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En la mayoría de las ocasiones prefiero un "Arguiñano", pero de vez en cuando, un "Ferran Adrià" también viene bien.No voy a descubrir nada nuevo si afirmo que tanto Ferrán Adrià como Karlos Arguiñano son dos grandes chefs, mediáticos e innovadores cada uno a su manera. El primero porque nos enseñó que un simple bocado lleva un nombre más largo que rezar un padrenuestro y que la sensación en boca es profunda, sorprendente y arranca pensamientos confusos al tratar de descubrir lo que realmente es.
El segundo, don Karlos Arguiñano, porque se coló en todos los hogares españoles con recetas sencillas, cotidianas y tradicionales, contribuyendo así a que, de repente, muchos santos varones anclados en la cómoda excusa del “yo no sé ni freír un huevo” despertaran el gusanillo de los fogones y comenzaran a ver con buenos ojos que su familia les llamara cocinillas cuando salía el tema a colación en las sobremesas de los domingos por la tarde.
Comparando ambos estilos con nuestros gustos relojeros, se me ocurre pensar si soy más Arguiñano que Adrià. Uno representa la sencillez y el ir a por faena, como un GADA, un tres agujas, un reloj sin apenas complicaciones, pero que siempre queda bien y da la hora como tiene que darla.
Ver el archivos adjunto 3248824
El otro sería un estilo más innovador, un Richard Mille por ejemplo, o una pieza en la que prevalezca más un adelanto técnico que la practicidad aunque sea en perjuicio de la legibilidad, como los skeleton, por ejemplo.
Ver el archivos adjunto 3248829
Me he hecho esa pregunta y me voy directamente a por Arguiñano, no solo porque en cuestión de comida me gusta la sencillez y la tradición, sino porque el exceso de sofisticación tiende a cansarme el paladar y la vista.
¿Y vosotros? ¿Vuestros gustos relojeros van por un lado o por el otro? ¿O quizás por los dos?
Abro las puertas del restaurante relojero y estáis invitados a participar.
Pues sí, no había caído yo en eso...Aquí otro de Don Karlos. Creo que gana por goleada, aunque creo que todos reconocemos el mérito y el buen hacer de su "adversario" en este hilo.
Ahora bien, no sé si en otro segmento de edad, diferente al del foro, el resultado sería el mismo. En cuanto a la cocina y a los relojes. Al igual sí, o no.
A mis gemelos de 19 años dales una cocina "cassolana" y más felices que unas perdices.Pues sí, no había caído yo en eso...
Y es verdad, la edad media del foro es de 50 años en adelante, a ver que nadie se enfade, ya sé que hay gente más joven, pero la mayoría...
Mientras esté rico....Y no valdría un término medio ? Un Jordi Cruz o unos hermanos Roca? Que para mí serían omegas y tudores.
😂😂😂😂bien dicho!Si solo puedo eligir uno para todos los días de mi vida, pues Arguiñano sin duda; tanto en comida como en relojes, que no me veo en el LIDL comprando con un Richard Mille, o desayunando unas esferificaciones de tomate con aceite.
Pero un dia especial, o en algunos escenarios, pues si que me iría a comer un MB&F mientras llevo puesto a Ferrán Adrià.
No estando de acuerdo con la parte contratante de la primera parte, secundo la última parte de tu último párrafo.Y a mí que la opción Arguiñano me parece un "mirar la hora en el móvil", por seguir con la analogía.
Dicho lo cual, es muy posible (no llevo el tiempo suficiente en esto de la relojería para afirmarlo) que, como en toda afición o gusto adquirido (o incluso en arte y temas estéticos), el criterio se va educando y formando, partiendo generalmente de lo sencillo, común y básico a lo más elaborado, arriesgado y diferente. Una vez que ya te has formado un criterio y has educado tu gusto se suele ver dos maneras de abordarlo: 1) un 'back to basics', una vuelta a lo sencillo y al respeto al producto bien tratado (y esto último es importante), por seguir con la analogía gastronómica, o 2) valorar tanto lo sencillo como lo arriesgado en su justa medida, sin menospreciar a ninguno.
Pero vamos, que entre Arguiñano y Adriá, este último. De cabeza. Son los Adriás los que abren el camino que luego, más tarde o más temprano, seguirán los Arguiñanos.
No estando de acuerdo con la parte contratante de la primera parte, secundo la última parte de tu último párrafo.
Yo los tengo de 18 y 20. Son todo terrenos, pero la "cassolana" les encanta😂A mis gemelos de 19 años dales una cocina "cassolana" y más felices que unas perdices.
Yo creo que es al revés. Es desde la sencillez de lo básico que se puede construir algo más elaborado, primero hay que tener una cierta base sólida para después tirarte a experimentar y arriesgar. No puedes desarrollar un movimiento con fases lunares, repetición de minutos, tourbillon, etc, si antes no tienes la base de un movimiento básico tres agujas sólido y fiable, por ejemplo.Pero vamos, que entre Arguiñano y Adriá, este último. De cabeza. Son los Adriás los que abren el camino que luego, más tarde o más temprano, seguirán los Arguiñanos.
Lo que hoy es básico fue rompedor en su momento. De Vatel a Goya, pasando por Beethoven o Eisenstein. Un conservador, no confundir con un reaccionario, no deja de ser un progresista a la pata coja.Yo creo que es al revés. Es desde la sencillez de lo básico que se puede construir algo más elaborado, primero hay que tener una cierta base sólida para después tirarte a experimentar y arriesgar. No puedes desarrollar un movimiento con fases lunares, repetición de minutos, tourbillon, etc, si antes no tienes la base de un movimiento básico tres agujas sólido y fiable, por ejemplo.
Creo que a veces se tiende a menospreciar lo básico y sencillo, cuando es lo más fiable y funcional.
Pienso lo mismo.No es fácil, pero he de ser sincero conmigo mismo aún a riesgo de que me tachéis de pijo, snob, etc…
Como personaje y estilo culinario me quedo con Karlos, pero en los relojes lo siento, sinceramente me tiraría, lotería mediante, a por un F.P. Journe o un MB&F (lo siento, Richard Mille no me gusta…).
Existen también las modas, las tendencias...... Lo extravagante, lo moderno, lo diferente en una palabra, no tiene por qué ser progreso. Y a un cocido, por ejemplo, inventado hace (ni idea)....le tiene por qué faltar ningún ingrediente...Lo que hoy es básico fue rompedor en su momento. De Vatel a Goya, pasando por Beethoven o Eisenstein. Un conservador, no confundir con un reaccionario, no deja de ser un progresista a la pata coja.