JESUS VIT
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Sin verificar
Siguiendo con otra entrega de aportar ideas y compartir mis experiencias en el campo en fotografía de andar por casa realizada con cutre-móvil, si a alguien le ayuda en sus salidas me doy por satisfecho.
Hoy toca fotografía micológica.
La esencia de la fotografía de setas es mostrar ejemplares bonitos y sanos de una especie determinada en su hábitat, lo ideal en este tipo de fotos es que se observen todos los caracteres macroscópicos de los ejemplares, el entorno en el que crecen, y siempre que sea posible la época del año en la que se ha realizado la fotografía.
Insisto en mostrarlas en su hábitat, trasladarlas a kilómetros donde tengamos de fondo por ejemplo unas montañas espectaculares sería hacerse trampas al solitario.
En este caso concreto, Calvatia utriformis, las fotos son de ayer mismo en un día tormentoso al borde de los embalses Alaveses (no hizo falta el paraguas), justo es decir que se trata de un entorno privilegiado para estas cosas.
Tenemos las setas, el reloj, la pradera en la que brotan, el paisaje, el verde intenso de la hierba y las primaverales flores amarillas
Vamos al lio con un par de situaciones.
Se encuentran tres ejemplares de la especie como suele ser habitual separados, la opción más sencilla es poner por allí el reloj de cualquier manera y hacer la foto, el resultado es malo no, lo siguiente, solución, recoger las setas con cuidado de que no se rompan y agruparlas a unos metros en un lugar favorable donde se pueda apreciar el paisaje, la hierba no sea demasiado alta y existan flores, el reloj de alguna forma hay que levantarlo para que no quede oculto por la hierba y la mejor forma que se me ocurrió es apoyarlo encima del ejemplar más pequeño buscando una pose un tanto natural dentro de lo que cabe, a todo este proceso en el gremio micológico se le suele llamar belenismo.
Solo queda echar cuerpo a tierra sobre un terreno empapado por muchos litros de agua, tal y como diría Confucio “el que quiera peces que se moje el culo”
Por último de vuelta en casa hay que editar las fotos mínimamente, es decir recortar, un pelín de brillo, otro de contraste y pizca de saturación al gusto del fotógrafo con el propio programa básico de edición del móvil o PC.
En otro extremo de la misma pradera otros dos ejemplares también separados, mismo proceso de las anteriores y de nuevo prueba superada.
Hasta la próxima entrega
Hoy toca fotografía micológica.
La esencia de la fotografía de setas es mostrar ejemplares bonitos y sanos de una especie determinada en su hábitat, lo ideal en este tipo de fotos es que se observen todos los caracteres macroscópicos de los ejemplares, el entorno en el que crecen, y siempre que sea posible la época del año en la que se ha realizado la fotografía.
Insisto en mostrarlas en su hábitat, trasladarlas a kilómetros donde tengamos de fondo por ejemplo unas montañas espectaculares sería hacerse trampas al solitario.
En este caso concreto, Calvatia utriformis, las fotos son de ayer mismo en un día tormentoso al borde de los embalses Alaveses (no hizo falta el paraguas), justo es decir que se trata de un entorno privilegiado para estas cosas.
Tenemos las setas, el reloj, la pradera en la que brotan, el paisaje, el verde intenso de la hierba y las primaverales flores amarillas
Vamos al lio con un par de situaciones.
Se encuentran tres ejemplares de la especie como suele ser habitual separados, la opción más sencilla es poner por allí el reloj de cualquier manera y hacer la foto, el resultado es malo no, lo siguiente, solución, recoger las setas con cuidado de que no se rompan y agruparlas a unos metros en un lugar favorable donde se pueda apreciar el paisaje, la hierba no sea demasiado alta y existan flores, el reloj de alguna forma hay que levantarlo para que no quede oculto por la hierba y la mejor forma que se me ocurrió es apoyarlo encima del ejemplar más pequeño buscando una pose un tanto natural dentro de lo que cabe, a todo este proceso en el gremio micológico se le suele llamar belenismo.
Solo queda echar cuerpo a tierra sobre un terreno empapado por muchos litros de agua, tal y como diría Confucio “el que quiera peces que se moje el culo”
Por último de vuelta en casa hay que editar las fotos mínimamente, es decir recortar, un pelín de brillo, otro de contraste y pizca de saturación al gusto del fotógrafo con el propio programa básico de edición del móvil o PC.
En otro extremo de la misma pradera otros dos ejemplares también separados, mismo proceso de las anteriores y de nuevo prueba superada.
Hasta la próxima entrega