rodilla
Milpostista
Sin verificar
Como sabréis ayer reabrió el Rastro madrileño, cerrado desde marzo.
Pasé la noche velando armas, madrugué , me tomé el cafelito en la oscuridad de la cocina, agarré el morralillo y me eché a la fría calle. No podía ser de otro modo, llegué demasiado pronto.
Escaso de público, escaso de vendedores, con normas municipales estrictas y, en ocasiones, contradictorias, allí estaba, allí era.
Alegría por ver a los viejos camaradas rastreros, ceremonia de preguntas interminables acerca de la salud propia y ajena, quincalla más o menos valiosa, restos del naufragio, trasiego de carretillas con herrajes de los puestos y mercancía, todo dispuesto para mí.
Tras haberme acostumbrado a su pérdida, y temiendo que ésta fuera definitiva, el renacer del Rastro, se me antoja un hecho trascendente, de los que quedarán en el disco duro, y no puedo evitar trasladar esa emoción a otros ámbitos de mi existencia.
Y claro, compré un reloj ...., viejo, rastrero, con pátina y "regateao".
Pagué de más, pero hoy, el lunes no me parece tan frío, la oficina tan pequeña ni la vida tan corta
ANIMO¡¡¡
Pasé la noche velando armas, madrugué , me tomé el cafelito en la oscuridad de la cocina, agarré el morralillo y me eché a la fría calle. No podía ser de otro modo, llegué demasiado pronto.
Escaso de público, escaso de vendedores, con normas municipales estrictas y, en ocasiones, contradictorias, allí estaba, allí era.
Alegría por ver a los viejos camaradas rastreros, ceremonia de preguntas interminables acerca de la salud propia y ajena, quincalla más o menos valiosa, restos del naufragio, trasiego de carretillas con herrajes de los puestos y mercancía, todo dispuesto para mí.
Tras haberme acostumbrado a su pérdida, y temiendo que ésta fuera definitiva, el renacer del Rastro, se me antoja un hecho trascendente, de los que quedarán en el disco duro, y no puedo evitar trasladar esa emoción a otros ámbitos de mi existencia.
Y claro, compré un reloj ...., viejo, rastrero, con pátina y "regateao".
Pagué de más, pero hoy, el lunes no me parece tan frío, la oficina tan pequeña ni la vida tan corta
ANIMO¡¡¡