Este mes de noviembre se cumplen cinco años de la apertura de Grau-Rabat, concesionario Rolex en Barcelona. Desde el ahora lejano 2012 han pasado muchas cosas, y una de ellas ha sido el gradual aumento y consolidación de una clientela fiel a la marca de la coronita que en algún momento había quedado ‘huérfana’ de proveedor.
Se ha aprovechado la ocasión para renovar la decoración, incidiendo precisamente en el corner dedicado a Rolex con los elementos homologados por la marca y que generan en el visitante una sensación de “estar en casa” cualquiera que sea el concesionario que visite. Será el toque personal de cada uno de ellos el que dejará buen recuerdo y las ganas de volver.
Como cabezas visibles de Grau-Rabat estuvieron presentes Gemma Grau y Jordi Rabat, gestores cada uno de su propio negocio y unidos en esta joint venture que tan buenos resultados les está dando: no en vano la marca Rolex es un fijo en el listado Forbes de las 100 marcas con más valor del mundo.
Además de ver las instalaciones (y saludar a Juan Carlos, responsable del servicio técnico, gran profesional y de ojo quasi-infalible) los asistentes tuvimos ocasión de probarnos algunas piezas que están en boca de muchos pero en manos de muy pocos. Como el Skydweller de acero, recién llegado después de su presentación en la última edición de Baselworld.
O el Yachtmaster mixto con esfera marrón, presentado en la edición de 2016. Por cierto, llama la atención la leyenda roja (scritta rossa, que dicen los italianos) que aparece en esa esfera, tal vez precursora de la que trae el Seadweller 50 aniversario que tanta tinta gráfica y electrónica ha hecho correr. Veremos si es un tema puntual o el rojo pasará a ser un color habitual en las esferas deportivas de Rolex.
