Yo empece de niño, entiendase, no era vicio...tan solo en alguna ocasión importante como la primera comunión.Después, ya en mi adolescencia y para vacilar a las niñas y ser más macho,era cada fin de semana.
Al llegar a los dieciseis años y coincidiendo con mi primera mensualidad, me di cuenta que ya tenía que ser todos los días.
No paso mucho tiempo, hasta que cambie mi suministrador por otro de mayor calidad que me permitía ir probando lo que salía a la calle antes que a otros.Esto me provocaba un estado de euforia que no quería que decayese.
Como se puede suponer, cada vez necesitaba más y más dinero, así que empece con el trapicheo; esto me permitió seguir probando, pero quería más, ya nada era suficiente.
Hable con unos cuantos suministradores que me ofertaron grandes cantidades, con lo cual acabe trabajando para ellos. Evidentemente yo debía pasar las pequeñas cantidades a otros que se estaban enganchando y decirles lo bien que sentaba, lo a gusto que se sentirían, la sensación que notarían, el embotamiento de los sentidos que les provocaría.....Es importante que sean los propios padres quienes inicien al niño, pero hay que concienciarlos para que usen mercancía de calidad.
Pasado un tiempo mi conciencia quedo alterada y no fuí capaz de darme cuenta como estaba siendo absorbido por esa mercancía...........
Conseguí, con ayuda, reinsertarme en una sociedad que no entendía la parte emocinal que me suministraba eso que me ponía
Hace unos días, creyendo que lo tenía superado, he vuelto a PONERME ....un reloj .
Maldita seaaaaaaa...son mucho más guapos que anteeees.


