Siempre que hablamos de los mantenimientos nos molesta lo que cuestan y caemos en tópicos que nos distraen. Yo pido calidad en el servicio y que mi reloj quede impecable. Ni más ni menos.
En una revisión de un reloj, las marcas desmontan prácticamente todo el calibre y lo vuelven a montar reponiendo las piezas que por desgaste están fuera de los parámetros de tolerancia. En una marca de nivel alto, por encima de Longines, una revisión estándar está alrededor de los 500 euros y no me parece un disparate. Si hablamos de gran complicación, lógicamente sube mucho más.
Hay relojeros independientes estupendos, la mayoría formados en servicios oficiales, que hacen una magnífica labor por menos precio. Pasa igual con los talleres de coches o motos. Es muy fácil de entender, sus costes laborales son menores que los de una marca y por tanto te pueden ofrecer revisiones por menos precio. También, y como ocurre en los coches y motos, los repuestos que se utilizan son de marca blanca (que no significa necesariamente que sean de menor calidad) y ello también implica menor coste. Y por último, como bien decía un compañero, los técnicos de las marcas están obligados a cumplir con unos cursos de formación que no son nada baratos para estar al día y el coste del utillaje oficial, también es más caro.
Comparar con los coches no es fácil. En 2019 las horas de trabajo más caras en España son las de RR, Bentley y Ferrari, aproximadamente unos 130€. Las marcas premium rondan los 100€. Una revisión de esos coches se hace cada 15 o 20.000 kms, esto es una vez al año o cada dos años. Esas revisiones estándar en las marcas de lujo rondan los 2.000 euros, y desde luego no se desmonta el motor. Además, si hacemos una cuenta rápida porcentual entre el coste del coche y el del reloj, tiempo y coste de las revisiones, veremos que no están muy desfasadas. Pero es que todas son máquinas de precisión que requieren un buen mantenimiento. Y un calibre de un reloj recorre muchísimos miles de kilómetros más que un coche.
Lo importante es que estés contento con lo que lleves en tu muñeca. Lo que has pagado por su compra o su mantenimiento te puede doler en ese momento puntual del pago, pero calcula la de horas que vas a estar disfrutando de su uso.