Goldoff
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Acabo de enviar mi segundo artículo para el Magazine de Rabat, dedicado al Memovox:
Durante la fase de documentación me he ido encontrando con anécdotas -algunas las conocía, otras no- que finalmente no han cabido en él, pero creo que merece la pena traerlas aquí.
Si lo leéis, veréis que LeCoultre&Cie produjo ebauches para "la más importante marca ginebrina", que no es otra que Patek (por si quedaba alguien que no lo supiera ). A principios de los años 30 del siglo pasado, y a consecuencia de la enorme crisis económica mundial (Crack del 29, la Gran depresión) Patek Philippe lo estaba pasando tan mal que su superviencia pasaba por ser comprada por alguno de sus proveedores más comprometidos. La acabó comprando la familia Stern, proveedor de esferas, pero hasta el último momento estuvo sobre la mesa el nombre de Jaeger-Lecoultre.
Nota: fijaos quién firma como administrador (Adrien Philippe) y quién anula la acción en 1942: Henry Stern, abuelo del actual presidente.
El ahora, pero más en su época, famosísimo Reverso no fue creado por Jaeger-Lecoultre sino por un ingeniero llamado Alfred Chauvot, quien había recibido el encargo de parte de un comerciante que acababa de regresar de la India con la idea de hacer un reloj protegido para jugar al polo pero que a la vez fuera elegante. Este comerciante, llamado Cesar de Trey y que le había encargado el movimiento a LeCoultre, le acabó comprando la patente a Chauvot y con Jacques-David LeCoultre montó la empresa Specialités Horlogéres para comercializar el Reverso. De hecho, los primeros Reverso llevan precisamente esa misma palabra en la esfera. Posteriormente, la recién creada JLC compró la patente del Reverso y empezó a estamparle su propio nombre.
A pesar de su dominio, los primeros mecanismos de alarma no fueron implementados en un reloj de pulsera por Jaeger-LeCoultre sino por Eterna primero (el calibre AS1475 se ha montado en incontables marcas) y Vulcain después, con su famoso Cricket para los presidentes norteamaricanos. Pero, como digo en el artículo, los Memovox fueron los más famosos y exitosos. Hasta el punto de que las autoridades del cantón de Vaud lo institucionalizaron como regalo oficial, siendo uno de los receptores Charles Chaplin, que en esa época (1955) se había establecido en Vevey.
Cuando Jaeger-LeCoultre (aunque todavía no se llamaba así) quiso entrar comercialmente en los Estados Unidos se encontró con una ley ultra proteccionista de 1930 (consecuencia de la crisis ya mencionada): la Tariff Act o Ley de Aranceles, que gravaba duramente los productos extranjeros, especialmente los de lujo como pudieran ser los relojes de oro. Esto llevó a la empresa a exportar exclusivamente movimientos, que se encajarían en cajas fabricadas localmente. Algo muy parecido a lo que en España se dio en llamar "caja nacional" y que atendía a los mismos motivos. Como no eran relojes enteramente suizos se decidió marcarlos como LeCoultre exclusivamente, lo que no deja de ser una paradoja, pues hasta entonces nunca había aparecido el apellido de Antoine, el fundador de la Grande Maison, en una esfera sin estar acompañado del de Jaeger. A pesar de que la Tariff Act se derogó en 1933, los relojes se siguieron marcando LeCoultre hasta 1980. Por cierto, en los Estados Unidos los relojes de JLC eran distribuidos por una empresa llamada Vacheron-Constantin-LeCoultre, una subsidiaria de... Longines-Wittnauer.
Siguiendo su tradición, Jaeger-LeCoultre produjo Memovox para otras marcas, como Cartier, Van Cleef and Arpels, Dunhill o Gübelin (aquí bautizado como "Ipsovox", su propia voz).
Como dice un amigo forero, "la cantidad de cosas que sé que no sirven para nada... "
Jaeger-LeCoultre Memovox, "La voz de la memoria" - RABAT Magazine
Descubre los secretos detrás del reloj alarma de Jaeger-LeCoultre. Uno de los modelos más icónicos a lo largo de la historia de la Grande Maison.
www.rabat.net
Durante la fase de documentación me he ido encontrando con anécdotas -algunas las conocía, otras no- que finalmente no han cabido en él, pero creo que merece la pena traerlas aquí.
Si lo leéis, veréis que LeCoultre&Cie produjo ebauches para "la más importante marca ginebrina", que no es otra que Patek (por si quedaba alguien que no lo supiera ). A principios de los años 30 del siglo pasado, y a consecuencia de la enorme crisis económica mundial (Crack del 29, la Gran depresión) Patek Philippe lo estaba pasando tan mal que su superviencia pasaba por ser comprada por alguno de sus proveedores más comprometidos. La acabó comprando la familia Stern, proveedor de esferas, pero hasta el último momento estuvo sobre la mesa el nombre de Jaeger-Lecoultre.
Nota: fijaos quién firma como administrador (Adrien Philippe) y quién anula la acción en 1942: Henry Stern, abuelo del actual presidente.
El ahora, pero más en su época, famosísimo Reverso no fue creado por Jaeger-Lecoultre sino por un ingeniero llamado Alfred Chauvot, quien había recibido el encargo de parte de un comerciante que acababa de regresar de la India con la idea de hacer un reloj protegido para jugar al polo pero que a la vez fuera elegante. Este comerciante, llamado Cesar de Trey y que le había encargado el movimiento a LeCoultre, le acabó comprando la patente a Chauvot y con Jacques-David LeCoultre montó la empresa Specialités Horlogéres para comercializar el Reverso. De hecho, los primeros Reverso llevan precisamente esa misma palabra en la esfera. Posteriormente, la recién creada JLC compró la patente del Reverso y empezó a estamparle su propio nombre.
A pesar de su dominio, los primeros mecanismos de alarma no fueron implementados en un reloj de pulsera por Jaeger-LeCoultre sino por Eterna primero (el calibre AS1475 se ha montado en incontables marcas) y Vulcain después, con su famoso Cricket para los presidentes norteamaricanos. Pero, como digo en el artículo, los Memovox fueron los más famosos y exitosos. Hasta el punto de que las autoridades del cantón de Vaud lo institucionalizaron como regalo oficial, siendo uno de los receptores Charles Chaplin, que en esa época (1955) se había establecido en Vevey.
Cuando Jaeger-LeCoultre (aunque todavía no se llamaba así) quiso entrar comercialmente en los Estados Unidos se encontró con una ley ultra proteccionista de 1930 (consecuencia de la crisis ya mencionada): la Tariff Act o Ley de Aranceles, que gravaba duramente los productos extranjeros, especialmente los de lujo como pudieran ser los relojes de oro. Esto llevó a la empresa a exportar exclusivamente movimientos, que se encajarían en cajas fabricadas localmente. Algo muy parecido a lo que en España se dio en llamar "caja nacional" y que atendía a los mismos motivos. Como no eran relojes enteramente suizos se decidió marcarlos como LeCoultre exclusivamente, lo que no deja de ser una paradoja, pues hasta entonces nunca había aparecido el apellido de Antoine, el fundador de la Grande Maison, en una esfera sin estar acompañado del de Jaeger. A pesar de que la Tariff Act se derogó en 1933, los relojes se siguieron marcando LeCoultre hasta 1980. Por cierto, en los Estados Unidos los relojes de JLC eran distribuidos por una empresa llamada Vacheron-Constantin-LeCoultre, una subsidiaria de... Longines-Wittnauer.
Siguiendo su tradición, Jaeger-LeCoultre produjo Memovox para otras marcas, como Cartier, Van Cleef and Arpels, Dunhill o Gübelin (aquí bautizado como "Ipsovox", su propia voz).
Como dice un amigo forero, "la cantidad de cosas que sé que no sirven para nada... "