Hace ya 5 años, dos emprendedores, Huberto Aldaz y Miguel Morales, crearon Ophion Watches con el objetivo de ofrecer relojes con características de la Alta Relojería a precio mucho más contenido de lo que se suele encontrar en el mercado en cierto nivel de acabados. Dos claves: distribución online, sin intermediarios, y producción de cada elemento del reloj por separado, también sin intermediarios y buscando la mejor opción para cada componente. Se podría decir que Ophion es “Alta Relojería accesible”.
Conciben cada proyecto globalmente, desde los elementos externos (caja, esfera, agujas) hasta el movimiento que le dará vida, buscando el mismo criterio estético en todo el reloj. Es más, no realizan un diseño y luego introducen una maquinaria genérica, sino que el diseño de la maquinaria está en consonancia con el diseño del reloj.
Para su último modelo, el OPH 786, se han inspirado en un reloj de bolsillo de 1786. Fue precisamente en ese periodo cuando se introdujeron los patrones de Guilloche en las esferas, un proceso de grabado mecánico-manual bastante costoso pero de resultados espectaculares, hoy sólo al alcance de marcas como Breguet o Patek Philippe. Siguiendo su propia filosofía de contención de costes, en Ophion pensaron en la forma de conseguir el mejor guilloche posible sin que el precio fuera astronómico. La alternativa al guilloche tradicional (manual = costoso) es una estampación barata que imita su efecto pero que nada tiene que ver con él. El camino intermedio elegido por Ophion fue una maquina CNC que realiza todo el proceso de grabado automáticamente, consiguiendo un acabado casi tan bueno como si fuera a mano pero a un precio mucho más contenido.
El guilloche “corta” la superficie metálica de la esfera, dejando una superficie pulida que produce reflejos con multitud de matices dependiendo de la incidencia de la luz sobre la misma. Si el patrón fuera simplemente estampado se perderían todos esos reflejos.
La esfera, a su vez, está realizada con dos discos concéntricos y en capas: la base de guilloche sobre la que se superpone una capa formada por dos anillos, el de minutos y el de las horas, que tienen los números romanos calados a través de los cuales se puede observar el guilloche de la capa base, lo que da un toque innovador al esquema clásico de marcadores con números romanos. En la versión de la esfera plateada, las agujas son azuladas a fuego.
Para el movimiento escogieron un calibre Technotime, donde rediseñaron todos los puentes, cambiando la geometría del conjunto en búsqueda de la simetría tan presente en los antiguos relojes de bolsillo. La decoración del efecto Grenaille en los puentes -que antiguamente se producía al evaporarse el mercurio depositado sobre la superficie-, aquí ha sido realizada mediante un amartillado a mano mientras que el achaflanado de los cantos es a máquina. El puente de volante está esqueletizado y cepillado direccionalmente para contrastar con el resto del conjunto de la maquinaria.
Para cada componente utilizan un fabricante específico, ya que según ellos es la única forma de tener el control total de la calidad de cada una de las partes. Las cajas y esferas se fabrican en Alemania, la maquinaria y agujas en suiza, la correa está fabricada en España y el montaje final se realiza en Alemania.
Cuando presentaron su primer proyecto, el OPH 960, tuvieron una gran aceptación tanto en las críticas de los blogs especializados -que fueron realmente espectaculares- como en ventas (que es lo que al final cuenta), constatando así que existe un nicho para relojes de altas prestaciones a precios más accesibles. El OPH 786 promete dar todavía mayores satisfacciones, tanto a ellos como a los compradores.