B
barista
Visitante
Yo sólo tuve un Ruhla, era bonito, pero malo, malo, malo... sin embargo siempre me gustaron algunos Umf cincuenteros junto con unos Gub, fueron de los primeros vintage que estuve siguiendo.
Hace ya bastantes años un colega y yo fuimos a una plantación de café en Bolivia.
Recuerdo que fue un día terriblemente caluroso, y eso que a mí el calor me encanta.
Recuerdo también el sol en la nuca y el sudor cayendo a raudales.
En un momento de descanso un jornalero, con mucha timidez, que estaba paleando granos nos invita a tomar un café. Un café como lo toman los jornaleros: granos tostados en una plancha de hierro, luego molidos en un mortero y a los que les echan agua hirviendo.
A mí el café me pareció exquisito, sublime. Fue y es el mejor café que tomé jamás.
A mi colega le pareció un horror. Acostumbrado a tomar ristretti en las mas exclusivas cafeterías de Roma...
A igual estímulo diferente respuesta.
No es lo mismo salir a un bosque en la humedad del amanecer, hacer leña, llevarla a la casa y preparar el fuego en la estufa.
Uno puede preferir tener un sistema AC frío-calor... y se acabó el romanticismo y las sensaciones inigualables de estar entre árboles, mirar el cielo, sentir la tierra bajo los zapatos.
No se eso de que los Ruhla son malos, malos, malos... solo sé que fueron relojes sin pretensiones, simples, sencillos, asequibles, duros. Y los calibres UMF también fueron simples, sencillos, robustos, duros. No eran la mar de la exactitud... tampoco lo pretendían.
Ruhla fabricó relojes para el trabajador y la trabajadora dentro de un sistema que ya no existe y del que aquí no hablaré... excede el Foro.
En ese contexto fueron lo que fueron. Ni mas ni menos.