rodilla
Milpostista
Sin verificar
El domingo, en Madrid, fue un día complicado. Empezó lloviendo y terminó nevando. Hacía años que no veíamos algo parecido y, sin duda, pasarán años hasta que lo volvamos a ver.
Con estos mimbres, la mañana de Rastro no pintaba bien.
Sólo acudimos a la llamada los recalcitrantes, los desahuciados, los que tenemos el convencimiento de que un Domingo sin Rastro anticipa una semana difícil de sobrellevar.
Pocos puestos, muy pocos. Algunos de ellos protegidos con estrafalarios plásticos que obligaban a sus dueños a desalojar el agua a cada tanto, al grito clásico de "agua va".
En uno de ellos, regentado por una familia gitana de rancia tradición rastril, estaba el reloj que os presento.
Su dueño miraba al cielo, maldecía, y se afanaba en evitar que el agua terminara por estropearle la mercancía. Su esfuerzo, propio de Sísifo, me inclinó a comprarlo.
Es un reloj de los llamados de trinchera, que habitualmente se asocian a un uso militar durante la Primera Guerra Mundial, con o sin fundamento.
Éste, posiblemente iniciara su vida como reloj de bolsillo para sufrir después una mutación a reloj de pulsera, pero tiene una serie de características que lo hacen un tanto especial:
1. El tamaño. Tiene unos buenos 41mm de diámetro, sin corona.
2. La esfera tiene numeración romana, pero con una disposición poco vista: el XII en rojo y una segunda numeración árabe al pie de aquella, en rojo, del 13 al 24. No presenta segundero.
3. Presumo que, si lo es, no se trata de una conversión actual ni basta, de las que firman los especialistas ucranianos. La esfera se asienta sobre la maquinaria con sus correspondientes pies y las asas están soldadas a la caja sin traspasarla. Además, la tapa de la caja presenta desgaste por donde debía discurrir la correa.
4. Tiene una maquinaria decente, de 11 rubíes (creo), con un número de serie y un monograma "M" que nada me dicen.
6. Lo mejor de todo, el precio. Fue muy pequeño.
En fin, os pongo unas fotos (malas ) y, como siempre, vuestros comentarios y opiniones serán bienvenidos.
Con estos mimbres, la mañana de Rastro no pintaba bien.
Sólo acudimos a la llamada los recalcitrantes, los desahuciados, los que tenemos el convencimiento de que un Domingo sin Rastro anticipa una semana difícil de sobrellevar.
Pocos puestos, muy pocos. Algunos de ellos protegidos con estrafalarios plásticos que obligaban a sus dueños a desalojar el agua a cada tanto, al grito clásico de "agua va".
En uno de ellos, regentado por una familia gitana de rancia tradición rastril, estaba el reloj que os presento.
Su dueño miraba al cielo, maldecía, y se afanaba en evitar que el agua terminara por estropearle la mercancía. Su esfuerzo, propio de Sísifo, me inclinó a comprarlo.
Es un reloj de los llamados de trinchera, que habitualmente se asocian a un uso militar durante la Primera Guerra Mundial, con o sin fundamento.
Éste, posiblemente iniciara su vida como reloj de bolsillo para sufrir después una mutación a reloj de pulsera, pero tiene una serie de características que lo hacen un tanto especial:
1. El tamaño. Tiene unos buenos 41mm de diámetro, sin corona.
2. La esfera tiene numeración romana, pero con una disposición poco vista: el XII en rojo y una segunda numeración árabe al pie de aquella, en rojo, del 13 al 24. No presenta segundero.
3. Presumo que, si lo es, no se trata de una conversión actual ni basta, de las que firman los especialistas ucranianos. La esfera se asienta sobre la maquinaria con sus correspondientes pies y las asas están soldadas a la caja sin traspasarla. Además, la tapa de la caja presenta desgaste por donde debía discurrir la correa.
4. Tiene una maquinaria decente, de 11 rubíes (creo), con un número de serie y un monograma "M" que nada me dicen.
6. Lo mejor de todo, el precio. Fue muy pequeño.
En fin, os pongo unas fotos (malas ) y, como siempre, vuestros comentarios y opiniones serán bienvenidos.