Casiná
De la casa
Sin verificar
En el sotano vintage varios compañeros me han pedido que explique cómo se hace la limpieza de un reloj. Como a mi me han explicado y me siguen explicando cómo hacer cosas en relojería, aunque sea de una manera muy de aficionado, cosa que he agradecido y sigo agradeciendo enórmemente y me ha gustado que lo hagan, de la misma manera, digo, quiero yo transladarlo a quienes tienen deseos de hacer algo por su cuenta, aunque sólo sea, como me pasa a mi, perder cosas por el camino, je,je,je.
Para cualquier cosa que se pretenda iniciar a hacer, tratándose de manipulaciones, es necesario tener disponibles unas mínimas herramientas o útiles que nos faciliten la tarea. Pues bien, en relojería no sólo es necesario sino que es indispensable; y, además, tienen que ser lo suficientemente eficaces para cumplir su cometido si no queremos llenar toda le estancia donde nos encontremos de las más variadas piezas. No digo que tenga que ser todo Bergeon pero sí, por ejemplo, que las pinzas estén muy bien afiladas y delicadamente finas en sus puntas, ambas iguales en grosor y largo, con porfecto apoyo interior de una cara con la otra, los destornilladores, al menos cuatro empezando por 0,60 mm., buenos y bien afilados (no es muy aconsejable comprarlos de los chinos si no queremos gastar el dinero dos veces). Estos, para facilitar su rápida busqueda, vienen marcados con una cinta de color en su cabeza, color que está estandarizado y que, como digo, hay que tener: blanco o rosa, amarillo, negro y rojo. Estos son indispensables pero si se tienen dos o tres más grandes pues alguna vez se usarán. Seguro.
A continuación y haciendo valer el dicho de que vale más una imagen ..... ahí estan los útiles que yo empleo para limpiar:
De derecha a izquierda: el heptano (yo lo guardo en una botella que no hace falta explicar ¿no?, como está preparada para que no se escapen los gases de su bebida tampoco se deja evaporar el heptano), dos pinzas, una muy fina, la de uso más general, y otra un poco más gruesa para cuando haya que hacer algo más de fuerza (la fuerza en relojería siempre ha de ser mínima, si con poca no va lo que sea hay que buscar el por qué, nunca forzar más), dos pinceles uno de pelo muy suave, de profesional de pintura al oleo (de artistas, vamos; van caros) para frotar las ruedas y el áncora, ambas cosas muy suavemente; el otro de pelo más duro para todo lo demás; una cubitera con tapa uso yo para ir metiendo en cada "cubito" los tornillos y la pieza que sujetan los mismos cuando los desmonto, cada cual en uno distinto que esto facilita mucho la tarea a la hora de montar; un recipiente redondo, en este caso, para echar un poco de heptano, algo más que cubrir el fondo, y realizar la limpieza dentro (yo le he añadido un suplemento en un lado por abajo para que quede inclinado y todo el heptano se venga a mi lado, con lo que tengo que emplear menos en cada vez (va muy caro el jodío, 16-18 euros 5 litros); un pedazo de ródico (el verde) para limpiar las paletas del ancora clavándolas en él muy cuidadosamente; un pliego de papel de seda para secar cada pieza al sacarla del heptano, es muy absorvente y no suelta "pelusa"; y por último, y aunque no aparece en la foto por olvido, una pera del 10-12 para soplar,, de las que se compran en farmacias para ayuda o irrigaciones anales (para dar por el culo, sin rodeos, je,je,je) teniendolas sujetas con las pinzas, la piezas delicadas como el áncora o que tienen agujeros muy finos, los rubís, los puentes de calendario o todo lo que se quiera para que no quede heptano con restos de suciedad en ellos.
Una vez todo dispuesto y, muy importante, je,je,je, con el reloj desmontado, empieza la limpieza:
Yo empiezo con el volante que esto es como los lobos, primero come el jefe y luego todos los demás. Lo sujeto, firme pero sin pasarse, lo suficiente para que no se caiga, con las pinzas por el puente, por el agujero de su tornillo si tiene en paralelo una cara plana para la otra punta de las pinzas de forma que las mismas no vayan a resbalar. Queda colgado el volante con el espiral que es delicado pero no tanto, con su peso no le pasa nada porque cuelgue; lo introduzco unos segundos en el heptano moviéndolo suavemente a un lado y al otro y lo saco hacia arriba en vertical. Al hacer esto vemos que el volante se queda dentro del heptano, como si no quisiera salir (esto creo recordar que es por la tensión de vapor del líquido que se "agarra" a todo lo que se le sumerge) se tira algo más, vemos que se estira el espiral y, de pronto, se suelta y el volante sale disparado hacia arriba. Para evitar que se pueda enredar en el pitón o llave yo lo que hago es llevarlo, dentro del heptano, hacia la parte alta del recipiente, la que se ha quedado levantada por ponerle debajo los suplementos, y allí, que es como una playa para entendernos mejor, sale casi sin esfuerzo porque se queda sin líquido que lo retenga.
Una vez fuera lo deposito con cuidado en el papel seda, lo cojo con las pinzas, sujetando a la vez puente y volante, y la doy la vuelta de manera que el puente queda apoyado en su espalda y el volante, oscilando, se queda arriba. Lo cojo suavemente con las pìnzas, en cualquier parte del volante, lo levanto y soplo, con mucho cuidado, en el interior de las espiras y en la piedra, de forma que todo el conjunto se quede bien seco. Luego otra vez la vuelta volante abajo, lo vuelvo a cojer (perdón a tomar, no sea que se me soliviante alguien con lo de americanos del sur que andan por aqui, je,je,je) por el puente y lo dejo, ya limpio, en su cubito.
A continuación meto en heptano las ruedas, las cuatro, y el cañón de minutos. Yo el cañón lo dejo en el cubito de las ruedas para ponerlo inmediatamente después de haber fijado estas en la platina; y lo hago así desde que un día rompí el vástago del segundero en uno de los movimientos que hice por no estar protegido por su cañón. Unos segundos de baño y luego a secar y soplar una a una. Dicen que es aconsejable cogerlas por uno de sus radios para no dañar ningún diente. Yo así lo hago. Luego, antes de montarlas, las hago rodar por el ródico y clavo en él cada uno de sus pivotes, menos con la de centro, para que queden bien limpios.
Ya está bien de rollo por ahora, luego seguiremos. Pero antes una curiosidad. Antes de hacer nada de esto conviene irse haciendo a las pinzas y a sujetar las cosas lo suficientemente fuerte para que no se caigan y lo suficientemente suave para que no salten. Es de lo más difícil pero hay que acostumbrarse. Y no te quiero decir cuando hay que dar la vuelta a una pieza que está boca abajo: siempre tiende a caer del lado que no es, je,je,je. También se aprende con algo de paciencia .........
Continuará para no hacerlo muy denso y pesado.
Para cualquier cosa que se pretenda iniciar a hacer, tratándose de manipulaciones, es necesario tener disponibles unas mínimas herramientas o útiles que nos faciliten la tarea. Pues bien, en relojería no sólo es necesario sino que es indispensable; y, además, tienen que ser lo suficientemente eficaces para cumplir su cometido si no queremos llenar toda le estancia donde nos encontremos de las más variadas piezas. No digo que tenga que ser todo Bergeon pero sí, por ejemplo, que las pinzas estén muy bien afiladas y delicadamente finas en sus puntas, ambas iguales en grosor y largo, con porfecto apoyo interior de una cara con la otra, los destornilladores, al menos cuatro empezando por 0,60 mm., buenos y bien afilados (no es muy aconsejable comprarlos de los chinos si no queremos gastar el dinero dos veces). Estos, para facilitar su rápida busqueda, vienen marcados con una cinta de color en su cabeza, color que está estandarizado y que, como digo, hay que tener: blanco o rosa, amarillo, negro y rojo. Estos son indispensables pero si se tienen dos o tres más grandes pues alguna vez se usarán. Seguro.
A continuación y haciendo valer el dicho de que vale más una imagen ..... ahí estan los útiles que yo empleo para limpiar:
De derecha a izquierda: el heptano (yo lo guardo en una botella que no hace falta explicar ¿no?, como está preparada para que no se escapen los gases de su bebida tampoco se deja evaporar el heptano), dos pinzas, una muy fina, la de uso más general, y otra un poco más gruesa para cuando haya que hacer algo más de fuerza (la fuerza en relojería siempre ha de ser mínima, si con poca no va lo que sea hay que buscar el por qué, nunca forzar más), dos pinceles uno de pelo muy suave, de profesional de pintura al oleo (de artistas, vamos; van caros) para frotar las ruedas y el áncora, ambas cosas muy suavemente; el otro de pelo más duro para todo lo demás; una cubitera con tapa uso yo para ir metiendo en cada "cubito" los tornillos y la pieza que sujetan los mismos cuando los desmonto, cada cual en uno distinto que esto facilita mucho la tarea a la hora de montar; un recipiente redondo, en este caso, para echar un poco de heptano, algo más que cubrir el fondo, y realizar la limpieza dentro (yo le he añadido un suplemento en un lado por abajo para que quede inclinado y todo el heptano se venga a mi lado, con lo que tengo que emplear menos en cada vez (va muy caro el jodío, 16-18 euros 5 litros); un pedazo de ródico (el verde) para limpiar las paletas del ancora clavándolas en él muy cuidadosamente; un pliego de papel de seda para secar cada pieza al sacarla del heptano, es muy absorvente y no suelta "pelusa"; y por último, y aunque no aparece en la foto por olvido, una pera del 10-12 para soplar,, de las que se compran en farmacias para ayuda o irrigaciones anales (para dar por el culo, sin rodeos, je,je,je) teniendolas sujetas con las pinzas, la piezas delicadas como el áncora o que tienen agujeros muy finos, los rubís, los puentes de calendario o todo lo que se quiera para que no quede heptano con restos de suciedad en ellos.
Una vez todo dispuesto y, muy importante, je,je,je, con el reloj desmontado, empieza la limpieza:
Yo empiezo con el volante que esto es como los lobos, primero come el jefe y luego todos los demás. Lo sujeto, firme pero sin pasarse, lo suficiente para que no se caiga, con las pinzas por el puente, por el agujero de su tornillo si tiene en paralelo una cara plana para la otra punta de las pinzas de forma que las mismas no vayan a resbalar. Queda colgado el volante con el espiral que es delicado pero no tanto, con su peso no le pasa nada porque cuelgue; lo introduzco unos segundos en el heptano moviéndolo suavemente a un lado y al otro y lo saco hacia arriba en vertical. Al hacer esto vemos que el volante se queda dentro del heptano, como si no quisiera salir (esto creo recordar que es por la tensión de vapor del líquido que se "agarra" a todo lo que se le sumerge) se tira algo más, vemos que se estira el espiral y, de pronto, se suelta y el volante sale disparado hacia arriba. Para evitar que se pueda enredar en el pitón o llave yo lo que hago es llevarlo, dentro del heptano, hacia la parte alta del recipiente, la que se ha quedado levantada por ponerle debajo los suplementos, y allí, que es como una playa para entendernos mejor, sale casi sin esfuerzo porque se queda sin líquido que lo retenga.
Una vez fuera lo deposito con cuidado en el papel seda, lo cojo con las pinzas, sujetando a la vez puente y volante, y la doy la vuelta de manera que el puente queda apoyado en su espalda y el volante, oscilando, se queda arriba. Lo cojo suavemente con las pìnzas, en cualquier parte del volante, lo levanto y soplo, con mucho cuidado, en el interior de las espiras y en la piedra, de forma que todo el conjunto se quede bien seco. Luego otra vez la vuelta volante abajo, lo vuelvo a cojer (perdón a tomar, no sea que se me soliviante alguien con lo de americanos del sur que andan por aqui, je,je,je) por el puente y lo dejo, ya limpio, en su cubito.
A continuación meto en heptano las ruedas, las cuatro, y el cañón de minutos. Yo el cañón lo dejo en el cubito de las ruedas para ponerlo inmediatamente después de haber fijado estas en la platina; y lo hago así desde que un día rompí el vástago del segundero en uno de los movimientos que hice por no estar protegido por su cañón. Unos segundos de baño y luego a secar y soplar una a una. Dicen que es aconsejable cogerlas por uno de sus radios para no dañar ningún diente. Yo así lo hago. Luego, antes de montarlas, las hago rodar por el ródico y clavo en él cada uno de sus pivotes, menos con la de centro, para que queden bien limpios.
Ya está bien de rollo por ahora, luego seguiremos. Pero antes una curiosidad. Antes de hacer nada de esto conviene irse haciendo a las pinzas y a sujetar las cosas lo suficientemente fuerte para que no se caigan y lo suficientemente suave para que no salten. Es de lo más difícil pero hay que acostumbrarse. Y no te quiero decir cuando hay que dar la vuelta a una pieza que está boca abajo: siempre tiende a caer del lado que no es, je,je,je. También se aprende con algo de paciencia .........
Continuará para no hacerlo muy denso y pesado.