Lo copio para facilitar
La copia frívola, o imitación u objeto falsificado es un verdadero golpe económico. Eso se da por hecho. ¿Pero no es también, de alguna manera, la inversa de la "marca" o lo que podríamos llamar la "contramarca"? El filósofo e historiador científico francés, Paul Virilio, teorizó lo que él llama el "accidente". Cada nueva tecnología, dice Virilio, crea a la vez un nuevo "accidente" - su propio accidente-. Por ejemplo, al inventar el automóvil, el hombre inventó también el accidente de coche. Al inventar el avión, el hombre inventó el desastre aéreo. Al inventar el Internet, se inventó el virus online, o aún peor, la pedofilia online. Los ejemplos abundan, de trivial a trágico.
Cuando la marca se inventó, también se inventó, hasta cierto punto, la falsificación. La falsificación solamente es interesante si lo que se copia es inmediatamente reconocible. ¿Por qué copiar un objeto que no tiene una identidad exclusiva? Nadie se interesaría por él. La gente sólo copia lo que vale la pena copiar. Un objeto vale la pena copiarlo si es de una marca conocida, un nombre reconocido. Las marcas gastan muchísima energía construyendo pacientemente su imagen de marca, y muchísimo dinero intentando imponer esta imagen a escala mundial. Pero, cuanto más poderosa sea la marca, más atrae a los falsificadores. Ser copiado es, de alguna manera, una prueba del éxito de una marca. ¿Cuál es la marca más falsificada del mundo? No por casualidad, es la marca de lujo más grande del planeta, Louis Vuitton. ¿Cuál es la marca de relojes más falsificada del mundo? El King Rolex, obviamente, y así todo...
De hecho, si hiciéramos una lista de los relojes más copiados, probablemente encontraríamos estadísticas más fiables que las de los reporters anuales de las marcas. Esto es fruto, obviamente, de la debilidad humana. Si se presenta la ocasión correcta, hay un poco de latrocinio en cada uno de nosotros. La prueba la podemos ver en la comentada desgracia del Ministro de Exteriores italiano, Franco Frattini. En una visita oficial a Pekín, pasó un tiempo visitando Hong Qiao, también conocido como 'el mercado de perlas', un famoso e infame 'gran almacén' para productos falsificados. El ministro no se pudo aguantar. Viendo relojes Cartier y Rolex en venta por 20 euros, cayó en la tentación y compró uno, una excelente falsificación. Tuvo la mala suerte de que había unos periodistas presentes, y no perdieron la oportunidad de inmortalizar el momento.
Como de costumbre, cuando le preguntaron sobre esto al Primer Ministro Silvio Berlusconi, de pie al lado del Primer Ministro chino, Wen Jiabao, simplemente dijo, "Me parece lógico que el ministro con la responsabilidad de hablar sobre la lucha contra la falsificación tuviese pruebas tangibles de su existencia?" ¡Vaya excusa más pobre! La realidad es bien diferente .Frattini tenía el deseo de tener un 'reloj de marca' por sólo 20 euros. Pero lo que realmente se juega en esta partida es mucho más importante. Al copiar, uno aprende. Los chinos empezaron copiando, pero también están aprendiendo bien. Este año, tres fabricantes chinos introdujeron torbellinos, torbellinos auténticos. Aún están muy lejos de los torbellinos suizos, pero..
Mire lo que esta pasando en Italia en el mercado del zapato italiano bien hecho y bonito. Este año, las importaciones de zapatos de lujo de China, fueron mayores que la cantidad de zapatos hechos en casa. Detrás de cada falsificador se esconde un futuro competidor. El objeto falsificado se puede considerar perfectamente el accidente de la marca, el accidente de la creatividad, y muy a menudo es un accidente mortal.