Baselworld 2016 es la edición actual de la feria relojera más importante del mundo, cuyos orígenes se remontan a nada menos que 1917, cuando la feria de muestras de Basilea dedica una sección a relojes y joyas. No fue hasta 1931 que la Schweizer UhrenMesse tuvo su propio pabellón mientras que su nombre actual –Baselworld- sólo se remonta al relativamente reciente 2003.
Actualmente Baselworld ocupa más de 160.000 m2 y acoge a más de 1.500 expositores repartidos entre relojes, joyas, maquinaria e industria auxiliar. En realidad todas las cifras son impresionantes: 150.000 asistentes provenientes de 100 países entre expositores, compradores, visitantes y periodistas, de los que en 2.015 hubo acreditados 4.300.
Dada la enorme repercusión mediática es precisamente en Baselworld donde las marcas relojeras presentan sus novedades más importantes, y aunque muchas de ellas lanzan previews cada vez es más habitual que se guarden el secreto hasta el mismo día de la inauguración. Y es que en la época de la prensa de papel –especializada o no- había que esperar a procesar la información, meterla en prensa y esperar a la fecha de publicación (aunque a veces se hicieran ediciones especiales). Hoy, y desde hace ya algunos años, las fotografías y comentarios suben a las redes sociales prácticamente en tiempo real haciendo mucho más dificultoso mantener reservada esa información si no es embargándola por completo.
Muchos aficionados se preguntan cómo debe ser visitar semejante “templo de perdición” pero sobre todo si es posible asistir a una feria que en principio es sólo para profesionales. La respuesta es que sí se puede visitar, y dehecho hay entradas de un día (60 CHF) o para toda la feria (150 CHF). Pero una vez dentro, si no se tiene una cita previa será muy difícil acceder a los distintos stands o ir más allá de ver las vitrinas porque, no lo olvidemos, una feria se monta esencialmente para vender, y las estrellas son los distribuidores de las distintas marcas expositoras que serán en última instancia quienes pasen los pedidos de las novedades y den sentido a toda la feria.
Aun así, sin citas ni nadie que –en principio- nos vaya a dejar tocar las piezas, merece la pena hacer una visita porque es fácil que en marcas pequeñas dispogan de más tiempo que en los grandes grupos y con un poco de suerte nos podemos encontrar con un doble tourbillon en las manos recibiendo explicaciones del mismísimo relojero que lo ha concebido y montado. Igualmente, la mayoría de expositores ponen enormes vitrinas encaradas a los pasillos para que el paseante pueda ver, ni que sea a través del cristal, lo que han traído para este año.
Además, si el aficionado es de los que se sabe hasta los nombres de los distintos CEOs de marca o de los relojeros de la AHCI, por poner un ejemplo, tiene la posibilidad de cruzarse con ellos por las zonas comunes y hasta de robarles alguna foto. Aunque tampoco es imprescindible entrar al recinto ferial (cinco pabellones y una carpa): un considerable número de pequeñas marcas se instalan tanto en los alrededores de la Messeplatz como en el hotel Plaza sito en ella, y en las suites de este y otros hoteles se pueden descubrir nombres o creadores que no pueden o simplemente no quieren estar “entre la multitud”.
La edición de Baselworld 2016 empieza en literalmente pocas horas, el miércoles 16 de marzo, y al igual que en los siete años anteriores Relojes Especiales estará ahí para dar cuenta de qué nos depara el año relojero. Puedes seguirlo en este hilo.