corto y pego
corto y pego parte de una crítica sobre phi/codigo da vinci:
En primer lugar debo de aclarar que el autor es un IGNORANTE, así con mayúsculas. Y es una definición, no un insulto ni un menosprecio, Dan Brown es un desconocedor de la historia de la ciencia. Y lo malo es que, como dice un viejo refrán, “nada hay más atrevido que la ignorancia”. Él, y los asesores científicos de la editorial (que se supone debía de estar alerta a los “gazapos”), se permiten poner, negro sobre blanco, datos como los siguientes:
“El matemático Leonardo Fibonacci creó esta sucesión de números en el siglo XIII”, (págn. 83).
El matemático Fibonacci publicó esa serie de números, junto con varias de sus curiosas propiedades, y algunos procedimientos de álgebra que había recogido de sus aprendizajes de la ciencia musulmana, que ya tenían noticia de dicha serie desde siglos atrás, probablemente recibida de la matemática hindú.
Pero prosigo con otras dos citas textuales:
“Los cocientes de los números precedentes poseían la sorprendente propiedad de tender a 1,618 es decir al número Phi.” (pgn. 120).
“Los primeros científicos bautizaron al 1,618 como «La Divina Proporción»” (pgn.121).
En primer lugar, el denominado “número phi” (que no hay que confundir con “pi”, según advierte el propio Brown), ni existe, ni ha existido nunca en las matemáticas ortodoxas tradicionales. Es un “invento” que no conozco de donde lo ha podido sacar el autor.
Por supuesto, y en segundo lugar, el nombre de “divina proporción” es otro invento. El nombre matemáticamente conocido para esa relación, que no está definiendo en el texto, es el de “segmento áureo”. Los lados del cuadrilátero donde se puede encajar el Partenón cumplen esa propiedad: la altura de ese polígono es el “segmento áureo” de la base. Esa dimensión es posible trazarla facilmente sin conocer el número1,618, simplemente con una regla y un compás.
El Renacimiento tomó esa propiedad del clasicismo y la plasmó en obras pictóricas, escultóricas y múltiples edificios, pero jamás llegó a usarse el número 1,618 como tal, puesto que ni los clásicos ni los renacentistas conocían los números árabes y mucho menos la coma, (o el punto), como separador de decimales, que, recuérdese, no aparece hasta el siglo XVII.
Por todo ello no logro descifrar a qué personajes se refiere el autor cuando habla de los “primeros científicos”, ¿será que para Dan Brown la ciencia comienza cuando aparece Newton?
Un saludo,