre, al menos un escudo insertado de alguna froma. De la misma manera, el deplo de la correa podría haber sido mixto también, con insertos de oro sólido. He de decir sobre todo lo mejor es que no está pintado en oro, que me habría parecido de mal gusto.
(Foto: Fratello watches)
Lo mejor de todo es que es un auténtico Black Bay, en su versión “de lujo”. Es un reloj que no va mal con traje y corbata (nunca he tenido problemas de llevar un Black Bay con traje, he de admitirlo). La deportividad se equilibra muy bien con los detalles dorados. No canta, es un tanto discreto. No hay brillos ya que la mayor parte del Black Bay es de acero cepillado. Ver la hora de reojo es un gusto, gracias a sus agujas Snowflake y a esos índices tan gordos. No hay sacrificio en las prestaciones.
El precio son unos “módicos” (es un reloj de lujo, no nos equivoquemos) 4.720€ con brazalete y 3.580 con la célebre correa envejecida.
La NATO en tono oro viejo es un puntazo. Es el primer Black Bay con el que me gustan por igual las tres opciones.
(foto Ablogtowatch).
Definitivamente no es un Submariner 16613. Ni lo pretende ser. No es un reloj de lujo al uso. Puestos a escoger me quedo con un Submariner 16613 como el que tuve, impoluto y con el set completo. Claro está.
Pero contra un Submariner 16613 algo cascado (como la mayoría), el Black Bay S&G es mucho mejor opción, en mi humilde opinión. Mucho mejor máquina y más barato.
En lo personal no lo compraré aún. Tudor me ha puesto en un serio “problema” porque la lista de Black Bays que me gustan no termina. Esperaré con calma hasta que llegue el momento.
Saludos,
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