Eterna: El interior de la manufactura

Yolande Perroulaz, la responsable de marca (brand manager) de Eterna y Porsche Design iba a ser -junto a Christoph Jäger, area manager- nuestra anfitriona en la visita a la manufactura de Eterna. Hago aquí mención expresa a los dos porque quiero agradecerles el exquisito trato que nos dispensaron en todo momento, haciendo de nuestra estancia en Biel y Grenchen una experiencia verdaderamente inolvidable (sé que suena a expresión tópica, pero es la pura verdad).

 

 

La sala de reuniones (antigua «sala fuerte» donde se guardaban las colecciones completas de la compañía, con puerta blindada y todo) presentaba un modelo a escala del Eternamatic 3000 en el que era muy fácil orientarse para identificar las partes del movimiento. ¡Y además funciona!

Patrick Kury (a la derecha) -a quien conocí en la pasada feria de Basilea– fue nuestro cicerone técnico durante todo el recorrido, respondiendo a todas las preguntas que le íbamos haciendo sobre la marcha. Nos encontramos en el departamento de diseño, donde se proyectan tanto los Eterna como los Porsche Design.

Los programas de CAD específicos para relojería me parecen realmente impresionantes, permitiendo crear (no se me ocurre otra palabra para lo que vi) desde el movimiento hasta la caja, correa, hebilla… y probarlo todo virtualmente antes de poner en marcha máquina de producción alguna. Aquí, trabajando en un proyecto que será orgullosamente anunciado en Basilea 2010, pero del que lamentablemente aún no podemos contar nada.

Igualmente, los movimientos se conciben y desarrollan en la casa, de manera que se puede decir que Eterna es una manufactura desde el punto de vista creativo (y no, no producen su propio aceite. Todavía). También en el apartado de movimientos veremos cosas nuevas en Basel relacionadas con la rica historia de la marca, que combina el novísimo Spherodrive con logros de primeros del siglo XX ahora convenientemente miniaturizados… lamento ser tan críptico: prometo que dentro de unos meses todo cobrará sentido.

 

Bajando a la zona de producción, nos encontramos con modernísimas maquinas CNC de hasta cinco ejes, capaces de ejecutar prácticamente cualquier trabajo que se les encomiende:

 

Desde cajas (aquí prototipos de latón)…

… hasta puentes del tren de rodaje del movimiento 3501, que también sirve -creo- para el 3505, que es el que monta el Madison con el sistema Spherodrive. Estas máquinas pueden trabajar de modo autónomo por ciclos ininterrumpidos de más de 24 horas, por lo que su productividad es muy elevada. Regularmente, un calibre óptico comprueba que las herramientas de corte /fresado siguen estando en las tolerancias admitidas, y si no es así la máquina se para, evitando de este modo producir piezas que luego serían inútiles.

 

 

Las piezas son cortadas a partir de placas de latón montadas meticulosamente sobre las bases de acero y bloquedas después por otra (con los círculos) para asegurar la inmovilidad de forma que la zona de actuación de las fresas y taladros queda perfectamente delimitada.

Se estudia la manera de optimizar las placas para que quepa el máximo número de piezas a cortar…

… a la vez que se desarrollan piezas concretas, como el piñón de pase de gran fecha del movimiento 3501, con sus tres niveles de dientes.

Diseño del calibre 3030 para la serie Eterna Vaughan

De ahí pasamos al control de calidad, donde el señor García (suizo él) nos explicó cómo controlan tanto los proveedores internos (las piezas que acabamos de ver) como los externos, desde las agujas hasta los movimientos procedentes de otros fabricantes como ETAsa pasando por los armis y las correas (preciosas correas de aligátor, por cierto) o algunas cajas.

Entrando en la zona de montaje nos encontramos con este curioso puesto de aceitado: la relojera espera que la cadena de movimientos (bajo el cristal oscuro que queda justo debajo de su mano izquierda) le vaya pasando/elevando en este caso la pletina base de un 3505, momento en el que ella, con el instrumento que vemos en su mano derecha, aceita minuciosamente los puntos críticos de rozamiento.

Una foto con el detalle. Se ve claramente el alojamiento del Spherodrive: es el círculo calado junto al pulgar.

Calibre 3505 Spherodrive

 

Algunos puentes de 3505 con su base Spherodrive ya montada, lista para recibir al barrilete.

Calibre 3505 Spherodrive

 

Llegamos ahora a un punto de nuestro recorrido en el que la palabra manufactura vuelve a reclamar su lugar. La habilidad relojera puesta a prueba en el montaje artesanal de un movimiento con no menos de 800 piezas, donde una joven va montando parsimoniosamente (tarda de tres a cuatro semanas) el calibre más complicado de la casa: El Indicator de Porsche Design, que una vez terminado tendrá que pasar exhaustivas pruebas de funcionamiento que le llevarán un periodo al menos tan largo como el de su montaje. Lo más impresionante es que la señorita de la foto no tenía a la vista ningún croquis o manual de ensamblaje: parecía como si lo tuviera todo memorizado.

Montaje del movimiento Indicator

 

 

Y es que no es para menos. El Indicator es por ahora la joya de la corona de Porsche Design. Se invirtieron cuatro años en su desarrollo y aun hoy día es una pieza rara debido a la complejidad de su montaje. Se trata del primer cronógrafo que indica las horas y minutos transcurridos de forma digital, mediante discos accionados por palancas y piñones. Requiere tal tracción que incorpora hasta cuatro barriletes, lo que ha obligado a meter todo el conjunto en una caja de 49 mm de diámetro a lo que se añade la altura de 19.9 mm, ya que se trata de un movimiento automático.

Calibre Indicator con indicador digital para el crono

 

Porsche Design P’6900 Indicator by Eterna

To be continued…