Por una parte, los cocinadores de frankens me dan rabia, por el elemento de estafa que tienen.
Pero por otra, hay que reconocerles el mérito. Los tíos tienen un reloj colgante y en vez de limitarse a aprovechar el movimiento y buscar una esfera en ebay, que tampoco podría haberles costado tanto, buscan un bisel interno, lo montan como Dios les da a entender, y te presentan un reloj que lo cierto es que tiene su mérito estético (y vuelvo a pensar en el Anko, que estaba montado de la misma espantosa manera que este franken).
Uno de mis primeros relojes fue un Nivada (ah, ¿qué creíais, que lo de Abde era generación espontánea?) Antarctic Ocean comprado en Perú, con un redialazo malamente hecho, delito de rodio en toda la caja y el bisel... vamos, un engendro del mal... que no obstante, tenía una correa Diloy de dos euros, y una combinación de formas y colores que hacían que fuese uno de los relojes que más me gustaban en la muñeca, hasta que se partió la tija.
Todavía sigo echando de menos a ese puñetero franken. Era (supongo que seguirá siendo, por algún cajón estará) un engendro, pero en el fondo tenía un cierto aire Panerai (y no me gustan los Paneai, porque me parecen artificiales), un estilo de reloj herramienta que había tenido muy mala vida que le daba su encanto.
A ver si lo encuentro y lo enseño.