Cuidado, estimado Walter, que entramos en terrenos pantanosos…
Colin Chapman fue un absoluto genio, un ingeniero de lo extremo. Su máxima era “el enemigo es el peso”. Por ello sus autos eran superligeros, ergo relativamente frágiles. Hay que tener un poco de perspectiva y pensar que hablamos de una época en que el riesgo era inherente al automovilismo. No es justo culpar a nadie de la muerte de un piloto. Por cierto, hay un cierto misterio en torno a la muerte de Chapman (se llegó a decir que simuló su muerte) porque debía dinero a gente poco recomendable…
En cuanto a Jochen Rindt, el as de Mainz, fue una estrella rutilante de la F1 en una era de grandes cambios. Será para siempre el único campeón de F1 a título póstumo. Por cierto, tanto él como su esposa Nina han dado nombre a sendos relojes deportivos.
Un placer leerte, Dok!!! 😉🤟🏼