Casiná
De la casa
Sin verificar
Un día que llegué al taller de mi amigo el relojero lo veo algo cabreao y me dice: "estoy aquí liao con este Ricoh que son de lo más raros en relojería".
Pues hoy he terminado yo mi primer Ricoh y es verdad que son raros. Por contra es quizás el reloj más limpio de los que me he encontrado. Mirad como ha quedado el heptano después de la limpieza
Ya cuando empiezas a desmontar ves que las cosas no se sitúan igual: las ruedas suelen ir de derecha a izquierda, empezando por la de escape, y formando como una media luna. Pues aquí la de centro sí va en el centro (si no no se llamaría así) pero luego la intermedia está a su izquierda y la de escape a su derecha. Si hubiera caído en ese momento habría sobrepuesto el áncora en su pisición que se vería estupendamente; pero la primera vez ya se sabe: no suele salir bien.
Antes de llegar ahí, al quitar el primer puente, vemos el sistema de carga automática. El piñón que tiene la masa oscilante engrana directamente en la rueda 1 que, según la masa gire, según estamos viendo, en el sentido contrario a las agujas del reloj aproxima la rueda 1 a la 3 y si gira en el mismo sentido de las agujas el conjunto de ruedas 1 y 2 gira sobre si mismo y es la rueda 2 la que se aproxima a la rueda 3 (debajo hay un muelle que las mantiene así como se ven cuando están en reposo). En este caso la rueda 2, por efecto de su engrane en la 1, va girando al revés de como lo haría la rueda 1. Lo que se produce entonces, como hemos visto otras veces, es que, gire la masa en el sentido que gire, a la rueda 3 le llegará siempre el mismo sentido de giro. Esta rueda 3 lo transmite a la rueda 6 que no es más que una reductora para enviar el movimiento con la suficiente fuerza a la rueda 5 que está engranada directamente con el rochete de carga. Y es rara esta rueda 5 porque no tiene eje: es plana y está pasada por un taladro (se ve en la punta de la flecha) donde entrará el vástago 4 (casi no se ve) que está en el puente superior a ellas; este vástago hará de eje para gire la mentada rueda 5. Raro, todo raro.
Por el otro lado, bajo la esfera, también hay un complejo sistema para los cambios de día y fecha: la rueda 1, que es amarilla y con la parte superior en acero, tiene dos tetones, uno en la parte amarilla que no se ve porque está bajo el puente y que es el que mueve el disco calendario empujando esos dientes que se ven en su parte interior; y tiene el otro tetón, en la parte de acero y que se ve junto al núm. 1, que entra en los dientes de la rueda 2 que es la que mueve el disco del día de la semana. Está también el trinquete del calendario, con el núm. 3, que tiene debajo del puente un muelle, pequeñito y saltarín, que lo mantiene saliente hacia afuera, hacia el disco, para que quede entre dos dientes y mantenga siempre el día de la fecha totalmente enfrentado a la ventana de la esfera. Por supuesto también hay un trinquete que hace la misma función con el semanario: está marcado con el núm. 4 y a éste lo mantiene apretando hacia el centro otro muellecito, el 5, que tiene aproximadamente la forma de una copa de champán de las bajitas y rechonchas; su base, que es casi como un círculo, está dentro del tornillo que hay junto al puente, una de las puntas empuja el trinquete y la contraria se apoya en el mismo puente (ambos hilos del muelle los marco con rayas rojas). Hace su función igual que las pinzas de coger lo cubitos de hielo, siempre trata de estar abierto, se cierra mientras pasa el diente y luego se vuelve a abrir.
Prosigamos con el despiece. Una vez que hemos colocado las ruedas en la platina le situamos encima su puente que, ahora si, tiene la ventaja de tener el trinquete del rochete de carga fijado con un tornillo a la misma platina: éste no salta como pasa en muchos otros relojes.
A continuación montamos todas las ruedas de ambos sistemas de carga, manual (rochete y rueda corona que aquí no se ven) y automática, que hemos visto antes, y las cubrimos con su puente
A continuación vamos a colocar el áncora con su puente; le vamos a llamar áncora porque hace su función pero es lo menos parecido a la forma de ancla que da el nombre a las otras; ésta casi no tiene rabo, donde está el tenedor, y en vez de topes a los lados tiene en el interior de su cuerpo un taladro donde entra un tetón que hay en la platina de tal forma que, al ser el tamaño de ese taladro bastante generoso en relación al del tetón, son las paredes del taladro las que hacen el tope en el movimiento del áncora. Otra cosa rara y difícil de montar ya que no hay por donde cogerla. Con el núm. 1 está marcada el áncora y a la derecha del 1 está el taladro que menciono antes. Espero que se vea suficientemente.
Ya sólo queda poner el volante (algo se tenía que olvidar) y el mecanismo empieza a funcionar. Por el otro lado pondríamos la esfera y agujas y ya tenemos el reloj montado.
Las leyendas de su trasera casi no se leen en la foto. Alguien la pulió a conciencia.
Aquí sí vemos al volante en plena faena. Y la masa que tiene un bonito brillo.
Esta última de regalo. Tiene un cristal facetado que es una lástima que esté roto. Trataré de encontrarlo por ahí .......
Un saludo desde Sevilla. ¡Casi ná!.
Pues hoy he terminado yo mi primer Ricoh y es verdad que son raros. Por contra es quizás el reloj más limpio de los que me he encontrado. Mirad como ha quedado el heptano después de la limpieza
Ya cuando empiezas a desmontar ves que las cosas no se sitúan igual: las ruedas suelen ir de derecha a izquierda, empezando por la de escape, y formando como una media luna. Pues aquí la de centro sí va en el centro (si no no se llamaría así) pero luego la intermedia está a su izquierda y la de escape a su derecha. Si hubiera caído en ese momento habría sobrepuesto el áncora en su pisición que se vería estupendamente; pero la primera vez ya se sabe: no suele salir bien.
Antes de llegar ahí, al quitar el primer puente, vemos el sistema de carga automática. El piñón que tiene la masa oscilante engrana directamente en la rueda 1 que, según la masa gire, según estamos viendo, en el sentido contrario a las agujas del reloj aproxima la rueda 1 a la 3 y si gira en el mismo sentido de las agujas el conjunto de ruedas 1 y 2 gira sobre si mismo y es la rueda 2 la que se aproxima a la rueda 3 (debajo hay un muelle que las mantiene así como se ven cuando están en reposo). En este caso la rueda 2, por efecto de su engrane en la 1, va girando al revés de como lo haría la rueda 1. Lo que se produce entonces, como hemos visto otras veces, es que, gire la masa en el sentido que gire, a la rueda 3 le llegará siempre el mismo sentido de giro. Esta rueda 3 lo transmite a la rueda 6 que no es más que una reductora para enviar el movimiento con la suficiente fuerza a la rueda 5 que está engranada directamente con el rochete de carga. Y es rara esta rueda 5 porque no tiene eje: es plana y está pasada por un taladro (se ve en la punta de la flecha) donde entrará el vástago 4 (casi no se ve) que está en el puente superior a ellas; este vástago hará de eje para gire la mentada rueda 5. Raro, todo raro.
Por el otro lado, bajo la esfera, también hay un complejo sistema para los cambios de día y fecha: la rueda 1, que es amarilla y con la parte superior en acero, tiene dos tetones, uno en la parte amarilla que no se ve porque está bajo el puente y que es el que mueve el disco calendario empujando esos dientes que se ven en su parte interior; y tiene el otro tetón, en la parte de acero y que se ve junto al núm. 1, que entra en los dientes de la rueda 2 que es la que mueve el disco del día de la semana. Está también el trinquete del calendario, con el núm. 3, que tiene debajo del puente un muelle, pequeñito y saltarín, que lo mantiene saliente hacia afuera, hacia el disco, para que quede entre dos dientes y mantenga siempre el día de la fecha totalmente enfrentado a la ventana de la esfera. Por supuesto también hay un trinquete que hace la misma función con el semanario: está marcado con el núm. 4 y a éste lo mantiene apretando hacia el centro otro muellecito, el 5, que tiene aproximadamente la forma de una copa de champán de las bajitas y rechonchas; su base, que es casi como un círculo, está dentro del tornillo que hay junto al puente, una de las puntas empuja el trinquete y la contraria se apoya en el mismo puente (ambos hilos del muelle los marco con rayas rojas). Hace su función igual que las pinzas de coger lo cubitos de hielo, siempre trata de estar abierto, se cierra mientras pasa el diente y luego se vuelve a abrir.
Prosigamos con el despiece. Una vez que hemos colocado las ruedas en la platina le situamos encima su puente que, ahora si, tiene la ventaja de tener el trinquete del rochete de carga fijado con un tornillo a la misma platina: éste no salta como pasa en muchos otros relojes.
A continuación montamos todas las ruedas de ambos sistemas de carga, manual (rochete y rueda corona que aquí no se ven) y automática, que hemos visto antes, y las cubrimos con su puente
A continuación vamos a colocar el áncora con su puente; le vamos a llamar áncora porque hace su función pero es lo menos parecido a la forma de ancla que da el nombre a las otras; ésta casi no tiene rabo, donde está el tenedor, y en vez de topes a los lados tiene en el interior de su cuerpo un taladro donde entra un tetón que hay en la platina de tal forma que, al ser el tamaño de ese taladro bastante generoso en relación al del tetón, son las paredes del taladro las que hacen el tope en el movimiento del áncora. Otra cosa rara y difícil de montar ya que no hay por donde cogerla. Con el núm. 1 está marcada el áncora y a la derecha del 1 está el taladro que menciono antes. Espero que se vea suficientemente.
Ya sólo queda poner el volante (algo se tenía que olvidar) y el mecanismo empieza a funcionar. Por el otro lado pondríamos la esfera y agujas y ya tenemos el reloj montado.
Las leyendas de su trasera casi no se leen en la foto. Alguien la pulió a conciencia.
Aquí sí vemos al volante en plena faena. Y la masa que tiene un bonito brillo.
Esta última de regalo. Tiene un cristal facetado que es una lástima que esté roto. Trataré de encontrarlo por ahí .......
Un saludo desde Sevilla. ¡Casi ná!.