Pues eso compañeros, que estoy ante un pequeño dilema.
Desde hace unos meses, estoy sufriendo una crisis de identidad relojeril y es que miro la caja y veo relojes repetidos. Creo que necesito cambiar y estoy pensando de deshacerme de algunos para sustituirlos por otros.
Tengo un Broad Arrow 1957 que casi no me pongo. En el 2023 habrá salido de la caja una o dos veces. Cuando lo compré, iba en busca del modelo blanco, pero a través de un amigo, se me puso a tiro esta pieza y la verdad es que, quizá por una CRI acuciante, ni me lo pensé. Ojo, el reloj me encanta, pero prácticamente no me lo pongo. Y no dejo de hacerle ojitos a un par de relojes que ahora mismo no puedo abordar si no es sacando piezas a la venta. El problema es que cuando le hago fotos al Broad Arrow, me arrepiento. Veo lo bonito que es, y me digo, no, no lo vendo. Vuelta a la caja. Pero al cabo de dos días, otra vez con lo mismo: si no me lo pongo, ¿por qué no hacer caja con él y financiar otro?
¿Os ha pasado esto? ¿Pensáis que debería venderlo o el hecho de hacerle fotos y arrepentirme al instante es una señal de que debo conservarlo? ¿Me arrepentiré si lo vendo? No sé qué hacer, compañeros...