
CierzoZgz
Milpostista
Sin verificar
No es el único problema, la exposición permanente o prolongada o periódica también lo es. Lo que voy a escribir es todo de memoria y según mi interpretación, resumiendo lo que he leído allí o allá y sin datos concretos, por lo que tiene el valor que tiene o sea, una "ligera idea"-
Hay tres tipos de partículas radiactivas principales que pueden emitir nuestros relojes, Alfa, Beta y Gamma. Los radiómetros no profesionales o no de laboratorio (los destinados a uso en las casas tras el desastre de Chernobil para comprobar la compra y el ambiente, por ejemplo) suelen medir tan solo partículas Gamma y algunos modelos también las Beta; su precisión tiene un gran margen de error pero sirven para saber si algún objeto tiene algo, poca o mucha radiación.
Las más peligrosas, por su gran tamaño que puede provocar un impacto importante en una célula como para "pervertirla" y ocasionar lo que ya nos suponemos, son las Alfa; pero al ser de buen tamaño y corto recorrido, el mismo plexi del reloj o hasta un papel pueden pararla y evitar que nos irradie.
La siguiente en tamaño sería la Beta, que tiene algo más de recorrido y atraviesa el plexi, pero (como en todas estas emisiones) su intensidad es inversamente proporcional a la distancia a la fuente, así a ojímetro, al doble de distancia corresponde la mitad de intensidad, hasta que a cierta distancia el medidor "estándar" ya no capta más radiación que la ambiental normal.
Algunos de estos relojes tienen una emisión bastante alta de part. Beta si le pones el medidor encima, pero a un palmo se reduce y a tres capta algo, pero le cuesta (tampoco utilicéis estas apreciaciones propias para preocuparos o tranquilizaros)
Y las Gamma, que son las más finas y de mayor recorrido, que traviesan muchos materiales y que son las que se detienen con metales densos como el plomo. Hacen menos daño individualmente si impactan, pero su peligro estriba en su abundancia.
He medido algunos de mis relojes en modo "sólo gamma" (con una chapa bimetálica protegiendo los tubos detectores para filtrar las Beta) y algunos no daban apenas radiación, nada preocupante, pero era quitar la chapa para medir Beta y dispararse aquello; alguno de ellos como para superar la escala y tener que ponerle un x10.
Entonces... Yo no tendría expuestos en casa los de cabina porque más o menos pasas por delante, te acercas, los miras, les das cuerda a veces, y poca o mucha, te llevas tu ración de partículas. Como es algo que es mejor ahorrárselo, los tengo en un armario en el pueblo, a ver si encuentro un ratón con dos cabezas un día de estos.
Los de pulsera los tengo en un cajón metálico de escritorio, y fuera de él no he conseguido medir nada, pero me estoy pensando si "blindarlos" un poco más, con una caja metálica dentro del cajón metálico.
Eso sí, tengo ganas de sacar el Shturmanskie un día de estos y me daré el gusto, pero luego al cajón.
Vamos, que sí que hay que evitar a toda costa inhalar frangmentos o polvo de esta pintura y su derivado cuando se descompone, el gas Radón; pero tampoco hay que exponerse más de la cuenta a la radiación externa aunque cierta distancia y materiales nos eviten un "baño griego" de partículas.
Hay tres tipos de partículas radiactivas principales que pueden emitir nuestros relojes, Alfa, Beta y Gamma. Los radiómetros no profesionales o no de laboratorio (los destinados a uso en las casas tras el desastre de Chernobil para comprobar la compra y el ambiente, por ejemplo) suelen medir tan solo partículas Gamma y algunos modelos también las Beta; su precisión tiene un gran margen de error pero sirven para saber si algún objeto tiene algo, poca o mucha radiación.
Las más peligrosas, por su gran tamaño que puede provocar un impacto importante en una célula como para "pervertirla" y ocasionar lo que ya nos suponemos, son las Alfa; pero al ser de buen tamaño y corto recorrido, el mismo plexi del reloj o hasta un papel pueden pararla y evitar que nos irradie.
La siguiente en tamaño sería la Beta, que tiene algo más de recorrido y atraviesa el plexi, pero (como en todas estas emisiones) su intensidad es inversamente proporcional a la distancia a la fuente, así a ojímetro, al doble de distancia corresponde la mitad de intensidad, hasta que a cierta distancia el medidor "estándar" ya no capta más radiación que la ambiental normal.
Algunos de estos relojes tienen una emisión bastante alta de part. Beta si le pones el medidor encima, pero a un palmo se reduce y a tres capta algo, pero le cuesta (tampoco utilicéis estas apreciaciones propias para preocuparos o tranquilizaros)
Y las Gamma, que son las más finas y de mayor recorrido, que traviesan muchos materiales y que son las que se detienen con metales densos como el plomo. Hacen menos daño individualmente si impactan, pero su peligro estriba en su abundancia.
He medido algunos de mis relojes en modo "sólo gamma" (con una chapa bimetálica protegiendo los tubos detectores para filtrar las Beta) y algunos no daban apenas radiación, nada preocupante, pero era quitar la chapa para medir Beta y dispararse aquello; alguno de ellos como para superar la escala y tener que ponerle un x10.
Entonces... Yo no tendría expuestos en casa los de cabina porque más o menos pasas por delante, te acercas, los miras, les das cuerda a veces, y poca o mucha, te llevas tu ración de partículas. Como es algo que es mejor ahorrárselo, los tengo en un armario en el pueblo, a ver si encuentro un ratón con dos cabezas un día de estos.
Los de pulsera los tengo en un cajón metálico de escritorio, y fuera de él no he conseguido medir nada, pero me estoy pensando si "blindarlos" un poco más, con una caja metálica dentro del cajón metálico.
Eso sí, tengo ganas de sacar el Shturmanskie un día de estos y me daré el gusto, pero luego al cajón.
Vamos, que sí que hay que evitar a toda costa inhalar frangmentos o polvo de esta pintura y su derivado cuando se descompone, el gas Radón; pero tampoco hay que exponerse más de la cuenta a la radiación externa aunque cierta distancia y materiales nos eviten un "baño griego" de partículas.