Los que conocen Seiko saben que no hay marca con mejor relación calidad-precio: desde los humildes 5 Sports por pocos euros hasta los sofisticados Grand Seiko con poco o nada que envidiar a grandes nombres suizos. Entre esos extremos existen innumerables estaciones intermedias que van de fenomenales divers de uso profesional a elegantes “daily wearers” que aúnan lo último en cronometría con tradiciones centenarias como el esmalte o el Urushi, una técnica de lacado y pulido por capas ejecutada enteramente a mano. Hablo de la familia Presage, esa gran desconocida para muchos amigos de la marca y desde luego una mayoría del público en general.
Lanzada en 2016 para celebrar los 60 años de su primer cronógrafo, la serie Presage se estrenó con dos relojes cuyas esferas estaban realizadas precisamente en esas dos técnicas: una negra en laca Urushi y otra blanca en esmalte blanco. Siendo manufactura con complicaciones (crono y fecha) y con esferas elaboradas el público pensó que o bien sería muy caro, o una edición limitada, que solo se vendería en Japón… o que todo esto a la vez. Pues todo lo contrario: parecería que Seiko reclamaba su puesto entre las grandes demostrando que podía hacer grandes cosas a precios, si no económicos, sí relativamente asequibles. Y, bueno, también alguna serie limitada de vez en cuando.
Su seña de identidad es la aplicación de artesanías tradicionales en la parte más visible del reloj: la esfera. En 2017 se hizo hincapié en el esmalte con varias declinaciones de esta técnica, y a finales de año se presentó el Blue Moon con su esfera esmaltada de color azul profundo y una luna en oro (Maki-e) evocando la fascinación que los japoneses sienten por los cielos nocturnos. Dicha esfera estuvo a cargo del maestro esmaltador Mitsuru Yokozawa, responsable también de los esmaltes blancos de otras ediciones, quien revisó las 1.500 esferas azules una a una.
En esta ocasión Seiko presenta el Seiko Presage Byakudan-nuri, una técnica de lacado que va más allá de la del Urushi y que consiste en depositar láminas o polvo de oro o plata entre las capas de laca transparente. Tres son las técnicas que se combinan en esta esfera: Urushi para la esfera, Byakudan-nuri para las subesferas (para lo que la laca se tiñe de rojo) y Maki-e para la reserva de marcha y la pequeña luna que hace de contrapeso de la segundera.
La técnica del Urushi tiene su origen en China hace más de 1000 años, y llegó a Japón a través de la inmigración de artesanos que huían de las continuas guerras en el continente. El urushi o laca es un polímero natural extraído de un arbusto (rhu verniciflua) mediante incisiones en la corteza. Este extracto se mezcla con diferentes pigmentos, alcohol y agua, y se aplica por capas sucesivas que se dejan secar a veces durante días. Como acabado, la superficie lacada es pulida con carbón vegetal –a veces incluso entre capa y capa- , lo que alarga –y encarece- este trabajo.
Con una nueva capa de laca transparente como vínculo, se depositarán minúsculas partículas metálicas en las subesferas y se repetirá el proceso –ahora ya con laca sutilmente teñida en rojo- para darles profundidad. Finalmente, Maki-e: la indicación de reserva de marcha y la pequeña luna en el segundero recibirán una generosa capa de laca que será completamente cubierta con polvo dorado que el artesano repartirá con expertos toques para darle la profundidad y luminosidad deseada. Una vez más, el resultado será pulido.
Todo esto se realiza bajo la experta supervisión del taller del maestro Isshu Tamura en la región de Hokoriku de Honshu, la isla principal de Japón, donde cada una de las esferas se termina a mano. Tamura es el responsable de todas las esferas Urushi de la colección Presage de Seiko, pero por la complejidad y tiempo requeridos para el Byakudan-nuri se puede decir que ha llevado la colección a un nuevo nivel.
Otro detalle interesante es la aplicación de los índices, tanto los romanos para las horas como el perimetral de minutos y los de las subesferas: en algunos casos se aplican no menos de diez capas de pintura para conseguir el efecto de relieve. Además de la numeración romana de los índices horarios, la tipografía clásica de las cifras y letras tanto del perímetro como de las subesferas buscan remarcar el carácter clásico que se le ha querido dar al reloj (y a toda la colección Presage). Siendo como es un reloj de los llamados “de vestir”, no presenta material luminiscente en ningún punto.
En cuanto al calibre, nos encontramos con el movimiento automático 6R21, con indicaciones de reserva de marcha (a las nueve), día de la semana (a las tres) y día del mes (a las seis) además de las básicas de horas, minutos y segundos. Tiene además parada de segundero en la posición de corona de puesta en hora. Presentado en 2009 y basado en el 6R20 (poco misterio aquí con las nomenclaturas), ha recorrido ya suficiente camino para confirmar su fiabilidad. Siendo automático, permite igualmente la carga manual a través de la corona y dispone en el barrilete de un mecanismo deslizante que evita dañar el muelle real por sobrecarga. 28.800 alternancias por hora, más de 45 horas de reserva de marcha, 29 rubíes y tolerancia de +25/-15 segundos día.
No está de más recordar aquí que gracias a la integración vertical Seiko es una auténtica manufactura, capaz de fabricar todos los componentes de sus calibres. Esto incluye un elemento clave como el espiral, hecho de una aleación llamada SPRON y patentada por Seiko hace ¡más de cincuenta años!
La caja de 40,2 mm de diámetro (y 12,8 mm de alto) es de acero pulido a espejo a excepción de la parte superior de las asas (la que ve el usuario), que están suavemente cepilladas para dar un contraste elegante al conjunto. Asas que, por cierto, son inusualmente largas y hasta se diría que desproporcionadas si no fuera porque curvan rápidamente hacia la muñeca para hacer al Seiko Presage Byakudan-nuri una pieza muy cómoda de usar a pesar de ese centímetro largo de altura que tiene y que tiene que caber bajo un puño de camisa. La corona es proporcionada, yo diría que tirando a grande pero sin exagerar. En cualquier caso, con unas estrías lo suficientemente marcadas como para poder accionarla en las operaciones de carga, puesta en hora o fecha. El cristal de zafiro es doblemente abombado y está cubierto de una capa de material antirreflejos.
La tapa trasera roscada permite ver el ya mencionado calibre 6R21 gracias al cristal también de zafiro que la complementa, mientras que el anillo que queda lleva grabados al láser varios datos, como el material de la caja –acero inoxidable, stainless steel-, el calibre, la resistencia al agua que es de10 atmósferas. Suficiente para aguantar una ducha, aunque no lo recomiendo debido a la hermosa correa de cocodrilo que lo acompaña, correa que se complementa con un cierre desplegable con un acabado cepillado como las asas de la caja. Desde mi punto de vista, este detalle (la tapa transparente) es innecesario dado que el acabado del calibre, sin apenas decoración, no lo justifica. ¿Tal vez un medallón con el logotipo de Presage?
Y la numeración, ya que este Seiko Presage Byakudan-nuri conforma una serie limitada a 2000 unidades que se venderán desde principios de diciembre de 2018 en concesionarios seleccionados incluyendo, por supuesto, las boutiques de la marca. Su precio estará alrededor de 2.500 € (a confirmar por Geresa, su distribuidor en España).
