Goldoff
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Louis Erard es un fabricante suzo que se ha convertido en mentor de colaboraciones interdisciplinarias bajo la dirección de Manuel Emch, con métiers d'art (guilloché, marquetería, esmalte), con creadores (Seconde/Seconde, atelier oï , Label Noir, Massena Lab) y con los grandes nombres de la relojería independiente (Alain Silberstein, Vianney Halter), y otros que vendrán.
Konstantin Chaykin es miembro de la AHCI (Académie Horlogère des Créateurs Indépendants) con reputación mundial e inventiva probada (94 patentes). Este maestro relojero también se ha ganado una reputación en el particulr mundo de los relojes con ¿caras?. También de monstruos. La colección se llama Wristmons (monstruos de muñeca), fue lanzada en 2017 y se ha ido ampliando año tras año desde entonces.
El encuentro entre Louis Erard y Konstantin Chaykin dio a luz a una extraña criatura. Un cíclope al que da vida un movimiento mecánico. La novedad es que esta vez ni siquiera estamos mirando la hora, es el tiempo el que nos mira a nosotros: la hora es un ojo único, grande y redondo. Esta mirada ciclópea retoma los elementos originales de los Wristmons y, más concretamente, del primer reloj Joker de Konstantin Chaykin, cuyos ojos estaban formados por discos blancos marcados con un punto, tanto la pupila como el indicador. La novedad es que este cíclope no proviene de la mitología griega sino de la balcánica: representa a Likho.
Chaikin tuvo carta blanca para plasmar su idea, con la única limitación de respetar la disposición de regulador de Louis Erard, con minutos centrales, segundos a las seis y las horas a las doce. El resultado parecería el único posible: Un amuleto protector contra los malos espíritus.
El maestro relojero convirtió la aguja segundera en un disco de dientes puntiagudos, girando como si fuera la boca devoradora de un ogro. "Me inspiré en Francisco Goya y su Saturno devorando a uno de sus hijos..."
Al monstruo solo le faltaba un brazo, que obtiene con el minutero central. Konstantin Chaykin lo desdobla haciéndole cruzar la esfera y le da "dos manecillas girando en un círculo". Para completar el personaje, el relojero ha jugado con "combinaciones específicas de dedos", que le dan al conjunto la apariencia de una flecha: una punta en un extremo, plumas en el otro; o un dedo extendido en un lado y un signo de los cuernos en el otro. Que cada lo uno interprete a su gusto, dice. El calibre, por cierto, es un Sellita SW266-1.
Dos modelos, uno con el "rehaut" verde (42mm) y el otro violeta (39mm). Edición limitada a 178 ejemplares cada uno al precio de 4.000 francos suizos, con los que se ha hecho una serie de 28 cajas conteniendo ambos ejemplares al precio de 7.900 CHF
No corras, ya están todos agotados.
Konstantin Chaykin es miembro de la AHCI (Académie Horlogère des Créateurs Indépendants) con reputación mundial e inventiva probada (94 patentes). Este maestro relojero también se ha ganado una reputación en el particulr mundo de los relojes con ¿caras?. También de monstruos. La colección se llama Wristmons (monstruos de muñeca), fue lanzada en 2017 y se ha ido ampliando año tras año desde entonces.
El encuentro entre Louis Erard y Konstantin Chaykin dio a luz a una extraña criatura. Un cíclope al que da vida un movimiento mecánico. La novedad es que esta vez ni siquiera estamos mirando la hora, es el tiempo el que nos mira a nosotros: la hora es un ojo único, grande y redondo. Esta mirada ciclópea retoma los elementos originales de los Wristmons y, más concretamente, del primer reloj Joker de Konstantin Chaykin, cuyos ojos estaban formados por discos blancos marcados con un punto, tanto la pupila como el indicador. La novedad es que este cíclope no proviene de la mitología griega sino de la balcánica: representa a Likho.
Chaikin tuvo carta blanca para plasmar su idea, con la única limitación de respetar la disposición de regulador de Louis Erard, con minutos centrales, segundos a las seis y las horas a las doce. El resultado parecería el único posible: Un amuleto protector contra los malos espíritus.
El maestro relojero convirtió la aguja segundera en un disco de dientes puntiagudos, girando como si fuera la boca devoradora de un ogro. "Me inspiré en Francisco Goya y su Saturno devorando a uno de sus hijos..."
Al monstruo solo le faltaba un brazo, que obtiene con el minutero central. Konstantin Chaykin lo desdobla haciéndole cruzar la esfera y le da "dos manecillas girando en un círculo". Para completar el personaje, el relojero ha jugado con "combinaciones específicas de dedos", que le dan al conjunto la apariencia de una flecha: una punta en un extremo, plumas en el otro; o un dedo extendido en un lado y un signo de los cuernos en el otro. Que cada lo uno interprete a su gusto, dice. El calibre, por cierto, es un Sellita SW266-1.
Dos modelos, uno con el "rehaut" verde (42mm) y el otro violeta (39mm). Edición limitada a 178 ejemplares cada uno al precio de 4.000 francos suizos, con los que se ha hecho una serie de 28 cajas conteniendo ambos ejemplares al precio de 7.900 CHF
No corras, ya están todos agotados.