Vault V1

Vault, una nueva marca en el panorama relojero

Cuando ya llevas un tiempo en esto de los relojes corres el peligro de pensar que ya lo has visto todo, y que ya nada te va a sorprender. Es lo que me ocurrió cuando el compañero Mauricio, de Relojes Increíbles, me pasó el contacto de Vault, una nueva marca en el panorama relojero que aspira a hacerse un hueco en el corazón (pero sobre todo en la colección) de los aficionados a la Alta Relojería.

Después de repasar en su web la vida y milagros de su fundador y CEO, Mark Schwarz, acudí a la cita con más escepticismo que otra cosa. Un perfecto lego en la materia (formación de electricista, luego policía durante seis años y posteriormente una carrera en el mundo de las finanzas) decide un buen día recuperar su pasión relojera de niño y emprende un peregrinaje para reunir los fondos, pero sobre todo, el saber hacer relojero para dar forma a su sueño.

Mark Schwartz, CEO de Vault

Me encuentro con un joven (poco más de 30 años) entusiasta que me cuenta cómo ha llegado hasta el punto de conseguir que Andreas Strehler, propietario y alma máter de UhrTeil, no sólo entienda sino que se entusiasme con un proyecto que a priori parece un sueño. Se trata de una nueva forma de leer y por tanto de sentir el tiempo combinado con la necesaria exclusividad que la Alta Relojería pero, sobre todo, los coleccionistas exigen. Y esa exclusividad la dará no sólo la posibilidad de confeccionar un reloj a medida en cuanto a acabados sino que cada reloj, aun dando la misma hora, tendrá un aspecto distinto de cualquier otro Vault.

Reloj Vault V1

Empezando por el concepto, tenemos un calibre desarrollado expresamente por UhrTeil que gira libremente dentro de la caja gracias a un juego de engranajes que hace que dicho calibre se mueva al ritmo que lo hace la aguja minutera. Dicho en corto: para poner los minutos en hora sacaremos la corona y situaremos la única aguja en el minuto deseado. La parte curiosa viene cuando tenemos que “poner en hora” la propia hora: la esfera de horas –por llamarla de alguna forma- está desvinculada del calibre en sí y tiene su propio mecanismo para ser ajustada. El resultado es que cada puesta en hora dejará la cifra (por ejemplo las tres) en una posición diferente.  Esta posición la marcará el sector de zafiro de opacidad creciente… Por si esto no fuera suficientemente fascinante, otro juego de engranajes en la misma “esfera” hace que las cifras (los índices) se vean siempre correctamente, es decir, en posición norte-sur.

indices del Vault V1

Reconozco que es algo difícil de entender si uno no manipula directamente el Vault V1, que ese es su nombre, pero confieso que mi percepción de este “loco” y su proyecto fue cambiando a medida que iba entrando en sus conceptos siguiendo sus explicaciones. Además, el aspecto general del calibre, y su decoración quieren recordar una puerta de cámara acorazada (de ahí el nombre) y lo precioso que es el tiempo que se nos ha dado, en tanto uno nunca sabe cuando se le va a terminar. A poco que se piense en ello hay que tomárselo muy en serio… Incluso la corona se asemeja a las ruedas que se manejan para abrir una caja fuerte.

Corona del Vault V1

Lo que estuve viendo no es más que el prototipo de la primera serie del Vault 1, un reloj que se fabricará bajo pedido y a gusto del futuro propietario, a un precio que parte de los 50.000 francos suizos, una cifra que suena alta (y objetivamente lo es) pero que comparado con –por ejemplo- Richard Mille, que vende 3.500 relojes al año a un precio medio de 300.000 € suene hasta ajustado. Y más teniendo en cuenta que su objetivo y punto muerto está en vender unas 10 (diez) unidades al año. Más cifras. El calibre del Vault, fabricado por UhrTeil exclusivamente para Vault, se compone de 200 piezas y el reloj completo de 401. El reloj en su versión de acero no pesa más de 100 gramos. 98, exactamente. Y tienen previsto que la versión en titanio pese todavía menos. Al no perderse la forma del cristal de zafiro es una pequeña escultura en sí mismo. La única pieza que debido a su complejidad no se ha podido encargar en Suiza.

Zafiro del Vault V1

Mark arrancó su proyecto hace cuatro años y medio. Desde cero porque, como ya he dicho, sólo contaba con su propio entusiasmo y determinación. Tuvo que empezar a construir toda una red de contactos tanto relojeros como financieros que culminaron en el encuentro con Andreas Streler y el apoyo de una fundación privada que ayuda a las start-ups con futuro. Su estrategia comercial es sencilla –según se mire-: distribución directa (el trato es siempre con el propio Mark) y promoción y búsqueda de potenciales clientes en las redes sociales. Seductora mezcla la del atrevimiento con el aplomo de quien está convencido de lo que hace.

Mark Schwartz, CEO de Vault

La prueba de fuego la tendrá en Baselworld 2018, donde Vault, compartirá stand con Andreas Strehler y un viejo conocido: Beat Haldiman, el creador de los tourbillones ocultos. Un buen par de padrinos en una cita ineludible.

www.vault.swiss