No hay de qué, aquí estamos para contarnos unos a otros lo que nos han contado.
Aquí, entre nosotros, yo tengo siete relojes con esa familia de maquinaria, entre Omegas y Tissots. Todos comprados viejos y todos siguen funcionando como campeones. De hecho, más de uno, cuando lo compré, no funcionaba, y visita al relojero y treinta euros después, aquí lo tengo dando la hora. Ahora mismo tengo un Omega en boxes, que tenía el paso de fecha rápido estropeado (lo arreglaré, aunque luego nunca pongo la fecha correcta) y la corona torcida cual sombrero cordobés... pero daba la hora no obstante.
Al final estos movimientos corresponden a una época de transición (bueno, por llamarlo de alguna manera; en realidad corresponden a la tremenda crisis relojera de los 70) y se nota un tremendo bajón en las calidades de los acabados respecto de las máquinas de la era dorada, las 56X - 75X. Pero, o estadísticamente he gastado toda mi suerte en estos relojes (así se entendería mi éxito con la lotería
) o son unas máquinas que no requieren excesivos cuidados, porque algunos de mis relojes parecen haber vivido un infierno antes de haber llegado a mis manos y siguen en marcha. O eso, o el bueno de Ángel Prieto, el relojero de Bilbao que pese a estar jubilado sigue velando por algunos relojes, tiene mano de... eso, de Ángel.
Por decirlo de otra manera, si yo quisiera hacerme un reloj de capricho con una máquina Omega clásica, no elegiría esta. Haría como en un foro amigo, y optaría por una 56X (564, a ser posible).
Ahora, para un reloj de imponente presencia setentera, diver de estética diferente, no muy caro (como es el Tissot Navigator de tu foto), con caja Piquerez, carabela en relieve en la trasera, bisel interno, doble corona (y si se parece al mío, espectacular dial con índices-tacos aplicados) y, probablemente, por lo menos en los míos es así, brazalete Gay-Freres, me parece que no se puede pedir más.