Llego aquí por el post de un compañero y que
@Goldoff redirigió hacia aquí.
Me voy a cubrir de gloria pero habida cuenta de la cantidad de epítetos mayoritariamente negativos, no me voy a quedar con la duda:
Me meto en un foro donde la gente comparte habitualmente compras de relojes, instrumentos para dar la hora que te los puedes comprar por 5 euros pero preferimos gastar cantidades de 3, 4 o 5 cifras, de buenísima gana, presumiendo de ellos, sin ponernos colorados y satisfaciendo unos indescriptibles instintos reptilianos...
...pero en la misma casa donde lo hacemos, que se financia o:
1. De lo que paga cada uno para eliminar la publicidad o
2. De la aparición de esa necesaria publicidad para poder leer y publicar...
...en el sitio donde, repito, intercambiamos opiniones y felicitaciones sobre frivolidades técnicas de un precio difícilmente justificable (pero respetado y asumido por todos los participantes), se ponen a soltar palabrotas y quejas sobre la dificultad de pulsar una x aquí o allá para seguir disfrutando de esto sin pagar un duro o haciendo ascos a pagar esos 50 euros al año?
Se me viene a la cabeza aquello de que la educación de una persona se ve realmente en cómo trata a un camarero, pero me voy a quedar con algo más directo:
vergüenza debería darles cuando andamos siempre bien prontos a proferir chanzas, baneos y rasgados de vestidura cuando viene algún despistado a pedir consejos sobre copias, otros preguntando dónde ahorrar unos euros en aduanas o alguna nimiedad de similar calibre.
Ahí todos invocamos el puritanismo sagrado sobre las normas. Bien. Sobre pagar el impuesto porque está ahí para algo. Bien. Pero como el puñetero perro del hortelano, ni come (ver la publicidad) ni deja comer (pagar por no verla). Ahí arrugamos el ceño y protestamos.
Luego pedimos consejo y palmaditas en el hombro para el reloj de 4000 euros, eso siempre, a eso vinimos, no?
Menos mal que no soy administrador, que está teniendo la paciencia de un santo, probablemente asumiendo compromisos que reportarán menos ingresos para el mantenimiento a costa de que nos cueste menos pulsar la puñetera x. Vergüenza, compis.