altair
Milpostista
Sin verificar
Dejando a un lado las futilidades de la vida, como los zapatos, collares, plumas y relojes varios. Que no tienen más importancia ni valor que el que queramos darle en cada momento. Voy a hablaros, con vuestro permiso, de algo que si es importante. Y son las personas, y la vida.
¿Por qué salgo ahora con ésto? Creo que lo váis a entender.
Ayer por la noche, de madrugada ya, y debido a un insomnio persistente, andaba yo trasteando por internet en general y en este foro en particular, con la tontería de lo zapatos... ¡Lo que hace el aburrimiento, caray! Y escuchcando mi musiquita, cuando noto que mi móvil vibra (primero vibra, y si no contesto, empieza a sonar). No me asusté porque estoy acostumbrada a recibir llamadas a horas intempestivas para el común de los mortales. Pero es que mi gente sabe que siempre "estoy" y que me pueden llamar a cualquier hora del día o de la noche. Así pues, tranquila, contesté al telf.
Yo, como todo el mundo, pienso, tengo infinidad de conocidas, pero amigas, así, AMIGAS, sólo tengo unas cuantas. Pues la llamada procedía de una AMIGA. No voy a echarle flores y contaros sus excelencias. Baste con decir que todas mis amigas, todas, son excepcionales. Es una suerte la que tengo con ellas.
Intentaré resumir para poneros en antecedentes y así entender mejor: mi amiga tuvo un infarto cerebral el 26 de Diciembre pasado. Pasó por la UVI, etc, etc. Después de pruebas, exámenes y esperas, la típicas de la SS, todavía no saben qué le ocasionó el coágulo que le produjo el infarto.
Hace unos días la acompañé a la visita con el neurólogo. Según él, con lo que le pasó, podría estar mucho peor. El primer año es el más importante (después de ser atendida en las 3 primeras horasque siguen al infarto cerebral) para la recuperación, y ella parece que se recupera bien. Es cierto que perdió el habla y la movilidad de una mitad del cuerpo. La movilidad la ha recuperado totalmente, y el habla, en un 98%. Se para a veces, buscando la palabra que le falta para completar la frase. Algunas veces tiene dificultades para coordinar las ideas. Ha perdido la alegría, la ilusión y está apática y lenta. Teniendo en cuenta que era la alegría de la huerta, el cambio es importante.
Como regalo le ha quedado una depresión que ha empezado a tratarse con medicación, y una ansiedad insoportable que le tratan con traquimacid, pero que a todas luces resulta insuficiente.
Tiene dolores de estómago insufribles y le han dicho los expertos, que es psicosomático y que tiene que aguantarse.
Pues esta madrugada cuando me llamó, estába con ese dolor de estómago tan fuerte, que tenía ganas de tirarse por la ventana para acabar de una vez con él. Ni nolotiles ni nada le funciona. ¿Realmente un dolor psicosomático puede ser tan fuerte, o tiene algo más ahí en el estómago? No soy médico, pero tengo dudas.
El caso es que viéndola tan desesperada. Cerré el ordenador, me puse unos zapatos, cogí bolso y una chaqueta y me fuí pitando a su casa para traérmela. (aquí todo el mundo dormía ya)
A las 2 y media ya estábamos en mi casa. He pasado la noche en vela con ella. El dolor no se le pasaba. Sobre las 4 de la mañana se le ha pasado el efecto del tranquimacid, y al cuadro ha venido a sumarse la ansiedad... ¿Qué deciros...? ¡Horroroso!. He tratado de tranquilizarla intentando que se relajase, le he hecho un masaje, le he susurrado, acostada junto a ella, al oído, muy suave, palabras tranquilizadoras... Ella intentaba colaborar, pero nada funcionaba.
¡Y yo quejándome de mi tobillo... no tengo perdón!
A las 7 y media, se ha tomado el tranquimacid, el de la mañana. No sé si es el tranquimacid, o el agotamiento, o las dos cosas, el caso es que se ha quedado dormida. Ahora duerme, está tranquila, pero estoy temiendo que el dolor me la despierte y empecemos otra vez...
Como os podéis imaginar, estoy agotada, pero no lo siento por mí, si no por ella, lo que está sufriendo y lo desesperada que está. Me siento impotente y no sé cómo ayudarla.
Me importa mucho, mucho. Todo lo que les pasa a mis amigas me importa, bueno o malo, y todo lo compartimos. La quiero mucho, mucho, y me importa un carajo si lleva deportivas a 1 euro o un reloj de plástico de cuarzo, o si salimos a comernos un bocata en pans and company, o nos quedamos una tarde en mi casa comiendo palomitas y viendo una peli horrorosa.
Quiero seguir disfrutando de su compañía, de su amistad, y quiero volver a oír sus risas, y quiero que me regañe otra vez, mil veces si quiere, y que me llame por telf y me diga, como solía hacer ella: "Niña, soy yo, salgo de la ofi, enjóyate tus lindos pies, que tengo planes para ti esta tarde. No acepto un no y ya estás tardando....". Quiero que siga poniéndome las pilas, y que me dé un pescozón cuando lo necesito... Así es ella.
Ahora llamaré a su hermana, que vive a unos 70 Kms de Barcelona, y a otra de mis amigas, y a ver si encontramos la manera de ayudarla, porque a mí ya no se me ocurre nada..
Pues si habéis llegado hasta aquí, muchas gracias y perdón por la paliza que os he dado, pero sentía la necesidad de explicarlo...
Un abrazo
¿Por qué salgo ahora con ésto? Creo que lo váis a entender.
Ayer por la noche, de madrugada ya, y debido a un insomnio persistente, andaba yo trasteando por internet en general y en este foro en particular, con la tontería de lo zapatos... ¡Lo que hace el aburrimiento, caray! Y escuchcando mi musiquita, cuando noto que mi móvil vibra (primero vibra, y si no contesto, empieza a sonar). No me asusté porque estoy acostumbrada a recibir llamadas a horas intempestivas para el común de los mortales. Pero es que mi gente sabe que siempre "estoy" y que me pueden llamar a cualquier hora del día o de la noche. Así pues, tranquila, contesté al telf.
Yo, como todo el mundo, pienso, tengo infinidad de conocidas, pero amigas, así, AMIGAS, sólo tengo unas cuantas. Pues la llamada procedía de una AMIGA. No voy a echarle flores y contaros sus excelencias. Baste con decir que todas mis amigas, todas, son excepcionales. Es una suerte la que tengo con ellas.
Intentaré resumir para poneros en antecedentes y así entender mejor: mi amiga tuvo un infarto cerebral el 26 de Diciembre pasado. Pasó por la UVI, etc, etc. Después de pruebas, exámenes y esperas, la típicas de la SS, todavía no saben qué le ocasionó el coágulo que le produjo el infarto.
Hace unos días la acompañé a la visita con el neurólogo. Según él, con lo que le pasó, podría estar mucho peor. El primer año es el más importante (después de ser atendida en las 3 primeras horasque siguen al infarto cerebral) para la recuperación, y ella parece que se recupera bien. Es cierto que perdió el habla y la movilidad de una mitad del cuerpo. La movilidad la ha recuperado totalmente, y el habla, en un 98%. Se para a veces, buscando la palabra que le falta para completar la frase. Algunas veces tiene dificultades para coordinar las ideas. Ha perdido la alegría, la ilusión y está apática y lenta. Teniendo en cuenta que era la alegría de la huerta, el cambio es importante.
Como regalo le ha quedado una depresión que ha empezado a tratarse con medicación, y una ansiedad insoportable que le tratan con traquimacid, pero que a todas luces resulta insuficiente.
Tiene dolores de estómago insufribles y le han dicho los expertos, que es psicosomático y que tiene que aguantarse.
Pues esta madrugada cuando me llamó, estába con ese dolor de estómago tan fuerte, que tenía ganas de tirarse por la ventana para acabar de una vez con él. Ni nolotiles ni nada le funciona. ¿Realmente un dolor psicosomático puede ser tan fuerte, o tiene algo más ahí en el estómago? No soy médico, pero tengo dudas.
El caso es que viéndola tan desesperada. Cerré el ordenador, me puse unos zapatos, cogí bolso y una chaqueta y me fuí pitando a su casa para traérmela. (aquí todo el mundo dormía ya)
A las 2 y media ya estábamos en mi casa. He pasado la noche en vela con ella. El dolor no se le pasaba. Sobre las 4 de la mañana se le ha pasado el efecto del tranquimacid, y al cuadro ha venido a sumarse la ansiedad... ¿Qué deciros...? ¡Horroroso!. He tratado de tranquilizarla intentando que se relajase, le he hecho un masaje, le he susurrado, acostada junto a ella, al oído, muy suave, palabras tranquilizadoras... Ella intentaba colaborar, pero nada funcionaba.
¡Y yo quejándome de mi tobillo... no tengo perdón!
A las 7 y media, se ha tomado el tranquimacid, el de la mañana. No sé si es el tranquimacid, o el agotamiento, o las dos cosas, el caso es que se ha quedado dormida. Ahora duerme, está tranquila, pero estoy temiendo que el dolor me la despierte y empecemos otra vez...
Como os podéis imaginar, estoy agotada, pero no lo siento por mí, si no por ella, lo que está sufriendo y lo desesperada que está. Me siento impotente y no sé cómo ayudarla.
Me importa mucho, mucho. Todo lo que les pasa a mis amigas me importa, bueno o malo, y todo lo compartimos. La quiero mucho, mucho, y me importa un carajo si lleva deportivas a 1 euro o un reloj de plástico de cuarzo, o si salimos a comernos un bocata en pans and company, o nos quedamos una tarde en mi casa comiendo palomitas y viendo una peli horrorosa.
Quiero seguir disfrutando de su compañía, de su amistad, y quiero volver a oír sus risas, y quiero que me regañe otra vez, mil veces si quiere, y que me llame por telf y me diga, como solía hacer ella: "Niña, soy yo, salgo de la ofi, enjóyate tus lindos pies, que tengo planes para ti esta tarde. No acepto un no y ya estás tardando....". Quiero que siga poniéndome las pilas, y que me dé un pescozón cuando lo necesito... Así es ella.
Ahora llamaré a su hermana, que vive a unos 70 Kms de Barcelona, y a otra de mis amigas, y a ver si encontramos la manera de ayudarla, porque a mí ya no se me ocurre nada..
Pues si habéis llegado hasta aquí, muchas gracias y perdón por la paliza que os he dado, pero sentía la necesidad de explicarlo...
Un abrazo