Hace unos días tuve ocasión de tener en mis manos el Crono Rieussec de Montblanc, y quedé gratamente sorprendido por la calidad y elegancia que destila. Su portador me hizo un poco de historia reciente: Cuando el grupo Richemont adquirió la antigua manufactura Minerva, de Villeret, todas las marcas del grupo -Panerai, IWC y Cartier, entre otras- solicitaron incorporarla a sus propias «escuderías» pero la dirección, creo yo que con muy buen criterio, decidió adjudicársela a Montblanc, que tiene una larga tradición y reputación en el mundo de la escritura pero que casi es una recién llegada al entorno relojero a pesar de que ya está en unas ventas de cien mil relojes anuales de gama media (sobre los 2000 €). Probablemente, el hecho de que el entonces presidente del grupo hubiera sido el propietario de Montblanc tuvo algo que ver.
Los talleres de Minerva, que da trabajo a 33 relojeros, servirán para el desarrollo de ediciones limitadas con precios que irán desde los 35.000 hasta los 200.000 €, aunque se espera un promedio de 50.000 €. No obstante, el director general de Montblanc, Jean-Marc Pontroué, declaró que también se producirán movimientos de gama alta para otras marcas del grupo.