baselworld-2016

Baselworld 2016: ¿qué esperamos encontrar?

Estamos a punto de ver ya qué se presenta en Baselworld 2016, y el único misterio son las novedades porque las estadísticas están ahí: la industria relojera suiza empalma el quinceavo mes de bajadas hasta dejar la diferencia interanual con 2015 (de enero-enero) en un llamativo 8%. O, dicho en cifras: 1.500 millones de francos suizos de ventas (precios de exportación, no de venta al público). El grupo Richemont, que si bien no está presente en Baselworld 2016 es un importante jugador en este partido, ha despedido recientemente a 350 personas en Suiza, y se prevén algunos ajustes más…

Lejos quedan ya los tiempos de despilfarro, ostentación y el “a ver quién gasta más” entre un público muy determinado… Digámoslo claro: chinos y rusos, amigos de la ostentanción supongo que por ser los últimos en llegar al capitalismo y con la necesidad de demostrar que ellos eran los listos y los que más pillaron. Ahora, con una Rusia castigada por las sanciones de la UE por haber invadido Crimea sin permiso y una China que ha prohibido los regalos suntuosos (los relojes caros lo son) a los funcionarios, el panorama aparece sombrío. Los paísese ricos del Medio Oriente, mas concretamente los emiratos petrolíferos, aguantan como pueden –aunque igualmente bajan- dado la espectacular caída de su principal fuente de ingresos y andan tentándose las ropas no vaya a ser que les acabe tocando a ellos. Desde luego que “colchón” tienen, pero de momento hacen temblar las bolsas mundiales mientras venden enormes paquetes de acciones para recuperar liquidez. Este tipo de relojes –metales preciosos- experimentan una bajada del 14% en unidades mientras que en valor sólo un 4%. Será que el oro siempre sube…

Esta situación, atribuible a los ciclos de la economía, es algo que hasta se puede prever precisamente por esos ciclos y es de suponer que los más listos de la clase (¿quiénes?) habrán hecho sus deberes (reducción de producción *antes* de que se llenen los stocks, racionalización de catálogo, ralentización de incrementos de precios). De lo que no estoy tan seguro es de que se le haya prestado la atención que merece a un fenómeno relativamente nuevo: el reloj inteligente o “smartwatch”. Cierto es que alguna de las “majors” como TAG-Heuer, bajo la férrea batuta de ese genio llamado Jean-Claude Biver, ya dio su golpe sobre la mesa en Baselworld 2015 con el anuncio de su colaboración con Intel y la creación del canal sólo internet para la venta de su smartwatch. Los hechos han superado sus sueños más húmedos: ventas colapsadas y suspensión temporal de las mismas hasta que la producción pueda atender la enorme demanda.

Pero ¿y lo demás? En febrero de 2015 Frederique Constant presentaba su “horological smartwatch” y su presidente, Peter Staas, otro visionario, anunciaba “el fin de los relojes de cuarzo que sólo dan la hora…” Los números de la Federación Relojera Suiza (FH) le dan la razón: los relojes del rango entre 0 y 500 CHF (precios siempre de exportación) han caído un importante 15%. Y aun cuando esto todavía es compatible con la cantinela de que los smartwatches no harán sombra a la relojería tradicional lo cierto es que muchas marcas –incluyendo algunas muy grandes- tienen la base de su negocio en los relojes de cuarzo que sienten ahora el aliento de estos nuevos cyborgs en sus nucas.

Por ejemplo Tissot: es cierto que sus T-Touch dan mucha más información que la hora, pero resulta que los nuevos hacen eso y más. Y frente al supuesto talón de aquiles de la autonomía tenemos que el mencionado Frederique Constant ya incorpora una pila de larga duración. Y no es poca cosa, porque el margen que Tissot obtiene de los T-Touch está alrededor del 80%, por lo que cualquier bajada grande en esas referencias le va a hacer un buen boquete a su cuenta resultados. Tampoco parece que el resto del grupo Swatch –ni las marcas tradicionales en general- haya(n) hecho mucho en ese frente. Al menos por ahora, de manera que esta nueva edición de Baselworld 2016 que está a punto de abrir dará respuesta a varias incógnitas.

Sigue la crónica de la feria Baselworld 2016 en casi-directo.