6aly
Habitual
Sin verificar
1º Monologo del tio abuelo, Galy. 25/05/2023
Mi pueblo.
Cruce de caminos, un laberinto donde los foráneos, pueden entrar por diversas entradas, quedando atrapados, en muchas ocasiones al no encontrar de nuevo la salida por donde entraron, y es que mi pueblo es, como un laberinto, repleto de trasuntes, pasos a nivel estaciones trenes, carreteras, autopistas, ríos montañas de montañas y acequias. romanas, de agua clara repletas de peces, patos, gallinas de agua. y sus polluelos que nos alegran las tardes de paseo, y en lo más alto del cerro esta esperándome mi última morada, la que fue lugar de trabajo y ultima morada de mis padres y abuelos, eso sí es donde se encuentran las mejores vistas de mi pueblo, y se crían los caracoles y espárragos más grandes y jugosos, y como no tenemos autobuses de facil acceso y bajo costo, con el que huir los fines de semana de mi pueblo.
Hoy me voy a centrar en una de las entradas de mi pueblo para acceder al mismo hay que atravesar uno de los puentes de uno de ríos, y cuál es la sorpresa del foráneo pues que le da la sensación de haber llegado a un cementerio, ya que se topa entre el puente y uno de los pasos a niveles, una plazoleta rodeada por cipreses, (Ciprés árbol de cementerio, por la peculiaridad que sus raíces tienden a ser profundas, respetando as i a las tumbas, pues en dicha plazoleta estos ultimo años pasa su tiempo el Tío Galy, y como no con otros jubilados, no jubiladas, estas suelen estar más cerca del puente de entrada, y entre a palomas y alguna que otra tórtola o tortolitos, vemos pasar la vida, y comentamos la vida pasada y la de hoy en día, a destacar las novedades de estos últimos días, han empezado a ponerle faldas de color verde a los árboles pequeñines, y colgar vestidos rojos con percha en las farolas y todos estamos intrigados, para que.
A lo que iba que entre en el laberinto y no encuentro la salida, pues resulta que como no tengo nietos, empecé a contarle mis cuentos y vivencias, al igual que ellos me cuentan las suyas, pero estos no me escuchan, diciéndome que no les cuente cuentos, que no son niños, es más hay un par de ellos que cuando lo intento contarles un cuento que no sea de futbol o de política se me duermen.
Eso es todo por hoy, mañana más, historias del tío Galy.
Mi pueblo.
Cruce de caminos, un laberinto donde los foráneos, pueden entrar por diversas entradas, quedando atrapados, en muchas ocasiones al no encontrar de nuevo la salida por donde entraron, y es que mi pueblo es, como un laberinto, repleto de trasuntes, pasos a nivel estaciones trenes, carreteras, autopistas, ríos montañas de montañas y acequias. romanas, de agua clara repletas de peces, patos, gallinas de agua. y sus polluelos que nos alegran las tardes de paseo, y en lo más alto del cerro esta esperándome mi última morada, la que fue lugar de trabajo y ultima morada de mis padres y abuelos, eso sí es donde se encuentran las mejores vistas de mi pueblo, y se crían los caracoles y espárragos más grandes y jugosos, y como no tenemos autobuses de facil acceso y bajo costo, con el que huir los fines de semana de mi pueblo.
Hoy me voy a centrar en una de las entradas de mi pueblo para acceder al mismo hay que atravesar uno de los puentes de uno de ríos, y cuál es la sorpresa del foráneo pues que le da la sensación de haber llegado a un cementerio, ya que se topa entre el puente y uno de los pasos a niveles, una plazoleta rodeada por cipreses, (Ciprés árbol de cementerio, por la peculiaridad que sus raíces tienden a ser profundas, respetando as i a las tumbas, pues en dicha plazoleta estos ultimo años pasa su tiempo el Tío Galy, y como no con otros jubilados, no jubiladas, estas suelen estar más cerca del puente de entrada, y entre a palomas y alguna que otra tórtola o tortolitos, vemos pasar la vida, y comentamos la vida pasada y la de hoy en día, a destacar las novedades de estos últimos días, han empezado a ponerle faldas de color verde a los árboles pequeñines, y colgar vestidos rojos con percha en las farolas y todos estamos intrigados, para que.
A lo que iba que entre en el laberinto y no encuentro la salida, pues resulta que como no tengo nietos, empecé a contarle mis cuentos y vivencias, al igual que ellos me cuentan las suyas, pero estos no me escuchan, diciéndome que no les cuente cuentos, que no son niños, es más hay un par de ellos que cuando lo intento contarles un cuento que no sea de futbol o de política se me duermen.
Eso es todo por hoy, mañana más, historias del tío Galy.
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