M
Macolo
Forer@ Senior
Sin verificar
Nunca me he considerado un coleccionista de relojes. Si conservase todos los que he comprado a lo largo de los años, probablemente sumarían alrededor de cien, docena arriba, docena abajo. Sin embargo, en ningún caso he llegado a acumular más de diez o doce a la vez, y en numerosas ocasiones he pasado largas temporadas con apenas dos o tres. Jamás me he encariñado con ninguno, y no me tiembla el pulso a la hora de vender piezas que compré con muchísima ilusión para poder dar entrada a otras nuevas.
Siempre me ha gustado probar todos los que pueda, dentro de lo que mi presupuesto me permite, que no es mucho. Digitales, analógicos, y de marcas variadas. Aunque mi preferida, y con mucha diferencia, es Casio.
También tengo clarísimo mi criterio sobre las cualidades que ha de reunir un buen reloj: debe ser lo más económico posible, duro como una piedra, práctico, bonito, discreto y duradero.
Yo pensaba que este ir y venir de relojes se debía a mi afición por ellos, hasta que he adquirido éste, y entonces me he dado cuenta de lo que me pasaba: en realidad, estaba buscando el definitivo.
Perfecto que sea digital, porque los digitales me parecen los relojes-herramienta por definición. También es muy importante que sea negro, porque las otras versiones de este modelo, aunque bonitas, no responden a mi criterio sobre la discreción; de hecho, creo que su principal defecto es que llaman la atención de una manera escandalosa. La versión completamente negra, sin embargo, pasa por un Casio normalito de los de toda la vida a los ojos de un neófito. Bueno, a lo mejor no pasa por uno de los “normalitos”, pero tampoco tiene aspecto de caro para alguien que no entienda. Otra prioridad es que la pantalla sea en positivo (no discutiré sobre la estética de los lcd negativos, pero lo cierto es que se ven bastante mal, por lo que a efectos prácticos no me sirven). Y su fabricación 100% en acero lo convierte en un pedazo de ladrillo. Podrá rayarse, afearse, perder el brillo, envejecer mal, lo que sea. Pero lo que está claro es que no se va a romper. Ningún bezel se va a deteriorar, ningún tornillo se va a pasar de rosca, ninguna correa se va a partir.
El modelo con caja negra y pantalla en positivo viene de origen con la correa de resina, así que he tenido que comprarle aparte el armis de acero, para que cumpla con los criterios de resistencia que busco. Esto ha supuesto un incremento notable del presupuesto. Por cierto, la unión de la correa con la caja se hace mediante un tornillo pasante que, a su vez, va alojado en el interior de un cilindro metálico. Es imposible que se desprenda accidentalmente, a no ser que te cuelgues del reloj.
Se dice habitualmente que el principal problema de este reloj es el precio. Yo no estoy de acuerdo. Se puede tener el dinero para comprarlo o no, o estar dispuesto, o no, a asumir el gasto aún teniendo el dinero. Pero hay muchos G-SHOCK que se le acercan bastante, e incluso más caros, y llevan caja de resina, tapa atornillada y correa de caucho. Además, cuando lo tienes en las manos y compruebas de qué tipo de reloj se trata, te das cuenta de que te va a durar toda la vida sin tener que preocuparte por el mantenimiento, o por si se le rompe tal o cual pieza. A efectos de funcionalidad, durabilidad, calidad, resistencia y eficiencia va sobradísimo. A partir de ahí, decidir si es caro o barato es una cuestión muy personal. Yo, por mi parte, he vendido todos mis relojes para poder acceder a éste (como he dicho al principio, nunca me he considerado un coleccionista), y estoy muy contento con el cambio. Al ponerme este reloj, no echo de menos ningún otro. Es más, ni me acuerdo de los otros.
Lo que ahora me apetece es usarlo mucho y ver cómo va adquiriendo personalidad con el paso de los años, sin que nada en su estructura sufra el más mínimo daño o deterioro. Estoy convencido de que se trata de uno de esos relojes que, según va “cambiando” estéticamente por la utilización sin contemplaciones, se va haciendo más bonito. Creo que la verdadera razón de ser de este Casio es amortizarlo mediante el uso constante, gozándolo a diario, dejando que vaya adquiriendo carácter, y todo ello con la tranquilidad de que, dentro de 20 ó 30 años, seguirá dando la hora protegido por una armadura de acero que se muestra impertérrita ante el paso del tiempo. Seguramente para entonces ya no le sirva de nada el Bluetooth incorporado, o Casio haya abandonado definitivamente el desarrollo de sus aplicaciones, o ni siquiera existan ya los smartphones, pero… ¿Alguien tiene dudas de que seguirá funcionando? Y lo que es mejor: ¿Con su caja, bezel y armis originales? Yo lo tengo muy claro. Si en 20 ó 30 añitos seguimos por aquí, os lo cuento. Porque una cosa os aseguro: Este se queda.
Siempre me ha gustado probar todos los que pueda, dentro de lo que mi presupuesto me permite, que no es mucho. Digitales, analógicos, y de marcas variadas. Aunque mi preferida, y con mucha diferencia, es Casio.
También tengo clarísimo mi criterio sobre las cualidades que ha de reunir un buen reloj: debe ser lo más económico posible, duro como una piedra, práctico, bonito, discreto y duradero.
Yo pensaba que este ir y venir de relojes se debía a mi afición por ellos, hasta que he adquirido éste, y entonces me he dado cuenta de lo que me pasaba: en realidad, estaba buscando el definitivo.
Perfecto que sea digital, porque los digitales me parecen los relojes-herramienta por definición. También es muy importante que sea negro, porque las otras versiones de este modelo, aunque bonitas, no responden a mi criterio sobre la discreción; de hecho, creo que su principal defecto es que llaman la atención de una manera escandalosa. La versión completamente negra, sin embargo, pasa por un Casio normalito de los de toda la vida a los ojos de un neófito. Bueno, a lo mejor no pasa por uno de los “normalitos”, pero tampoco tiene aspecto de caro para alguien que no entienda. Otra prioridad es que la pantalla sea en positivo (no discutiré sobre la estética de los lcd negativos, pero lo cierto es que se ven bastante mal, por lo que a efectos prácticos no me sirven). Y su fabricación 100% en acero lo convierte en un pedazo de ladrillo. Podrá rayarse, afearse, perder el brillo, envejecer mal, lo que sea. Pero lo que está claro es que no se va a romper. Ningún bezel se va a deteriorar, ningún tornillo se va a pasar de rosca, ninguna correa se va a partir.
El modelo con caja negra y pantalla en positivo viene de origen con la correa de resina, así que he tenido que comprarle aparte el armis de acero, para que cumpla con los criterios de resistencia que busco. Esto ha supuesto un incremento notable del presupuesto. Por cierto, la unión de la correa con la caja se hace mediante un tornillo pasante que, a su vez, va alojado en el interior de un cilindro metálico. Es imposible que se desprenda accidentalmente, a no ser que te cuelgues del reloj.
Se dice habitualmente que el principal problema de este reloj es el precio. Yo no estoy de acuerdo. Se puede tener el dinero para comprarlo o no, o estar dispuesto, o no, a asumir el gasto aún teniendo el dinero. Pero hay muchos G-SHOCK que se le acercan bastante, e incluso más caros, y llevan caja de resina, tapa atornillada y correa de caucho. Además, cuando lo tienes en las manos y compruebas de qué tipo de reloj se trata, te das cuenta de que te va a durar toda la vida sin tener que preocuparte por el mantenimiento, o por si se le rompe tal o cual pieza. A efectos de funcionalidad, durabilidad, calidad, resistencia y eficiencia va sobradísimo. A partir de ahí, decidir si es caro o barato es una cuestión muy personal. Yo, por mi parte, he vendido todos mis relojes para poder acceder a éste (como he dicho al principio, nunca me he considerado un coleccionista), y estoy muy contento con el cambio. Al ponerme este reloj, no echo de menos ningún otro. Es más, ni me acuerdo de los otros.
Lo que ahora me apetece es usarlo mucho y ver cómo va adquiriendo personalidad con el paso de los años, sin que nada en su estructura sufra el más mínimo daño o deterioro. Estoy convencido de que se trata de uno de esos relojes que, según va “cambiando” estéticamente por la utilización sin contemplaciones, se va haciendo más bonito. Creo que la verdadera razón de ser de este Casio es amortizarlo mediante el uso constante, gozándolo a diario, dejando que vaya adquiriendo carácter, y todo ello con la tranquilidad de que, dentro de 20 ó 30 años, seguirá dando la hora protegido por una armadura de acero que se muestra impertérrita ante el paso del tiempo. Seguramente para entonces ya no le sirva de nada el Bluetooth incorporado, o Casio haya abandonado definitivamente el desarrollo de sus aplicaciones, o ni siquiera existan ya los smartphones, pero… ¿Alguien tiene dudas de que seguirá funcionando? Y lo que es mejor: ¿Con su caja, bezel y armis originales? Yo lo tengo muy claro. Si en 20 ó 30 añitos seguimos por aquí, os lo cuento. Porque una cosa os aseguro: Este se queda.
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